Pregón

Del ¡Viva Sevilla! al lamento por una Bienal incierta

  • La noticia del traslado de espectáculos del Lope de Vega al Cartuja Center ennegrece el arranque de la cita jonda que pretendía conmemorar el ambiente festivo de las reuniones del Cortijo de Pino Montano con el pregón de Laura García Lorca y las sevillanas de La Argentinita y el poeta en la voz de Marina Heredia

  • Lea el texto íntegro del Pregón de la Bienal de Flamenco 2022

Laura García Lorca, en un momento del Pregón que pronunció en el cortijo que perteneció a Ignacio Sánchez Mejías.

Laura García Lorca, en un momento del Pregón que pronunció en el cortijo que perteneció a Ignacio Sánchez Mejías. / Claudia Ruiz caro / archivo gráfico bienal de flamenco

El ambiente festivo y entusiasta que invitaba a los presentes a brindar por el flamenco y por la Bienal, recogiendo el mensaje de aquellas míticas sevillanas de Lorca y La Argentinita, que esta vez interpretó al piano la cantaora Marina Heredia, se ha visto ennegrecido este jueves por la inesperada noticia del traslado de gran parte de los espectáculos del Lope de Vega al Cartuja Center “debido a las imposibilidades técnicas derivadas de la terminación de las obras”, tal y como se anunció horas antes en un comunicado.

Así, este ¡Viva Sevilla! que tendría que anunciar el arranque de la Bienal de la alegría, como la ha calificado en varias ocasiones su director, Chema Blanco, se tradujo inevitablemente en desconcierto entre unos invitados que no podían evitar mostrar su consternación por lo que supone para una cita como ésta la pérdida de su teatro más emblemático. El corazón de la Bienal, que había resaltado el propio Blanco hace dos días en la presentación de la programación de un “renovado” Lope de Vega que debía acoger desde este domingo (con el estreno de los Cantes del Silencio de David Lagos) “una programación que, como el mismo espacio, aúna tradición y modernidad”, explicaba el alcalde, Antonio Muñoz, en la misma rueda de prensa.

De esta forma, igual que se debieron torcer alguna de aquellas veladas nocturnas en las que Ignacio Sánchez Mejías reunía en el Cortijo de Pino Montano a toreros, intelectuales, artistas y poetas del 27, el pistoletazo de salida del evento se tradujo en una reunión incómoda de convidados de piedra en la que nadie parecía dar crédito de la deriva inaceptable que se presenta en la considerada como el “escaparate mundial de lo jondo”.

De hecho, el evento, que en anteriores ediciones había buscado salpicar de flamenco la ciudad (como ocurrió en 2018 con la fiesta a la orilla del río) o recordar lo que Sevilla le debe al flamenco y viceversa (como se puso de manifiesto en 2020 en el íntimo encuentro marcado por la pandemia), se presentó esta ocasión como una reunión exclusiva de apenas un centenar de invitados selectos (con más políticos e intelectuales que flamencos, sin artistas y con muchísimos ausentes) que no podían ocultar la “tristeza” e “indignación” porque Sevilla se permita errar con el arte que más la identifica y representa. Como tampoco sus responsables podían disimular las caras largas.

En este contexto, y con motivo de la conmemoración del Centenario del Concurso de Cante Jondo de Granada que enmarca esta XXII edición, la comisaria artística, gestora cultural y Medalla al Mérito de las Bellas Artes, Laura García Lorca, y primera mujer que pronuncia el pregón de la Bienal, recordó en su intervención su vínculo personal con lo jondo. Desde la nana que le cantaba su madre en el piso de Nueva York donde nació, hasta esa “maravillosa, rara y tan cercana” Antología del cante flamenco (1955) de Bernardo de los Lobitos –“que fue el primer disco que oí en mi vida”-, pasando por su relación con Morente, quien cantó el poema De pronto escrito por su padre o por la vez primera que vio bailar a Vicente Escudero o a Mario Maya: “para mí un artista más allá de todo lo que he podido ver en baile, incluyendo quizás a Nureyev”, resaltó.

“He tardado un poco en nombrar el lugar en el que estamos. Le temo a la emoción y al peso añadido de decir estas palabras en Pino Montano, con todo lo que significó para mi tío Federico. Lo nombro por primera vez, aunque está en estas cuantas hojas desde la primera palabra, como lo estaba en la forma de oír flamenco de mi padre”, manifestó la sobrina del poeta y "voz de Federico en la tierra", como la calificó Blanco. 

Bajo una abrumadora luna lorquiana, en esta mágica finca, que fue refugio del polifacético torero, escritor, dramaturgo y presidente del Real Betis Balompié y testigo de tantas tertulias literarias, fiestas taurinas y reuniones jondas, la pregonera relató emocionada la anécdota de esa “noche de invierno del 27” en la que Federico le dijo a Ignacio que el que le gustaba de verdad era Manuel Torre y éste lo mandó a buscar con un chófer inspirando al poeta ese Poema del cante jondo dedicado al “que tiene tronco de Faraón”.

Desde luego, escuchando la poderosa voz de la cantaora granadina con el piano de Pablo Suárez interpretar Las tres morillas se podía intuir la explosión creativa de la época y la fructífera relación de este grupo de artistas que logró elevar la cultura popular a lo más elevado y universalizar este arte. Un arte que para la pregonera “nace en un piso de Nueva York" y la lleva a seguir el hilo de lo hondo en otras músicas y otras voces "como las de Bob Dylan, Janis Joplin, Jimi Hendrix, Om Kalsoum, María Teresa Vera, Patti Smith, Otis Redding, Aretha Franklin, o Chavela Vargas”.

Del mismo modo la letra de esas sevillanas del siglo XVIII (que grabó en 1931 la bailarina y cantante Encarnación López con Lorca en la discográfica La Voz de su Amo y que repiten aquello de ¡Viva los sevillanos y sevillanas!) parecía reincidir y reivindicar la importancia de la ciudad como histórico epicentro jondo. Una circunstancia que la Bienal, gracias al talento de los artistas, sigue queriendo defender pese al abandono y los desagravios.

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