Existen pocas actividades profesionales más vocacionales que la hostelería. En muchas ocasiones, la aventura empresarial de abrir un bar pasa de padres a hijos y acaba marcando el desarrollo profesional de varias generaciones. Claro que no siempre es sencillo cumplir ese traspaso entre generaciones, porque para ello hay que mantener un negocio durante décadas y es algo que muy pocos consiguen. Un ejemplo perfecto es el Pedrera Bar, el que durante 40 años ha sido el Bar Casa Manolín, el negocio que puso en marcha Manuel Pedrera en el año 1979 y que ahora, tras su jubilación, ha pasado a manos de sus hijos.

Jordi, Manuel y Nuria Pedrera han cogido el testigo de su padre y en honor al apellido familiar han instaurado el nombre de Pedrera Bar, para un negocio que se ha adaptado al paso del tiempo a la perfección, aunque siempre respetando los principios bajo los que echó a andar hace ahora justo cuatro décadas.

"Nosotros nos hemos criado sin conocer otra cosa que el bar de mis padres", cuenta Jordi Pedrera, uno de los hijos de Manuel, que junto a sus hermanos ha dado un paso adelante para asumir la dirección de un negocio "que es más que eso", comenta Jordi, pues "es algo de la familia y que ahora nos da de comer a cuatro familias, porque podemos presumir de una clientela buena y fiel, que nos conoce y a los que conocemos desde hace muchísimos años". Esa consolidación se consigue con años de trabajo y buen servicio al cliente, y con el orgullo de ser un referente dentro de su barrio, La Fuensanta, algo que Jordi lleva muy a gala: "Somos del 14010 y nos sentimos orgullosos de pertenecer a este barrio".

Sin dejar de lado el sabor de la cocina más tradicional, el Pedrera Bar se ha especializado en los últimos años en los desayunos, ya que abre sus puertas desde las 5:30 de la madrugada, con la única excepción de los domingos. "Prácticamente todas las mañanas llegamos hasta las 12:30 o 13:00 sirviendo desayunos", cuenta Jordi. Una demanda que han conseguido gracias a ofrecer buen precio, producto de calidad y tostadas generosas a sus clientes.

Manuel Pedrera es otra de las caras visibles de la segunda generación de este negocio.

Pero el verdadero secreto del Pedrera Bar está en el sabor auténtico de sus platos, que guardan con celo las recetas más tradicionales de la cocina cordobesa. Entre las especialidades de la casa, Jordi destaca "el cochifrito, que es espectacular y de lo más demandado por los clientes, o las carnes de Córdoba, como la presa o el solomillo". En la carta del Pedrera Bar tampoco faltan sus flamenquines caseros, el salmorejo cordobés, los riñones al jerez, la carrillada en salsa, los boquerones al limón o las croquetas, platos clásicos y que siguen muy vigentes en la cocina de los bares de barrio, donde el cliente no busca tanto la innovación como el sabor de siempre. "Nosotros trabajamos además de nuestra carta y varias sugerencias del día, para ofrecer el producto que día a día destaque en el mercado", añade Jordi Pedrera sobre la oferta de su bar.

Además, los sábados son día de perol en el Pedrera Bar, con las tradicionales migas de invierno o el arroz cordobés, con el que se obsequia cada consumición de una clientela que ha hecho de este bar un factor habitual en su día a día y que lo ha convertido en una referencia en La Fuensanta y, por extensión, en la ciudad de Córdoba.

Dirección y teléfono de contacto

El Pedrera bar se ubica en el barrio de La Fuensanta, en el número 13 de la Avenida Miguel de Unamuno. Su teléfono de contacto es el 957 25 10 58.

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