Algeciras

Las víctimas del ataque yihadista recuerdan ante el juez las agresiones

  • El sacerdote de San Isidro y un hombre marroquí prestan declaración y piden ser indemnizados

Plaza Alta de Algeciras, momentos después del ataque.

Plaza Alta de Algeciras, momentos después del ataque. / erasmo fenoy

Dos de las víctimas que fueron agredidas por el presunto yihadista Yassine Kanjaa, en el ataque que perpetró en Algeciras el 25 de enero y que desembocó en el asesinato de un sacristán, describieron ante el juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea cómo se produjeron las agresiones y su contexto, y reclamaron ser indemnizados.

Fuentes jurídicas explicaron que las dos víctimas, el sacerdote salesiano Antonio Rodríguez Lucena -que fue herido con el machete que portaba el agresor- y un hombre marroquí que sufrió también la embestida del atacante al creer que era un musulmán converso, se ratificó por videoconferencia en su declaración ante la Policía.

Con estas dos comparecencias se completa la tanda de declaraciones que programó el magistrado en esta causa que continúa bajo secreto y en la que se indaga en ese ataque de Kanjaa, quien permanece en prisión provisional desde que fuera detenido la misma noche del ataque por agentes de la policía local.

La acusación particular del caso está siendo ejercida por el letrado Manuel Barberá, apoyado por el magistrado y ex presidente de la Sala Apelación Penal del TSJA, Manuel Gutiérrez Luna.

El pasado martes declararon ante Gadea un total de 12 personas, entre testigos presenciales y policías, y las mismas fuentes confirmaron que todos los testigos corroboraron su declaración inicial ante la Policía y aportaron precisiones.

Ahora, según explicaron, con la investigación ya muy avanzada se espera que, una vez se levante el secreto de sumario, tanto la defensa del presunto yihadista como las acusaciones pedirán nuevas diligencias. Cabe recordar que, según recogía el relato de hechos plasmado en el auto por el que el juez acordaba la entrada y registro en la casa del presunto yihadista, Yassine Kanjaa, en torno a las 18:30 del 25 de enero "accedió al interior de la Iglesia de San Isidro" en Algeciras e inició una discusión con los allí presentes, "manifestando a los feligreses de forma vehemente que la única religión que hay que seguir es la religión islámica".

Tras esto, el auto, que se hace eco del informe de la Policía, indicaba que Kanjaa abandonó el lugar "profiriendo mensajes en árabe cuyo contenido se desconocen", pero regresó de nuevo a las 19:40.

"Desde el interior de la iglesia los allí presentes escuchan como alguien ubicado en el exterior de la iglesia profiere gritos en árabe", se indica, para añadir que, una vez finaliza la misa, el sacerdote encargado de la misma baja del púlpito para comprobar lo que estaba ocurriendo, "instante en el que el investigado portando en su mano un machete de grandes dimensiones y de forma súbita agrede al sacerdote -Antonio Rodríguez Lucena- causándole lesiones de gran gravedad".

Según apuntaba el juez, Yassine Kanjaa también intentó atacar a un testigo allí presente y tras eso huyó de la iglesia y se dirigió a otro centro de culto católico llamado Virgen de La Palma ubicado a unos 200 metros. "En ese lugar se encuentra con el sacristán de esta iglesia, Diego Valencia, que estaba abandonando el lugar por una puerta trasera (...), Kanjaa inicia varias acometidas sobre el mismo, causándole unas primeras lesiones", apunta.

El relato de los hechos realizado por la Policía indica entonces que el sacristán intentó huir dirigiéndose a la plaza Alta, pero cuando llegó al centro de la misma, "es alcanzado por el atacante quien una vez que le tiene en el suelo, sujeta la catana con ambas manos y alzando la mirada al cielo y gritando unas palabras en árabe, entre las que se escucha la palabra allah, le asesta una última estocada mortal".

Tras esto, matiza el auto, finalizado ese hecho "de forma muy tranquila se dirige a la conocida como Capilla Europa, ubicada en esa misma plaza e intenta acceder al interior de la misma, si bien en ese instante y sin prestar resistencia, es detenido por la Policía Local de la Ciudad de Algeciras".

El atestado policial recogió además que una vez detenido fue trasladado a un centro médico de Algeciras para recibir asistencia facultativa. Allí, en reiteradas ocasiones, profirió gritos de "Allahu Akbar".

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