El 70% de los cordobeses cree que los inmigrantes vienen a España para delinquir. Es uno de los datos que arroja un informe realizado por la  Asociación Proderechos Humanos (APDH) y que ha dado a conocer el delegado del colectivo en Córdoba, Carlos Arce. Elaborado en base a encuestas y con motivo del 70 aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos, APDH ha presentado el documento "en el que se analizan las situaciones discriminatorias que sufren las personas migrantes y de minorías étnicas en Córdoba, que dificultan gravemente el ejercicio de los derechos fundamentales".

"Algunos de los resultados obtenidos son especialmente significativos, y dan idea de la preocupante dimensión de esa realidad objeto de análisis", ha indicado.  "Llama poderosamente la atención que el 70% de las personas consultadas respondieran afirmativamente a la pregunta de si los inmigrantes vienen a España a delinquir, o que la misma pregunta respecto a las personas de etnia gitana alcanzara casi el 57%", ha destacado.  El delegado de APDH en Córdoba ha defendido que esos estereotipos y prejuicios "parecen ser resistentes a la realidad, ya que España es el tercer país europeo con menos tasa de criminalidad y dicha tasa no ha dejado de descender durante los años en los que la población migrante crecía en España".

Arce ha detallado que los resultados del informe confirman que "los estereotipos sobre estas personas están profundamente arraigados en nuestra sociedad, lo que fomenta los prejuicios y pueden acabar incluso incitando actitudes de intolerancia y odio más extremas". Así, ha adelantado que cerca del 56% de las respuestas registradas en el mismo indican que estas personas restan oportunidades de trabajo a los españoles, "a pesar de que las cifras indican que los trabajadores extranjeros apenas representan el 10% de la fuerza laboral del país (incluyendo también a los ciudadanos de la UE), que ese mismo porcentaje es su peso entre los que perciben prestaciones por desempleo o que la precariedad laboral se ceba con mucho más rigor sobre los trabajadores migrantes en comparación con los españoles".

Arce ha sostenido que el prejuicio lleva incluso a ver muchas más personas refugiadas, o extranjeras en general, de las que realmente hay. "El 58% de los cordobeses entrevistados consideraba que hay demasiados refugiados, mientras que la realidad es que el total de la población extranjera en nuestra provincia, tenga la condición de refugiada o no, apenas representa el 2,6%, según el INE", ha insistido.

El delegado de APDH  ha apuntado que el 57% de los encuestados considera que las familias refugiadas reciben más prestaciones que las españolas, algo que habitualmente se extiende a todos los inmigrantes en general. "Una vez más los datos reales destruyen esta percepción, ya que el número de los usuarios de los servicios sociales de origen inmigrante se reduce a un exiguo 9% en Andalucía o entre los pensionistas en España tan solo se contabilizan menos de un 1% de nacionalidad extranjera", ha relatado.

Arce ha añadido que otros muchos datos más en el informe confirman que los estereotipos de tinte racista y xenófobo están fuertemente asentados en nuestra sociedad. "Pero a nuestro juicio, lo más peligroso es que no hay una conciencia social de ello: después de dar el tipo de respuestas que hemos descrito, la mayoría de las personas entrevistadas afirmaban no tener prejuicios respecto a la población migrante y las minorías étnicas (45%), ni haber actuado nunca de forma discriminatoria respecto a ellas (61%)", ha sentenciado.

El delegado de la Asociación Proderechos Humanos (APDH) ha exigido por lo tanto "a los poderes públicos" medidas urgentes de sensibilización para combatir "las percepciones negativas sobre colectivos especialmente vulnerables, como son la población de origen migrantes y las minorías étnicas, haciendo un especial hincapié en el ámbito educativo". Arce también hizo un llamamiento a la responsabilidad a las formaciones políticas a la hora de tratar noticias y realizar campañas electorales en esta materia, "ya que la frivolización, cuando no directamente la manipulación, generan el caldo de cultivo perfecto para la intolerancia y el crecimiento de la ultraderecha, como tristemente hemos comprobado en los últimos comicios andaluces".