Agua de Mayo

La importancia de cuidar hasta el último detalle

  • Su exquisita carta y sus desayunos son sólo una parte de la atractiva oferta de este negocio

Imagen del jardín vertical que luce en el interior de Agua de Mayo.

Imagen del jardín vertical que luce en el interior de Agua de Mayo. / Juan Ayala

Hay lugares en los que nada más entrar uno siente que son distintos a la media. Y en la hostelería ese sello tan particular es complicado de conseguir, pues requiere un esfuerzo enorme, un concepto claro del negocio y la capacidad de transmitirlo a los clientes. Esas cualidades se observan a simple vista cuando uno entra en Agua de Mayo, un gastrobar que parte de la tradición de la taberna para mejorar ese concepto tan demandado en una ciudad como Córdoba. ¿Cómo se consigue eso? Dando la importancia que merece a cada detalle, por pequeño que parezca.

Situado en la céntrica calle Claudio Marcelo, el cliente percibe desde el primer momento la cuidada estética del local de Agua de Mayo. Decorado con gusto y con elementos novedosos como la cortina de agua que cubre una de sus ventanas, o la importancia que cobra el mundo vegetal en su local, este gastrobar ha conseguido ser un referente en el centro de Córdoba desde que abriera sus puertas en 2016. Ahora, en una nueva etapa con Ana Pulido al frente, esa idea de mimar los detalles y cuidar el trato y el producto que se ofrece al cliente se mantiene siempre presente.

La carta de Agua de Mayo es una propuesta bastante atractiva que recoge platos novedosos junto a las recetas más reconocibles de la tradición cordobesa, aunque muchas de ellas con un aire distinto y una presentación cuidada al extremo, que invita a volver a descubrirlas. Los clásicos flamenquines y el salmorejo, los cogollos, las berenjenas o su deliciosa ensaladilla son algunos de los platos que sobresalen de una oferta para todos los gustos. De ella se puede disfrutar tanto en raciones como en tapas. Una sugerencia de la casa que muchos clientes acogen de buen grado es su variedad de montaditos, con el piripi como el predilecto entre los habituales a esta taberna, convertido en un clásico ya para los que hace tiempo que descubrieron este lugar.

Al margen de su carta, esta taberna ofrece la posibilidad a sus clientes de saborear su cocina a diario en formato menú, ofreciendo seis propuestas entre las que seleccionar el primer y el segundo plato. Acompañados del pan, una bebida y el postre, el menú de la casa tiene un precio muy accesible de 7,90 euros.

El tirón de sus desayunos

Agua de Mayo es también de sobra conocida por la calidad de sus desayunos, que ha hecho que sean muchos los clientes que empiezan el día disfrutando de su gran variedad de tostadas, acompañadas de una botella de agua y un pequeño vasito de zumo de naranja natural, cortesía de la casa. Los más fieles pueden disfrutar de la tarjeta de fidelización que este negocio ofrece y que convierten en gratuito el octavo desayuno de cada cliente.

Dos clientes toman un café en Agua de Mayo. Dos clientes toman un café en Agua de Mayo.

Dos clientes toman un café en Agua de Mayo. / Juan Ayala

Pero Agua de Mayo es mucho más que todo eso, pues a su exquisita cocina y sus sabrosos desayunos suma un buen ambiente en el que disfrutar los fines de semana de sus cócteles y combinados.

A la elección del cliente queda si hacerlo en su cómoda terraza, especialmente atractiva cuando el termómetro empieza a marcar temperaturas agradables. Eso sí, los que visitan Agua de Mayo coinciden en que resulta complicado renunciar a disfrutar de su local, una gozada para la vista.

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