Córdoba

Almenara abre el melón

  • Su permanencia en el PSOE habría concitado unanimidad si no fuera porque ha decidido marcharse. ¿El relevo? Hay quien dice que ha puesto el partido al pie de los caballos

Se sabe cómo se empieza pero no cómo se acaba. El punto de partida es de consenso, una unidad inusitada en el PSOE de Córdoba desde hace mucho tiempo, aunque el escenario puede enredarse de un día para otro. Los socialistas lo saben; tienen experiencia en ello. José Antonio Ruiz Almenara ha abierto el melón. En el comité provincial del pasado sábado anunció, contra todo pronóstico, que se apeaba de la secretaría general de su formación porque, personalmente, no puede compatibilizarla con la Alcaldía de Palma del Río. La incertidumbre cundió entre la familia socialista. Sólo sus más cercanos colaboradores y algunas personas de la Ejecutiva regional conocían su decisión. El interesado, incluso, jugó hasta última hora con la posibilidad de tirar para adelante con un nuevo mandato, lo que le habría mantenido 12 años al frente del PSOE cordobés. Ni siquiera los miembros de su dirección, a la que reunió el 5 de mayo para fijar el calendario de congresos, conocían que no optaría a la reelección.

Pero se marcha, y la pregunta natural es ¿tiene sucesor? Su relevo lógico era él mismo. En un momento en que las aguas del manantial socialista brotan tranquilas todos dan por hecho que la permanencia de Ruiz Almenara en el cargo habría concitado la unanimidad de su partido. Ahora puede pasar cualquier cosa. Así puede extraerse de las diversas conversaciones que mantuvo ayer El Día con dirigentes socialistas, que entienden que la decisión personal del todavía secretario provincial pone al partido "al pie de los caballos" en un momento en que "no son necesarios los experimentos". Sin embargo, y a pesar de estas reflexiones, son las mismas fuentes las que concluyen que todo apunta a que el escenario no es el propicio para que haya dos o más candidaturas. Habría que hacer campaña por la provincia, reunir los avales necesarios... y el tiempo se echa encima.

Ruiz Almenara ha guardado su decisión bajo llave hasta prácticamente dos meses antes del Congreso en el que se debe renovar la dirección cordobesa -se celebrará el 19 de julio-. Sólo él sabe si lo ha hecho así para que alguien de su entorno tenga más fácil la continuidad sin turbulencias en el viaje, una posibilidad que no descartan algunos socialistas. El nombre de Juan Pablo Durán, que ha sido ocho años secretario de Organización de su Ejecutiva, está en las quinielas, como también figura el de Isabel Ambrosio, que abriría así por primera vez las puertas de la secretaría general a una mujer. En cualquier caso, su acta de diputada autonómica y su presencia en la dirección andaluza la aleja de una máxima que defienden algunos en lo interno, y es que quien sea el jefe de filas debe dedicarse por entero al partido.

Si le sale bien la jugada, Ruiz Almenara puede situarse como un ejemplo para el PSOE andaluz de cómo una provincia es capaz de encauzar una sucesión tranquila. Si no, se abrirían la puerta de los reproches en un momento en que las raciones de división de Sevilla y Málaga ya empiezan a causar empacho. Que se sumara una espinita más sólo por la decisión unilateral de un dirigente no sentaría del todo bien en el partido, que a veces gusta de eso de los sacrificios personales.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios