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undécima función clasificatoria
Cádiz/Las preliminares del Concurso del Falla alcanzaron su ecuador en otra noche discreta (y van varias) en la que brilló con luz propia el repertorio de 'Los equilibristas' de Subiela y compañía. La comparsa, que también es de los Aranda, el Noly y García Argüez, maravilló al coliseo gaditano con una actuación envolvente, de las que te atrapan y te dejan pegado al asiento, embelesado. El compás del Noly, la pluma del Chapa -genial giro en el segundo pasodoble para atizar a Susana Díaz- y la calidad vocal de un grupo espectacular tanto en lo individual como en lo colectivo dan a 'Los equilibristas' un lugar preferente entre las candidatas a todo en la modalidad.
La música de un virtuoso del tango como es Manolo Guimerá fue la mejor baza del coro 'Los grasiosos', que cojeó en cambio en la parte humorística. Más sobrio que otras veces, pinchó en cuplés y popurrí. Por su parte, destacó en interpretación, por encima del repertorio, la comparsa de Tarifa 'La volaera', mientras que la chirigota de Conil 'Los once' sorprendió con su tipo, al llevar a las tablas a los jugadores más recordados por el cadismo, de Mejías a Mágico González pasando por Dertycia, Kiko o Carmelo. Este detalle, tan efectivo como facilón, ya les sirvió para ganarse al Falla, que lo pasó bien pese a las lagunas del repertorio.
La comparsa de Almería, correcta en interpretación y algo menos en letras, precedió a la chirigota de Fali Verdugo, que despertó en las tablas tras 42 años en coma. Original punto de partida -y no del todo aprovechado- para un grupo que defendió bien una gran música de pasodoble del Jona y que tampoco desentonó en repertorio, de más a menos.
Coro Los grasiosos
Comparsa La volaera
Chirigota Los once
Comparsa El huerto
Chirigota El hombre que susurraba a las almohadas
Comparsa Los equilibristas
El punto negativo de la jornada no estuvo sobre las tablas, sino en el gallinero. Durante la actuación de 'Los equilibristas', ya al final de la sesión, varias personas se quejaron de que algún aficionado patoso estaba molestando y no dejaba escuchar las coplas. Al finalizar el repertorio, las quejas desembocaron en una multitudinaria pelea que implicó a varias personas, hombres y mujeres. El griterío pudo escucharse desde todos los rincones del teatro. Finalmente los cuerpos de seguridad intervinieron para calmar los ánimos y desalojar a los alborotadores.
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