El giro de guion de la campaña refuerza al PP de Juanma Moreno
La dirección socialista andaluza sale tocada de la carrera, pero sus alcaldes confían en que lo municipal prime sobre lo global
Con un ruido casi ensordecedor y cuesta arriba, unos; sobre el pico de la ola, los otros. Así ha terminado la carrera electoral de las municipales para el PSOE y el PP andaluz. De modos tan diferentes que lleva a pensar que los populares de Juanma Moreno recortarán, o superarán, la amplia desventaja que les separa de los socialistas en los ayuntamientos andaluces. La foto fija de las pasadas municipales, la de 2019, la que cambiará a partir de hoy, está compuesta por 459 alcaldes del PSOE, 189 del PP, 62 de Izquierda Unida y 17 de Ciudadanos.
Con esa ventaja de partido, los alcaldes socialistas confiaron en una campaña encapsulada en sus propios municipios en un intento de aislar la vida local de las influencias del Gobierno de Pedro Sánchez. Tanto que los regidores habían pedido tanto a Moncloa como a la sede de San Vicente, la casa de la dirección socialista andaluza, que no interfiriesen en el desarrollo electoral, que serían ellos quien solicitasen la ayuda de Pedro Sánchez y de Juan Espadas si lo estimasen conveniente.
Pero la factoría de Moncloa cambió el guion, la primera semana de campaña le fue bien con Doñana de fondo y el debate sobre la vivienda. Cada medida que tomaba el Consejo de Ministros iba marcando la agenda del país y al PP sólo le quedaba cuestionarlas, ir en cola, pero la inserción de condenados por terrorismo en las listas de Bildu supuso un punto de inflexión. Lo que vino después fue peor: la compra de votos en Mojácar ha afectado de lleno a la credibilidad del PSOE como partido y el escándalo de Maracena pone en jaque a la propia dirección de Juan Espadas.
Varias fuentes socialistas consultadas por este diario coinciden en lo mismo, confían que sus votantes sepan diferenciar entre unas elecciones en su pueblo o en su ciudad y lo que ocurre a nivel nacional o andaluz. Es complicado. La trama de compra de votos en Mojácar, en la que participaban candidatos de la lista socialista y un grupo de empresarios, perjudica a toda la organización. Las detenciones por el mismo motivo en un pueblo de Murcia, Albudeite, también implican al PSOE. Por si fuera poco, el intento de secuestro de una concejala en Maracena que ha dejado a la alcaldesa socialista, Berta Linares, y al secretario de Organización del PSOE-A, Noel López, apuntados en la investigación judicial ha reventado todo el esquema. Juanma Moreno ha acusado a su oposición de ser "el epicentro del bochorno socialista".
Noel López compromete a Juan Espadas, porque varios dirigentes con los que ha hablado este diario han explicado que la dirección debía haber sido más exigente con las aclaraciones de su número tres. Por encima de su inocencia, es una pieza sin relevancia política, a pesar del cargo, que va a costar mucho más que lo que ha aportado.
El PP, muy optimista
El PP andaluz ha ido justo en el sentido contrario. Juanma Moreno, que se ha configurado como la estrella del partido, más que Alberto Núñez Feijóo y cualquiera de sus alcaldes, ha venido insistiendo desde el inicio que en estas elecciones municipales también se decidía en futuro de España y de Andalucía. El PP lo ha confiado todo a Moreno, y éste ha respondido con una implicación absoluta, tanto que no ha dejado de visitar cada pocos días la ciudad de Sevilla, donde hoy se juega una de las pantallas de esta noche electoral. Si el alcalde socialista Antonio Muñoz no logra gobernar, la operación de relevo de Juan Espadas habrá sido un sonoro fracaso, con dos derrotas unidas, la de las autonómicas y la de la plaza hispalense.
Los últimos sondeos indican que Muñoz lleva una ligera ventaja sobre el candidato del PP, José Luis Sanz, y que los socios de la izquierda obtendrían los mismos apoyos que Vox, con lo que retendrían Sevilla. Desde la dirección local del PSOE opina que la marca no estaba tan mal como creían al principio y que Muñoz ha ejecutado con acierto un relevo complicado.
En el cuartel general del PP reina el optimismo, tanto que llaman a la prudencia. Sus cálculos, basados en los sondeos propios, es que las posibilidades de gobernar en todas las capitales andaluzas son muy reales. Daban por hecho que ganarían con holgura en Málaga, Almería, Córdoba y Granada, pero ahora vislumbran que Bruno García puede ser alcalde de Cádiz y Pilar Miranda, de Huelva. Sevilla la dejan en duda, aunque Juanma Moreno ha cerrado campaña con José Luis Sanz, y comienzan a hacer cálculos para lograr alguna diputación más. Excepto las de Sevilla y Jaén, las demás están en juego.
Las perspectivas en las otras grandes ciudades son diferentes. Los alcaldes de Chiclana, San Fernando y Dos Hermanas pueden conservar las plazas, Jerez es muy dudosa, mientras que Marbella parece en manos de Ángeles Muñoz, a pesar de la implicación de su hijastro en una acusación por narcotráfico. La otra de las grandes, Algeciras, será para el PP.
Si Juanma Moreno ganase las elecciones este domingo por número de votos, o tuviese alcaldes en las principales ciudades andaluzas, habría completado el ciclo político, Andalucía sería del PP y podría aportarle 30 escaños a Alberto Núñez Feijóo en las elecciones generales de diciembre.
Este lunes comienza, en efecto, otra campaña, las que concluirán en diciembre con la elección del presidente del Gobierno. Este domingo dejará un mapa de España distinto, donde se podrá vislumbrar cómo será el color del próximo Ejecutivo de la nación.
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