Los peores incendios forestales de Andalucía
Incendios forestales
A efectos de estadística, los denominados GIF (Gran Incendio Forestal), cada vez más frecuentes y devastadores, son aquellos que superan las 500 hectáreas calcinadas
Repasamos, con mapas e infografías, los incendios forestales más graves que se han producido en la región en los últimos años
El Plan Andaluz para la lucha contra los incendios forestales
En 1966 se produjo el primer récord superficial de un incendio en Andalucía desde que se realizan registros: las llamas arrasaron 5.000 hectáreas en Sierra Bermeja (Málaga). En 1975, el incendio de la Sierra de Cázulas, Granada, superó esas cifras, pues fueron 11.000 las hectáreas de superficie arbolada calcinadas en otro gran GIF. En 2004 volvió a batirse un nuevo récord, esta vez también nacional, después de que el incendio de Río Tinto, que afectó a las provincias de Sevilla y Huelva, quemara más de 34.000 hectáreas, una auténtica barbaridad.
Los GIF han supuesto, durante muchos años, tres cuartas partes de la superficie total afectada por el fuego en la región, llegando en algunos extremos, como en el año 2020, a representar el 99 % de dicha superficie.
2004: Río Tinto (Sevilla y Huelva)
El GIF de Río Tinto ha sido el peor incendio forestal sucedido en la región desde que se tienen registros y, también, uno de los más graves a nivel nacional desde que se contabilizan.
El fuego quemó 34.291 hectáreas de monte público y privado en las provincias Sevilla y Huelva; Berrocal, Aznalcóllar y El Madroño fueron los municipios más afectados. Las investigaciones concluyeron que el incendio fue provocado, pero el único acusado por ello fue absuelto por falta de pruebas.
Se cobró, además, la vida de un matrimonio. Su vehículo circulaba por una carretera situada entre las aldeas de Monte Somorrero y Las Delgadas, cuando fueron sorprendidos por el incendio, ocasionándoles la muerte por asfixia por inhalación de gases en combustión.
En esta zona se trabajaba el corcho. El incendio supuso un gran golpe para la economía local, afectada ya, por aquel entonces, por el despoblamiento rural. Este desastre ambiental lo aceleró aún más.
Las consecuencias ecológicas fueron incalculables, pues se perdieron los hábitat de muchas especies vegetales (eucaliptos, pinos mediterráneos, encinas y alcornoques) e, igualmente, resultaron afectadas diversas especies animales (jabalíes, ciervos y zorros).
2009: Turre (Almería)
Fue el primer gran incendio de ese verano y calcinó más de 4.000 hectáreas en el parque natural de Sierra Cabrera, Almería. Los informes posteriores determinaron que lo originó un rayo.
Obligó al desalojo de 1.500 personas y el foco más agresivo se situó en el municipio de Turre. Las fuertes rachas de viento, muy habituales en la zona, dificultaron su extinción al impedir, en muchos momentos, la acción de los medios aéreos.
2012: Coín (Málaga)
La topografía de la zona, muy abrupta, con numerosos barrancos y pendientes superiores al 60%, dificultó la extinción de este Gran Incendio Forestal, que llegó a calcinar 8.225,7 hectáreas de superficie forestal. Cuatro fueron los factores que determinaron su expansión, muy explosiva: un contexto previo de varios episodios de ola de calor ese agosto, viento de terral el día de su inicio, fuerte y extremadamente seco, una enorme inestabilidad atmosférica al sur de la zona (bajas presiones), y el cambio del viento a levante, más fresco, pero que dio al incendio un enorme potencial de crecimiento hacia el oeste.
El incendio se cobró una víctima mortal, un hombre de 54 años y nacionalidad alemana; tres adultos más y dos niños resultaron heridos. Ocurrió en un territorio, además, con numerosas zonas urbanizadas y construcciones dispersas. Más de 6.000 personas fueron desalojadas, tanto en el núcleo urbano de Ojén como en urbanizaciones de Coín. La AP7 y la A-355 se vieron afectadas.
El informe realizado por la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BIIF) determinó que la causa del incendio fue una negligente quema de rastrojos en una finca privada, actividad prohibida durante la época de peligro alto de incendios en ésta y en el resto de zonas forestales y de influencia forestal andaluzas.
Diez años después del siniestro, el acusado de provocarlo, el mantenedor de la finca, para el que se solicitaron siete años de prisión, aún no ha sido juzgado. La Audiencia Provincial de Málaga ha fijado el comienzo de la vista oral el 30 enero de 2023.
2014: Sierra de Gádor (Almería)
Ese verano se sucedieron dos grandes GIF en la región, ambos en la provincia de Almería: el de la Sierra de Alhamilla, en el municipio de Lucaicena de las Torres, y el de la Sierra de Gádor, que afectó a las localidades de Alhama de la Sierra, Santa Fe de Mondújar, Enix, Terque y Gádor. Entre ambos, se quemaron 5.855 hectáreas, el 80% de la superficie calcinada en toda Andalucía ese año.
El más grave fue el registrado en la Sierra de Gádor, en el que ardieron un total de 3.400 hectáreas de bosque. La caída de un cable eléctrico de una línea de baja tensión originó el fuego. La Audiencia Provincial de Almería condenó a Endesa, empresa propietaria de la linea, a pagar una indemnización de 8,4 millones de euros por el deficiente mantenimiento de la misma, que se encontraba destensada y con el material aislante de los conductores degradado.
2015: Quesada (Jaén y Granada)
Las altas temperaturas por ola de calor de esos días (5 de julio de 2015) y el fuerte viento registrado en la zona, provocaron la rápida extensión de este incendio, causado por una tormenta eléctrica seca en el paraje Cruz de los Muchachos. Desde ahí se expandió hacia dos frentes, quedándose muy cerca del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas. Calcinó 9.806 hectáreas de matorral y pinar, entre ellas, una zona de pinos centenarios, y tardó 25 días en ser extinguido.
Afectó, fundamentalmente, al municipio de Quesada y, también, a Cabra del Santo Cristo y Huesa. Hasta la fecha, tan sólo se ha intervenido en la recuperación de 720 hectáreas de monte público, el 7% de la superficie afectada (cifras oficiales de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía).
2017: Moguer (Huelva)
El incendio se declaró en el paraje de Las Peñuelas y afectó a un total de 10.340 hectáreas de matorral y arbolado, en su mayor parte de titularidad pública y situadas en los municipios de Almonte, Lucena del Puerto y Moguer. El fuego obligó a evacuar a más de 2.000 personas alojadas en los campings y hoteles de la zona.
Las llamas se quedaron a las puertas del Parque Nacional de Doñana, pero consiguieron adentrarse en el Parque Natural, azuzadas por vientos de más de 60 kilómetros por hora, que, unidos al gran calor de esos días, imposibilitaron la intervención de medios aéreos. Obligó también al desalojo del Centro de Cría en Cautividad del lince ibérico 'El Acebuche', trasladándose las crías a otros centros y liberándose los ejemplares adultos.
El incendio duró un total de 11 días. El fuego se originó a causa de una negligencia "por descuido" en una carbonería ubicada en Las Peñuelas, según se lee en el informe de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BIIF) de la Junta de Andalucía. Cinco años después del siniestro aún no ha concluido su investigación judicial.
2020: Almonaster la Real (Huelva)
Tres años después, se volvió a producir en Huelva un nuevo GIF, el segundo mayor registrado en esta provincia en las últimas dos décadas y el mayor sucedido en España ese año (2020). Se inició cerca de la presa Cueva de la Mora, dentro del término municipal de Almonaster la Real, y calcinó un total de 15.812 hectáreas, afectando también a los términos municipales de La Zarza, El Cerro del Andévalo, Valverde del Camino, El Campillo y Zalamea la Real.
Duró activo doce días y el número de personas desalojadas por el fuego ascendió a 3.150. Más de 2.000 efectivos del propio Plan Infoca y otros tantos integrantes de UME, bomberos de Huelva y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Estado, trabajaron incansablemente para controlar las llamas. La chispa de una soldadura (o de una radial, en su defecto) pudo ser la causa.
2021: Sierra Bermeja (Málaga)
Este incendio recorrió 8.401 hectáreas, en su mayoría, arbolado y matorral. Obligó a evacuar a más de 2.600 personas de ocho municipios malagueños en las zonas de Sierra Bermeja y el Valle del Genal: Jubrique, Genalguacil, Pujerra, Júzcar, Alpandeire y Faraján; además de parte de la población de urbanizaciones de Estepona y Benahavís.
Calificado como de sexta generación por sus características explosivas de expansión, alcanzó el nivel 2 de emergencia y supuso, además, la muerte de un bombero forestal en las labores de extinción. La lluvia caída seis días después de que se declarara, permitió su control, aunque los miembros del Plan Infoca necesitaron de diez días de trabajo adicionales en la zona para considerarlo extinguido.
Estepona resultó la localidad más afectada por las llamas; el 43,9% de la superficie afectada se situó en su término municipal. Las investigaciones apuntan a que el fuego fue intencionado.
2022: Pujerra (Málaga)
En un verano marcado por los grandes incendios forestales en España, el incendio de Pujerra ha sido el GIF más importante sucedido en Andalucía en lo que va de año, con el agravante de afectar a una zona aledaña a la calcinada el pasado año en Sierra Bermeja. El fuego, que se inició el miércoles 8 de junio, ha afectado a unas 5.000 hectáreas de siete municipios malagueños y ha estado activo durante casi tres semanas. Tres bomberos resultaron heridos durante las labores de extinción.
El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha determinado que un accidente imprudente durante las tareas de mantenimiento de una finca, fue el causante del incendio, descartando la intencionalidad en el mismo. También ha descartado su relación con el incendio en Sierra Bermeja del año anterior.
Las ‘áreas calientes’ de los incendios forestales en Andalucía
Cuando una misma zona forestal se incendia más de una vez se habla de recurrencia. En el estudio Los incendios forestales en Andalucía: investigación exploratoria y modelos explicativos, sus autores, Oliver Gutiérrez-Hernández, Luis V. García y José María Senciales-González (CSIC y Universidad de Málaga), establecieron varias ‘áreas calientes’ de recurrencia de los incendios forestales en Andalucía que pueden verse en la infografía superior.
Durante el periodo que estudiaron, años 1975 a 2013, la mayor parte de la superficie quemada fue recorrida por incendios forestales únicamente una vez, pero hubo otras zonas donde el fuego volvió a actuar, es decir, donde resultó recurrente. El factor común a todas ellas fue, en un alto porcentaje, las características de la vegetación de las mismas: matorral esclerófilo (especies arbóreas y arbustivas, leñosas y de hojas duras, adaptadas a largos períodos de sequía y calor, como espinales, chaparrales o arrayanes) y bosque de transición (alta mezcla de especies fruto de acciones climatológicas y/o de la acción del hombre), ubicadas en zonas con pendientes moderadas y altas.
Localizaron ‘zonas calientes’ en casi todas todas las provincias, destacando, especialmente, el entorno de Aznalcóllar, las sierras orientales almerienses, las sierras litorales occidentales del entorno de Málaga y Granada y algunas zonas aisladas del Campo de Gibraltar. De todas ellas, por su recurrencia, destaca Sierra Bermeja. Se han contabilizado 20 incendios forestales en Sierra Bermeja desde 1950, 14 de ellos GIF.
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