Historia

Una novela recupera la historia de Ana María de Soto, la cordobesa que se hizo pasar por hombre para entrar en la Armada

  • La historiadora Alicia Vallina publica 'Hija del mar', una historia de aventura, de fidelidad y de coraje protagonizada por una mujer que se travistió para convertirse en soldado en el siglo XVIII

La historiadora y escritora Alicia Vallina.

La historiadora y escritora Alicia Vallina.

Hace tan solo 33 años que la mujer pudo entrar de forma oficial en las Fuerzas Armadas Españolas, sin embargo, hace más de dos siglos una cordobesa fue pionera en alistarse en el ejército para servir a su país. Se trata de la aguilarense Ana de Soto (o de Sotomayor), una joven que se hizo pasar por hombre para entrar en la Armada en un momento de mucha tensión -último tercio del siglo XVIII y principios del XIX- en el que el imperio español se desmoronaba mientras sentía el acoso de Inglaterra. 

La historiadora y escritora Alicia Vallina recupera la historia de esta heroína en Hija del mar, una novela publicada por Plaza & Janés en la que cuenta la que pudo ser la vida de esta cordobesa basándose en los acontecimientos reales que sí han llegado hasta nosotros a través de diversas fuentes.

El descubrimiento de Ana María de Soto (Aguilar de la Frontera, 1775 - Montilla, 1833) por parte de Vallina surgió "de una ausencia". Cuando en 2017 la designaron directora técnica del Museo Naval de San Fernando (Cádiz) y recorrió sus salas por primera vez notó que en el discurso expositivo no había ninguna mujer que hubiera formado parte de la historia de la Armada Española. Entonces se propuso investigar si las había para sacarlas a la luz. 

A partir de ahí, consultando archivos, sobre todo el Archivo General de la Marina Álvaro de Bazán, ubicado en Viso del Marqués (Ciudad Real) y también protocolos notariales apareció la cordobesa Ana María de Soto. "No fue del todo difícil" encontrarla, aunque sí fue "complicado desgranar esos documentos que tienen una grafía compleja" para luego "trabajarlos y ordenar esa historia".

Durante cinco años, Ana María se travistió de hombre y cambió su nombre por el de Antonio

La realidad es que poco se conoce de la vida de Ana María de Soto, así que Hija del mar es "una historia novelada porque requería seguir tirando del hilo y darle forma con los datos que no teníamos". No se saben, por ejemplo, "las causas por las que ella decide romper con todo y alistarse en la Armada, pero sí nos podemos imaginar cuáles pudieron haber sido y cómo pudo ser su vida allí".

Hija del mar es una historia de "aventura, de valores, de fidelidad, de coraje y también de miedo e incertidumbre hacia el futuro incierto, que es lo que más me apetecía destacar en la novela", apunta la autora.

La intención era contar "cómo una mujer decide romper con todo en un contexto social tan complejo para ella en el último tercio del siglo XVIII y cómo a partir de esa ruptura se reconoce, identifica y avanza en esa aceptación hacia ella misma y hacia lo que era". "La excusa es el personaje, pero lo más importante es esa recuperación de la identidad y esos valores que Ana María encuentra en ese camino", resalta la escritora.

Vallina señala que hay que imaginar "la dureza" que suponía para una mujer de finales del siglo XVIII "vivir en un pueblo de interior con las dificultades que eso entraña" y además "con un destino probablemente muy determinado por el simple hecho de ser mujer". Por una parte, "está esa predeterminación de la que ella quiere huir" y, por otra, "esa concepción de España, de valor, de honor y conocer la existencia de grandes marinos que dieron su vida por su país". Es decir, hay una vertiente más real dado el periodo histórico en el que vivió y otra más romántica y heroica.

Acuarela de Ana María de Soto realizada por Amparo Alepuz en 2018. Acuarela de Ana María de Soto realizada por Amparo Alepuz en 2018.

Acuarela de Ana María de Soto realizada por Amparo Alepuz en 2018.

Para entrar en la Armada, además de travestirse de hombre, Ana María tuvo que cambiar su nombre, de forma que se alistó en 1793 como Antonio María de Soto, "probablemente el nombre de su hermano", en la sexta compañía del undécimo batallón de Infantería de Marina. Así estuvo unos cinco años, el tiempo que duró en la Armada, con las dificultades que ello conllevaba ya que tenía que "ocultarse como mujer en espacios muy angostos, sin intimidad, con malas condiciones higiénicas y con enfermedades".

"Además, ese ocultamiento para ella era una losa porque esa mentira que vivía con respecto a su sexo la sepultaba", puntualiza la autora, que llega a sostener que "durante esos cinco años probablemente alguien se diera cuenta de que era una mujer, pero la escasez de medios que había en la Armada quizás provocó que hicieran la vista gorda". En esa línea, la escritora señala que "si era descubierta o la delataban, eso le podía costar la muerte".

Esta aguilarense participó en varias batallas en "un momento histórico conflictivo ya que el imperio español comenzaba a desmoronarse" y en el que había una especial tensión con Inglaterra. En la novela aparece mencionada, por ejemplo, la batalla del Cabo de San Vicente, en la que participó Ana María de Soto y supuso la derrota de los españoles a manos inglesas el 14 de febrero de 1797.

La heroína cordobesa también estuvo en la defensa de Cádiz con las lanchas cañoneras de Mazarredo. "Es un momento de decadencia en el que se produce la derrota de Trafalgar en 1805 y la Guerra de la Independencia", resalta Vallina. En este contexto, "ella decide enfrentarse a todos estos enemigos con valor, coraje y mucha obstinación".

También estuvo en la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, conocida por el expolio que en 2007 llevó a cabo la empresa estadounidense Odyssey. En 1804, la Mercedes fue bombardeada y hundida por los ingleses, que hicieron prisioneros a los supervivientes, entre ellos al capitán de navío montillano Diego de Alvear y Ponce de León. La escritora sostiene que, "probablemente, don Diego, un montillano ilustre, hubiera conocido a Ana María de Soto".

A medida que el lector avance en las páginas de Hija del mar, descubrirá qué ocurrió con la protagonista y cómo siguió su vida, una vez que se le concedió licencia de estanco en Montilla, localidad en la que murió con 58 años el 4 de diciembre de 1833.

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