Los regantes de Andalucía piden la reanudación de los proyectos de nueve embalses
El coste estimado de estas presas está en el entorno de los 1.500 o 2.000 millones de euros en un periodo de entre 10 y 12 años
Feragua pide a las administraciones desprenderse de los "componentes ideológicos" de estas infraestructuras
Los embalses del Guadalquivir ganan en cuatro días el consumo de agua en Andalucía de más de cuatro meses
La necesidad de contar con más recursos hídricos para satisfacer las necesidades agrícolas se han unido, después de los trágicos sucesos de Valencia, a la amenaza de inundaciones para que los regantes andaluces, reclamen a las administraciones la reanudación de hasta ocho proyectos de sendos embalses en toda la comunidad.
La Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) ha denunciado que en toda la región hay ocho presas que cuentan en teoría con el plácet administrativo, pues están aprobadas en los planes hidrológicos de las respectivas cuencas. De esas ocho presas, solo hay una iniciada y paralizada sine die, que es Alcolea, y, de las siete restantes, ninguna está licitada y ni siquiera con proyecto acabado, solo hay dos en redacción de proyecto (el recrecimiento del Agrio y Gibralmedina) y el resto está en fases preliminares (Recrecimiento de la Concepción, El Álamo, Pedro Arco, la Coronada, San Calixto y Cerrada de la Puerta).
Según señaló Pedro Parias, secretario general de Feragua, la presa de Alcolea se paralizó cuando la constructora presentó un modificado del proyecto en el año 2016 bajo el Gobierno de Mariano Rajoy. Dos años después, cambió el Ejecutivo y se “sacaron de la chistera un informe sobre la calidad de las aguas que está pendiente de un análisis que está en curso en la actualidad, pero lo cierto es que hasta el momento, no se han reanudado las obras”.
La realidad es que, según el presidente de Feragua, José Manuel Cepeda, “no se podrá contar con ninguna de ellas en menos de diez años, y corriendo mucho, cuando muchas de ellas ya podrían estar en funcionamiento”.
El recrecimiento del Agrio, la presa de San Calixto y la de Cerrada de la Puerta, los tres en la Cuenca del Guadalquivir, son embalses aprobados en la planificación hidrológica desde el año 2009, pero “han avanzado a paso de tortuga o no han avanzado. La situación no ha sido diferente en las cuencas litorales” y la razón, ha explicado el presidente de Feragua, es la existencia de un “terror verde” que ha coaccionado las políticas hidráulicas en los últimos quince años y que explica esa dejación administrativa, que ha convertido la planificación hidrológica en verdadero papel mojado.
Otro ejemplo, es que, en este tiempo, otras dos presas que fueron aprobadas en planificaciones hidrológicas anteriores, concretamente Velillos en Granada y Cerro Blanco en Málaga, finalmente “fueron descartadas por más que dudosos motivos medioambientales”.
Frente a esta situación, el presidente de Feragua exigió devolver “los intereses de las personas” al centro de las políticas de agua, demandó un giro radical en esas políticas con una apuesta inversora en obra hidráulica firme y mucho mayor agilidad administrativa técnica y ambiental en la tramitación de los embalses aprobados, con un papel clave en la garantía alimentaria y en la prevención de inundaciones, ya que contribuyen a laminar las avenidas cuando se producen crecidas.
Parias, entiende que “las presas deberían eliminar su componente ideológico y entender que se trata de algo vital para el sector productivo y para salvar vidas”. Sobre el coste efectivo de estos embalses, desde Feragua se estima que el mismo podría estar entre “los 1.500 y los 2.000 millones de euros” y matizan que “hay que compararlo con los daños que han causado las avenidas de agua enValencia, sin duda muchísimo más elevados que los que costaría poner en marcha estas infraestructuras”.
Asimismo, el secretario general de la asociación se hizo eco de la defensa realizada en el pleno de esta semana en el Parlamento andaluz, del presidente de la Junta. Juanma Moreno pidió que se construyan “una serie de pantanos”, como unas obras “que son mas necesarias que nunca” tanto para superar el déficit hídrico como la “seguridad para el conjunto de los andaluces”. Parias reconoció que “me alegro del cambio, porque hasta ahora desde la Junta de Andalucía se habían mostrado bastante timoratos sobre este asunto”.
Sea como fuere, por el momento no hay ni unas ola presa actualmente en ejecución para compensar este impacto y conociendo que el período de tramitación de estas obras de regulación se prolonga más allá de diez años, el presidente de Feragua pidió a las administraciones “que diseñen y desarrollen un plan de balsas de riego o microembalses. Con una tramitación menos dilatada y compleja, estas infraestructuras no solo ayudarían a aumentar la capacidad de regulación sino que proporcionarían una mayor defensa frente a las lluvias torrenciales y contribuirían a una mejor gestión de los recursos disponibles, facilitando una atención más directa y cercana a las necesidades de riego”.
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