Sanidad

Aumentan los casos de otitis en verano: cómo prevenir y tratar el llamado oído del nadador

  • El jefe de Otorrinolaringología del Hospital Reina Sofía y del Infanta Margarita de Cabra, Francisco Muñoz, explica las causas y el tratamiento de esta infección en el oído externo

El jefe de Otorrinolaringología del Reina Sofía, Francisco Muñoz, en su consulta.

El jefe de Otorrinolaringología del Reina Sofía, Francisco Muñoz, en su consulta.

Con el verano llegan las jornadas de piscina y de playa, con chapuzones que a veces pueden dejar un mal recuerdo. La entrada de agua en los oídos puede causar otitis externa difusa, también llamada oído del nadador.

La penetración de agua provoca la maceración de la piel que recubre el conducto auditivo externo y que a su vez causa una serie de escoriaciones que muchas veces llevan a una infección por gérmenes (normalmente estafilococos y pseudomonas) del propio conducto, según explica el director de la Unidad de Gestión Clínica de Otorrinolaringología del Hospital Reina Sofía, Francisco Muñoz.

El especialista apunta que esta situación también puede producirse por el agua de la ducha, sin embargo los casos por chapuzones en piscinas y en el mar son mucho mayores. Tanto que en las Urgencias del Reina Sofía las consultas por este tipo de otitis se multiplican por diez en verano.

No hace falta tener un contacto recurrente con el agua; con uno solo puede pasar. Por eso, la única forma de prevenir el oído del nadador es evitando que entre en el conducto "bien usando tapones o bien con bandas auriculares que se ponen en la frente", indica el doctor, que también es responsable del servicio de Otorrinolaringología del Hospital Infanta Margarita de Cabra.

También es importante "no tirarse a la piscina de cabeza para intentar que no penetre agua a la fuerza dentro del conducto auditivo externo", apunta Muñoz, que insiste en que hay que diferenciar este tipo de otitis de la típica del invierno, que afecta al oído medio.

¿Qué hacer si ha entrado agua? La mejor forma es la clásica: poner la cabeza de lado y dar pequeños saltos para expulsarla, pero a veces no es suficiente. Entonces habría que usar gotas óticas o incluso unas cuantas gotas de agua oxigenada pueden liberar el conducto, pero esto siempre después de haber consultado con el médico de Atención Primaria. De hecho, al ser antibióticas, las gotas solo se pueden adquirir con receta. Una vez que comienza el tratamiento, en pocos días se nota la mejoría.

En verano es "frecuentísimo" este problema, igual que en invierno lo son las otitis medias agudas. "Ahora mismo en Urgencias vemos una proporción muy grande de otitis externa por los baños en piscina y playas, el aumento puede ser de uno a diez", asevera el doctor.

Aunque el oído del nadador se da tanto en adultos como en niños, es "más frecuente" en estos últimos ya que "meten mucho la cabeza debajo del agua y salpican más".

Un niño se tira a una piscina. Un niño se tira a una piscina.

Un niño se tira a una piscina. / Efe

Cuando en invierno un paciente llega con este tipo de infección se suele deber a que se ha hurgado en el oído con bastoncillos o palillos, unas maniobras que también pueden causar daño en el conducto externo.

Los síntomas suelen comenzar con un dolor "bastante intenso" que además tiene "el signo del trago positivo, que quiere decir que cuando te tocas una zona que hay por delante de la región auricular llamada trago" aumenta el malestar.

También puede provocar otorrea (emisión de pus por el oído) o incluso hipoacusia (sordera) en casos más graves. Esto ocurre "cuando se espera demasiado para ir al médico y la persona no toma medicación o solo antiinflamatorios vía oral", añade el especialista.

En niños pequeños, otra de las señales que reflejan la otitis externa es la inflamación del surco retroauricular (la zona de atrás de la oreja). Muñoz aclara que "esto no debe preocupar excesivamente, pero indica que hay que acudir al médico de familia".

¿Cuál es la forma correcta de limpiar los oídos?

"Los bastoncillos están siempre prohibidos", asevera el otorrinolaringólogo, porque quienes se los introducen en los oídos "suelen tener problemas de muchos tipos; uno de ellos es la otitis externa difusa y hay quien hasta se llega a perforar la membrana timpánica". De hecho, "deberían eliminarlos de las farmacias", dice de forma categórica. 

Además, según señala, muchas veces en lugar de limpiar lo que hacen es estancar la cera porque al irritar el conducto externo, este se defiende creando más para formar una barrera enfocada a evitar que penetren gérmenes en él. "Hay veces que incluso la cera se empasta al final del conducto externo y produce tapones considerables", puntualiza.

Por eso, Muñoz indica que "los bastoncillos no están hechos para el conducto auditivo externo; en todo caso para la zona del pabellón, por fuera". "Los otorrinos normalmente le decimos a los pacientes que la oreja se limpia con el codo; es decir, que no se debe limpiar o manipular de ninguna manera, ni con bastoncillos, ni con palillos, ni con el dedo", asegura. 

El oído tiene sus mecanismos de regulación del cerumen y autolimpieza, por lo que "en principio no se debe tocar para nada", insiste. Tampoco con esprays de agua estéril porque pueden alterar los gérmenes propios.

Normalmente cuando hay un tapón, la cera se extrae en los centros de salud mediante irrigación. Cuando es complicado sacarlo, el paciente se deriva al otorrino.

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