Un hombre de 36 años, con una discapacidad, acuciado por la situación económica tras la muerte de su madre con la que vivía, que estaba cobrando 420 euros al mes de la Renta Activa de Inserción, al que alguna vez el Ayuntamiento tuvo que ayudar para que pagara recibos pendientes y al que la Junta denegó una prestación no contributiva se quemó ayer a lo bonzo en la sede de la Delegación de Bienestar Social de la Junta. Entró ya envuelto en llamas desde la calle. Su estado es grave.

Según informó la Administración autonómica, el hombre solicitó una pensión no contributiva, pero se le denegó porque no reunía los requisitos. Las diferencias llegaron al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que dio la razón a la Junta y desestimó la petición del hombre. L.C.M.G tenía una discapacidad, pero no superaba el 65% exigido por la legislación para una prestación no contributiva. El hombre, soltero y sin hijos, recibía la Renta Activa de Inserción, pero se le acababa en octubre. Ya en febrero pasado obtuvo una ayuda de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Málaga de 400 euros para abonar gastos que debía. No tenía trastornos psiquiátricos, aunque sí ansiedad leve. Vivía con su madre, que falleció en marzo de 2011.

"Vino un olor terrible a gasolina y de repente un hombre entró envuelto en llamas. Ya venía ardiendo desde fuera". Así relató un testigo, el incidente ocurrido ayer sobre las 13:00. L.C.M.G. tiene el 63% de la superficie de su cuerpo quemada, heridas de segundo y tercer grado en tórax, brazos, cara y espalda. Tras ser llevado por el 061 al Carlos Haya de Málaga, tuvo que ser trasladado en helicóptero a la Unidad de Quemados del Virgen del Rocío de Sevilla.