El fantasma de Groenlandia

Crítica 'Todos están muertos'

Elena Anaya, una antigua estrella del pop en 'Todos están muertos', interesante debut de Beatriz Sanchís.
Elena Anaya, una antigua estrella del pop en 'Todos están muertos', interesante debut de Beatriz Sanchís.
Manuel J. Lombardo

04 de junio 2014 - 05:00

Todos están muertos. Drama, España, 2014, 89 min. Dirección y guión: Beatriz Sanchís. Fotografía: Álvaro Gutiérrez. Música: Juan Manuel del Saso, Juan Pastor, Aaron Rux. Intérpretes: Elena Anaya, Macarena García, Angélica Aragón, Nahuel Pérez Biscayart, Patrick Criado, Christian Bernal.

El prólogo de esta primera película de Beatriz Sanchís nos hace temer un (oportuno) revival del espíritu de la Transición y la estética de la Movida. Sin embargo, pronto descubrimos que Todos están muertos es otra cosa, una cosa mucho más sugerente e insólita en nuestro cine, tan dado al realismo ramplón, los guiones de escuadra y cartabón o las reconstrucciones a las que se le ve siempre el cartón del atrezzo.

Y es que esta película es un auténtico y actualizado cuento de fantasmas y transmisión (de valores esenciales, primarios), un delicado ejercicio de tono y atmósferas que la debutante Sanchís sabe sacar a flote sin salir apenas de las cuatro paredes de esa casa destartalada que ocupan una vieja estrella del pop, ahora madre ausente, un hijo en plena crisis de adolescencia, una abuela mexicana que ejerce de matriarca protectora y santera y el fantasma del hijo de ésta, padre del niño y compañero de la madre, invocado y reaparecido con botas de punta para aclarar asuntos pendientes y cerrar heridas aún abiertas.

Todos están muertos se mueve así en los intersticios del relato de superficie realista con una sutil elegancia mágica, siempre fiel a un tono delicado, elíptico y susurrante que encuentra en la mirada acuosa de Elena Anaya y en el poderío racial de Angélica Aragón los pilares para su trazado de sombras, miedos, recuerdos, pequeños misterios y destellos de luz en un Madrid de los noventa que, como en todo cuento de fantasmas, pareciera anclado en un tiempo mucho más profundo y abstracto.

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