El piloto | Crítica

Gerard Butler como síntesis de héroes populares

Gerard Butler vuelve a la acción con 'El piloto'.

Gerard Butler vuelve a la acción con 'El piloto'. / D. S.

El realizador francés Jean-François Richet pagó su deuda con sus orígenes suburbiales con las interesantes État des lieux, Ma 6-T va crack-er y, girando hacia el thriller, con De l’ amour. Hecho lo cual se dedicó al cine de entretenimiento y saltó a Hollywood para hacer un discreto remake de Asalto a la comisaría del distrito 13, volvió a Francia para rodar un buen díptico sobre el gángster Jacques Mesrine y, tras probar con poca fortuna la comedia con Una semana en Córcega, volvió al thriller con Blood Father y abordó la superproducción a la europea con El emperador de París.

Ahora prosigue por el camino del cine popular asociándose a uno de sus iconos, Gerard Butler, síntesis de Steve Reeves y los antiguos musculosos de los peplums (300), de los vengadores de Charles Bronson o Liam Neeson (Un ciudadano ejemplar), de Bruce Willis (Objetivo: la Casa Blanca, Objetivo: Londres, Objetivo: Washington D.C.) y, en esta ocasión, del Nicolas Cage de Con Air.

Hay un avión en el que viaja un peligroso criminal, un personaje -en este caso el piloto- con prisas para reunirse con su hija en una fecha señalada, un accidente, un aterrizaje forzoso y una desesperada lucha por sobrevivir porque la mala suerte los ha conducido a una isla sumida en una lucha interna entre facciones de guerrilleros de los que es más difícil salvarse que de la tormenta que provocó el accidente.

La asociación entre Richet y Butler funciona bien: da lo que promete si no se le pide más de lo que una película ligera de acción y aventuras con Butler en cabeza puede dar.

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