En plena Cuaresma el pescado toma especial protagonismo en la dieta de millones de personas. Durante la festividad de Cuaresma, desde 40 días antes de Semana Santa, se come tradicionalmente pescado, sobre todo bacalao, legumbres, huevo y verduras. Garbanzos con bacalao: una receta de toda la vida para los días de Cuaresma, bacalao con tomate en su punto de sabor y sal, tortillitas de bacalao: una receta tradicional con sabor a Andalucía o bacalao gratinado con muselina de alioli. Pero también existen alternativas deliciosas para los que no les gusta el bacalao. Como estas tortillitas de gambas que aquí os presentamos

Cómo hacer las tortillitas de gambas

Momento en el que se añaden las gambas a la mezcla

Las tortillitas de gambas son un plato muy fácil de preparar. Los ingredientes que necesitamos para prepararlas son los siguientes: 300 gramos de gambas frescas, un huevo, dos dientes de ajo grandes, u cuarto de cebolla mediana, perejil fresco, sal, harina de trigo, leche y aceite de oliva.

Para elaborar tortillitas de gambas necesitamos gambas frescas, huevo, dientes de ajo, cebolla mediana, perejil fresco, sal, harina de trigo, leche y aceite de oliva

El proceso de elaboración es el siguiente: Lo primero que debemos hacer es pelar las gambas y reservarlas en un plato. Con las gambas apartadas, añadimos a la batidora un huevo, dos dientes de ajo (pelados y enteros), una cuarta parte de una cebolla mediana (cortada en trozos) y perejil, batiéndolo el tiempo necesario hasta que todo quede bien pasado. 

El contenido que obtengamos de la batidora lo introduciremos en un bol y será entonces cuando añadamos las gambas apartadas previamente, que cuanto más frescas sean, mejor se acoplarán a la mezcla resultantes de la batidora. En dicho bol iremos alternando dos acciones: echar cucharadas soperas de harina y verter chorritos de leche, mezclando todo bien, hasta que nos quede una masa homogénea y cremosa, ni demasiado líquida ni demasiado espesa.

Es importante que la masa de la tortillita nos quede homogénea y cremosa, ni demasiado líquida ni demasiado espesa

Con la masa conseguida pondremos aceite de oliva en una sartén con cierta profundidad para poder distribuir correctamente las cucharadas de masa cuando el aceite esté bien caliente hasta que comprobemos que la masa está doradita por ambos lados. Así, por último, será el momento de sacarlas de la sartén con una espumadera y dejarlas reposar en un plato sobre el que habremos colocado previamente papel de cocina o absorbente con el fin de eliminar el exceso de grasa.