Festival de Venecia

La risa del 'Joker' resuena en la Mostra

  • Joaquin Phoenix revoluciona Venecia con su película sobre el villano. 

  • Pablo Larraín presenta en la Sección Oficial 'Ema', un filme sobre una adopción fallida

Joaquin Phoenix, junto a Todd Phillips, antes de la proyección de 'Joker'.

Joaquin Phoenix, junto a Todd Phillips, antes de la proyección de 'Joker'.

El Joker asaltó este sábado la Mostra de Venecia para robar el León de Oro, con el estreno de una película sobre este villano interpretado ahora por Joaquin Phoenix en la que se muestra de cerca su viaje hacia el abismo del mal y de la locura.

Nadie puede negar la enorme expectación que provocó el estreno de esta película centrada en el enemigo número uno de Batman, con largas colas y un leve retraso en su proyección, que culminó en aplausos.

El director Todd Phillips ha querido dotar de una historia propia, íntima y personal a este payaso del cómic, para ahondar en la causa de su locura y en sus irrefrenables deseos de hacer el mal. "Me pregunté por qué no se hacía una película sobre el Joker, una profundización en un personaje fantástico", reconoció en la rueda de prensa de presentación el realizador estadounidense, más conocido por comedias como Resacón en las Vegas (2008).

Phoenix insistió en que lo atractivo del proyecto fue dar "un punto de vista totalmente propio" a este personaje de pelo verde y siniestra sonrisa, sin mirar a los interpretados en el pasado por otros actores como Jack Nicholson, Jared Leto o Heath Ledger. De este modo ha dado un pasado al personaje, previo beneplácito de la editorial DC Comics, pese a que fue "difícil" de lograr y fue preciso insistir.

En la cinta, Joker es el pseudónimo de un payaso fracasado llamado Arthur Fleck, maltratado por una sociedad, la de Gotham City, sumida en el caos, la oscuridad, la violencia y la ausencia total de moral y empatía. "Lo atractivo del personaje es que es muy difícil de definir y tampoco queríamos hacerlo. He tratado de identificar algunos lados de su personalidad, pero luego daba un paso atrás, porque quería que fuera una obra de misterio", explicó Phoenix, que fue ovacionado.

Todo esto durante los ocho meses en los que preparó su rol: "He explorado su personalidad, su carácter, quién fue este personaje antes y en lo que se convierte", refirió. Quizá lo más complicado de elaborar fue la icónica risa del villano, hasta alcanzar "tres o cuatro" tonalidades en función del contexto en el que se encuentra o de su estado de ánimo.

Larraín y 'Ema'

Por otro lado, Pablo Larraín presentó en la Sección Oficial de la Mostra Ema, protagonizada por Mariana di Girolamo y Gael García Bernal y que cuenta la odisea de liberación de una mujer traumatizada por una adopción frustrada.

A través de esa historia se entremezclan reflexiones sobre el arte, el deseo, las nuevas familias y, especialmente, sobre la manera de ver la vida de una nueva generación de jóvenes, a ritmo de reguetón.

Larraín, de 42 años, confesó que no le gustaba nada ese tipo de música y que fue Nicolas Jaar, autor de la banda sonora, quien le convenció mostrándole la lista de las diez canciones más escuchadas en Chile y en toda Latinoamérica: todas de reguetón. "He acabado disfrutándolo", admitió.

Pablo Larraín, con los actores Mariana di Girolamo y Gael García Bernal. Pablo Larraín, con los actores Mariana di Girolamo y Gael García Bernal.

Pablo Larraín, con los actores Mariana di Girolamo y Gael García Bernal. / Ettore Ferrari (Efe)

La actriz Mariana di Girolamo, nacida en 1990 en una familia de artistas, explicó que para Ema, como para ella misma y para muchas personas de su edad, el baile es una liberación. "Es un ritmo sinuoso, sensual, contagioso, no me gusta escucharlo pero me gusta mucho bailarlo, es ritmo atávico que te lleva a lo primitivo y Ema lo usa también para seducir", dijo.

Con un estilo siempre directo y a veces áspero, Larraín retrata la realidad de su país en películas como Tony Manero (2008), que transcurre durante el golpe de Augusto Pinochet, o No (2012), por la que obtuvo una nominación al Oscar. 

Pero esta es la primera vez en que habla de una generación que no es la suya. "He aprendido mucho, me ha sorprendido ver que tienen códigos específicos, entienden el mundo de otra manera", afirmó. En concreto mencionó su respeto a los otros, su conciencia con el cambio climático o su menor afán consumista, además de la importancia que para ellos tiene la amistad y el grupo.

En la película, Gael García Bernal -en su tercera colaboración con Larraín después de No y Neruda- es Gastón, la pareja de Ema. Ambos forman parte de un grupo de danza experimental cuya relación se trastoca a raíz de su decisión de abandonar al niño que han adoptado.

La cámara se recrea en las escenas de baile, las coreografías y en la sensualidad de unos cuerpos libres que tienen un modo muy abierto de entender la sexualidad. La narrativa fragmentada puede desorientar al espectador, pero finalmente todas las piezas encajan.

Durante el rodaje, los actores solo conocían las escenas que iban a filmar cada día. "Cuando un actor lo sabe todo, su comportamiento es diferente, ellos no sabían lo que iba a ocurrir después, pero es que así es la vida, impredecible", justificó el director.

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