Altruistas por pura vocación

Dedican parte de su tiempo de manera gratuita a labores sociales, acompañar a enfermos o participar en sus actividades lúdicas. Acuden a la llamada de quien lo necesita siempre que pueden y sin echar cuentas al reloj. Su ayuda se ha convertido en una seña de identidad y, sin ella, muchas entidades no podrían desarrollar sus proyectos e iniciativas. Es una pequeña definición del voluntariado, que hoy celebra su día internacional, pero que en Córdoba se celebró con 24 horas de antelación. El patio Barroco del Palacio de la Merced -sede de la Diputación- fue ayer el escenario de esta celebración, en la que se organizó al mediodía una suelta de globos de color rojo que colorearon buena parte del cielo cordobés.

Al acto acudieron representantes de diferentes colectivos sociales que trabajan en Córdoba, así como un buen número de voluntarios que colaboran con ellos, como Dolores Adamuz. Cordobesa jubilada, esta mujer es voluntaria en tres colectivos diferentes: el Banco de Alimentos Medina Azahara, Acali y Sonrisas de Lunares. Para todas ellas tiene tiempo más que suficiente a lo largo de la semana y a las que llegó, según contó, "por mediación de un amigo y por mi profesora de teatro". Adamuz comenzó su etapa como voluntaria hace ahora siete años y aseguró que esta labor le reporta "paz interior y me hace sentir mejor persona".

Antonio Bueno es trabajador y voluntario de la Asociación Cordobesa de Parálisis Cerebral y Afecciones Similares (Acpacys). A sus 42 años, no tiene reparos en asegurar que ha sido voluntario "toda la vida". Es algo, continúa, "que he visto en mi casa". Educador social en Acpacys, Bueno considera que al ser voluntario "puedes hacer cosas más importantes con tu tiempo que dedicártelo a ti". También aprovecha para hacer un llamamiento a que aumentar la presencia de estos colaboradores solidarios, al señalar que: "sólo se vive una vez y es muy triste pasar por la vida sin aportar nada al que está al lado".

"Soy voluntario de Cruz Roja porque quiero dar lo mejor de mi", confesó José Antonio Espartero, que acude a los asentamientos rumanos y colabora en la unidad de emergencia de la institución humanitaria cada quince días. "Tenía tiempo libre y me gusta dedicarme al bienestar", anotó, al tiempo que lamentó la situación en la que se encuentran las personas que viven en estos asentamientos.

"El voluntario es la persona que ayuda, escucha y comprende", defendió la delegada de Participación Ciudadana y Consumo de la Diputación, Aurora Barbero, y quien dio la bienvenida a los asistentes a esta celebración.

La coordinadora provincial de Voluntariado de la Junta de Andalucía, Eulalia Quevedo, no faltó a la fiesta y señaló que los voluntarios "hacéis la diferencia, estáis haciendo una labor diaria y sois sinónimo de compromiso y dedicación y, todo ello, de forma desinteresada".

El acto también contó con la asistencia de la presidenta de la Plataforma del Voluntariado de Córdoba, Pilar Pineda, quien insistió en que los voluntarios "se vuelcan con los que más lo necesitan". En su intervención hizo hincapié en que "vuestra atención se centra en colectivos vulnerables que necesitan nuestro apoyo".

Varias voluntarias leyeron manifiesto conmemorativo en el que se hizo un reconocimiento "a la labor de tantas y tantas personas que en todas las partes del mundo hacemos voluntariado, de manera organizada y continuada, comprometidos con las personas que están en situación de fragilidad". En el manifiesto, también se hace un llamamiento a la "reforma necesaria de la Ley Andaluza de Voluntariado" y a la "evaluación del III Plan Andaluz de Voluntariado y la puesta en marcha del cuarto, tareas inaplazables si queremos planificar ordenadamente a medio plazo el futuro de la acción voluntaria en Andalucía".