Asenjo preside hoy la reapertura al culto de la iglesia de San Agustín

Una solemne misa esta tarde a las 19:30 presidida por el administrador apostólico, Juan José Asenjo, volverá a recuperar el culto en San Agustín después de un largo periodo de más de dos décadas cerrada a causa de unas intermitentes obras de restauración finalizadas con un acto civil el pasado 28 de septiembre. Con este acto religioso, el templo recupera su fin principal, desarrollado en este mismo lugar desde el siglo XIV, momento en que la comunidad agustina se trasladó a esta collación a causa de los inconvenientes -fundamentalmente la humedad- que padecía en su anterior ubicación, junto al Alcázar de los Reyes Cristianos.

Con la misa de hoy, San Agustín recupera el culto diario. Por tanto, habrá misas en días laborables como en domingos y festivos, con sus correspondientes vísperas. Será este el horario en que podrá visitarse tras la restauración en la que la Consejería de Cultura ha invertido 3,6 millones de euros.

Los problemas en San Agustín comenzaron en 1977 con los primeros desprendimientos de yeserías a causa del mal estado estructural del edificio. Esta situación, que se fue agravando por momentos, hizo que el templo cerrara definitivamente sus puertas hace cinco lustros. En los últimos años, medio templo estaba cerrado al tránsito de público y el altar estaba situado en la mitad de la nave principal. A partir de ese momento comenzaron diversos procesos de restauración que no culminaron con éxito, hasta que la Junta no decidió incluir el templo en el programa Andalucía Barroca.

La apertura al culto de esta iglesia coincide con la festividad hoy de la Virgen del Rosario, devoción vinculada estrechamente a la Orden de Predicadores, que actualmente se encarga de esta iglesia tras la expulsión de los agustinos y un largo periodo de abandono a lo largo del siglo XIX que causó un gran deterioro en el inmueble, que también padeció un incendio intencionado en la tarde del 18 de julio de 1936.

San Agustín se convirtió con el paso de los siglo en un importante referente para la religiosidad popular cordobesa. Su bastión más importante fue la imagen de la Virgen de las Angustias, que presidió un altar del crucero desde su bendición en 1627 hasta su traslado a San Pablo en 1961. Huérfana de su devoción más importante, el templo era punto de peregrinación para los devotos de Santa Rita, que tenía un altar en la nave de la epístola y una Virgen del Tránsito que salía en procesión cada 15 de agosto.