El Amor de Málaga bendice un trono dorado por el cordobés Varo

La casa de hermandad de la cofradía del Cristo del Amor y la Virgen de la Caridad de la ciudad de Málaga acogió en la tarde de ayer la bendición del dorado del trono de su titular mariana, un trabajo que ha realizado el cordobés Ángel María Varo en los últimos diez meses. La finalización de este paso, a la que hay que unir la labor que otros autores locales vienen realizando en estos últimos años por toda la comunidad andaluza -incluidas Sevilla y la propia Málaga-, confirma así el buen momento en el que se encuentra el arte cofrade cordobés. Así, en el caso de Varo, el dorado del trono de la Caridad es el segundo encargo que recibe por parte de las corporaciones de la capital malagueña, a las que también les realizó el dorado del paso de la Virgen María Auxiliadora.

Para el dorado del trono de la Caridad han sido necesarios unas 17.000 hojas de oro, una cantidad más que importante si se tiene en cuenta que el paso de misterio de la Hermandad de la Sagrada Cena de Córdoba- uno de los más ricos en este sentido de la ciudad- tiene en torno a 1.000 hojas de oro menos que el de la Caridad. El autor local destacó la buena factura de la talla, efectuada en los talleres sevillanos de los Hermanos Caballero, y aludió asimismo a la "importancia" que tiene el hecho de que las hermandades de Málaga se fijen en los artistas cordobeses para encargar trabajos. El dorador destacó otros detalles del trono, como los 13 puntos de luz que llevan sus arbotantes, entre cinco y seis más de lo habitual, y la marcada estética barroca del trono.

La aportación del dorador cordobés sirve además como culminación de un trabajo iniciado hace ya 22 años tras la presentación del proyecto a cargo de Fernando Prini. En estas algo más de dos décadas, la hermandad malagueña se ha visto obligada a detener en varios momentos la ejecución del trono como consecuencia de la adquisición de la casa de hermandad, una inversión costosa que le privó de continuar con el paso de la Caridad. Sin embargo, a pesar de haber transcurrido 22 años desde que comenzó a gestarse el trono, la corporación se marcó un año de plazo para la realización íntegra de su dorado, una práctica poco habitual en las cofradías.