La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

El regalo pendiente de Juanma a Sevilla

Aquel consejero del Gobierno nos dio la idea más hermosa si el presidente quiere dejar un gran detalle para la ciudad La gran chapuza de las fuentes de las Setas de Sevilla

Jardines.

Jardines. / M. G. (Sevilla)

Un destacado consejero del gobierno andaluz nos lo comentó aquella mañana en que el presidente recibía al jefe del Ejecutivo valenciano, señor Puig. “Te quiero presentar a Ximo”. Y nosotros, inspirados quién sabe si en la diplomacia vaticana, le dijimos que no, pero un no con alternativa para darle una salida al generoso interlocutor: “Si me das un deseo a elegir, prefiero visitar la capilla y pasear por los jardines”. Y así fue. El tal Ximo por un lado y nosotros por otro. Aquí paz y después… Jesús Despojado. O quién sabe cuál, porque ya hay que preguntarle a Paco Vélez dónde ha puesto cada cofradía. Pues estábamos paseando por los jardines cuando el astuto consejero me planteó una hermosa idea. El mayor regalo que Moreno (“Llamadme Juanma”) le puede hacer a Sevilla tras la reapertura del Hospital Militar no es el Estatuto de Capitalidad. La mejor manera en que el presidente puede agradecer cuánto se le quiere en Sevilla (la ciudad que vive sus cuitas sin mirar a otras, que ya tenemos bastante con nuestras cruces) sería con un gesto tan bonito como la apertura permanente al público de los jardines del palacio.

¿No cedió el Gobierno de la Segunda República nada menos que el Real Alcázar a la ciudad? Abra el presidente esos jardines para el disfrute de todos los sevillanos. Todo vecino debería tener acceso fluido a parajes tan hermosos. No digamos ya a la capilla donde recibe (pocas) oraciones la Virgen del Buen Aire, el lugar más respetado de la reforma del palacio (perdón, se supone que fue una rehabilitación) al que robaron la luz, iluminaron con lámparas costosas y catetas y hurtaron la alegría de su arquitectura, que ya es difícil cuando se trata de un palacio barroco y junto al río. Uno mira el valor catastral del Palacio de San Telmo y se encuentra con la cifra de 26.027.023,06 euros. ¿No podríamos todos disfrutar, al menos, de esos jardines como hacemos con el Parque de María Luisa? Reflexione el señor presidente. Son unos jardines excelentemente cuidados, preciosos salvo los detalles del horripilante acero corten del mobiliario, y que serían un atractivo más de la ciudad en ese itinerario del centro a la Plaza de España y de la Plaza de España al centro.

Aquel consejero tenía toda la razón. Los jardines de San Telmo son un patrimonio andaluz que los andaluces no conocemos, salvo los que puedan asistir al canapé del 28-F que te deja los zapatos llenos de albero como si vinieras de la Feria en el Cabrera bus, la lanzadera que fleta el teniente de alcalde para sacar gente del real en orden y a bajo coste. La gran revolución verde del Gobierno andaluz en clave local capitalina sería la cesión a la ciudad de los jardines del Palacio de San Telmo.

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