"Apoyaré el 2016 libre, tranquila e intensamente"

–En la próxima legislatura se decide qué ciudad será capital cultural europea en 2016. ¿Promete sangre, sudor y lágrimas?

–Libre, tranquila e intensamente, por fin. He tenido que arrastrar durante nueve años, con sentido del equilibrio, hacer compatibles mis cargos de consejera de todos los andaluces y ministra de todos los españoles, con el aprecio que le tengo a mi tierra, que puede y debe ganar. Ahora no tengo por qué compatibilizar nada. Seré diputada de los cordobeses y ayudaré, trabajaré y aportaré todo lo que tenga para llegar a un objetivo alcanzable. Lo digo sin populismo ni demagogia.

–Qué aporta la propuesta de Córdoba a efectos prácticos.

–Aportamos, desde el punto de vista de las ayudas a recibir, una posición de justicia. España nunca ha tenido una capitalidad en el Sur; han sido Salamanca, Santiago y Madrid. En la política nacional, toca una capital de Despeñaperros para abajo. La justicia nos ayuda porque fuimos los primeros y eso tiene un valor en los programas de trabajo. Llegamos antes. En tercer lugar, tenemos unos activos históricos potentísimos, y eso lo tienes o no lo tienes: Un patrimonio cultural espectacular que se ha ido conservando con intensidad y dignidad.

–Es evidente que lo material tendrá una gran importancia.

–La vida me ha colocado en dos cargos, consejera y ministra, y casi todo ha pasado por mis manos (Medina Azahara, los Baños Califales). Además, las infraestructuras modernas están construidas, a punto de iniciarse o programadas, incluido el Palacio del Sur, el único equipamiento que no ha salido de la factura de las instituciones donde he estado y donde los socialistas ya hemos dicho que vamos a aportar recursos. Se lo dije al presidente Zapatero: hay que apoyar el proyecto, de momento se coloca un dinero para ver cómo funciona y en adelante ya veremos, porque es lo único que le falta a Córdoba para competir por la capitalidad. Y, además, le viene muy bien a Andalucía. Haremos las pasarelas necesarias para que otras provincias como Sevilla o Málaga. Tenemos activos más que suficientes para que Andalucía apoye a Córdoba y para España avale una capital del Sur por primera vez.

–¿Cuál es el trabajo pendiente?

–Pues con un poco de prisa porque ya toca, sobre todo contenidos. He visto dos debates de cómo se elige entre ciudades de un mismo país, y yo fui la responsable de señalar Polonia como compañera de viaje en el 2016, y cada día se apuesta más por algo innovador. Eventos culturales se pueden hacer en cualquier ciudad y cualquier año. Sólo hay tener dinero y agenda para traer a los Rolling Stones o a una orquesta de primer nivel. No tiene mérito. Lo que sí tiene mucho mérito es ser capaz de aportar algo desde Córdoba y con ideas hechas desde aquí.

–No parece una programación al uso.

– No es cultura en el sentido tradicional ni monumentos. Es aportar un punto de reflexión de todos los vértigos de qué son las religiones, cómo se encuentran las culturas y cómo el siglo XXI es obligatoriamente mestizo. Me gustaría que Córdoba apostara por ver pasar, además de los eventos culturales, a los grandes líderes religiosos, políticos, en defensa del planeta o de modelos económicos. A las personas que están destilando el pensamiento del siglo XXI. A Bill Clinton, a Gorbachov y al Dalai Lama antes que siete grandes festivales de cultura que se pueden pagar cualquier año.

–¿Se ha sacudido el PSOE el sambenito de que no invierte en Córdoba?

–Ese discurso es inverificable, con los datos en la mano, por lo menos en cultura. En esta legislatura, hemos invertido 606 millones de euros más que el PP en sus últimos cuatro años. Un 60 por ciento más de inversiones mirando a Córdoba como una parte de España. Eso no entra ni en discusión. No nos pueden acusar de semejante cosa, no así el PP. Por lo tanto, tranquilidad absoluta. Y en cultura, que me toca porque me toca, tengo que decir que no sólo se ha tratado a Córdoba bien, sino muy bien. Soy sincera: he estado todo el tiempo cosiendo y callando. Si no podía apostar por la capitalidad de Córdoba frente a otras ciudades, y nadie me podía pedir que hiciera caciquismo local, he trabajado en pro de todos los recursos que Córdoba necesitaba para sus proyectos.

–Veamos ejemplos.

–Vamos a tener el segundo mejor museo arqueológico de España, porque le hemos doblado el presupuesto y la financiación del palacio Jerónimo Páez está cerrada. Con dos centros de arte contemporáneo en Málaga y Sevilla, yo como consejera decidó que el siguiente que había que hacer era el de Córdoba. Dejé encargado el proyecto de la sede institucional en Medina Azahara que le puse la primera piedra. Cuando esas infraestructuras se hace, con decisiones políticas que me han tocado, dónde está el incumplimiento de los abandonos socialistas en ningún materia y, sobre todo, en Cultura. Ya quisieran otras ciudades tener los equipamientos que Córdoba tiene y tendrá. Me costó mucho durante la etapa del Gobierno del PP, porque sus instituciones no tiraban, no invertían nada. El Ministerio de Cultura no ha invertido nunca en Medina Azahara hasta que yo fue ministra. En la Mezquita- Catedral, como consejera y ministra, he metido 5.000 millones de las antiguas pesetas. Restauré La Magdalena, San Andrés, San Agustín. Lo del abandono es una falacia que le encanta a IU, sabedor que es un partido que no tendrá jamás fuerza ni en Andalucía ni en España.

–¿El mejor aval del PSOE para esta campaña son sus proyectos de comunicaciones como el AVE o el aeropuerto?

–Sí es importante, pero creo que es muy importante el trabajo en política social. Mire, la subida de las pensiones mínimas o los permisos por paternidad es dinero que llega a Córdoba sin tener que cortar cintas. Y algo importante; el factor humano. Somos un equipo humano muy solvente.