Caso Umax

La ex asesora de la Dirección General de Trabajo aporta dos facturas impagadas de Umax fechadas en 2007

  • El director General de Trabajo era entonces Francisco Javier Guerrero

  • Según la testigo se trataba del pago por una "asistencia técnica instrumental a través de la Faffe"

La ex asesora de la Dirección General de Trabajo , María José Rofa

La ex asesora de la Dirección General de Trabajo , María José Rofa / José Ángel García

La ex asesora de la Dirección General de Trabajo de la Junta de Andalucía, María José Rofa ha aportado una nueva prueba docunental al juicio por los contratos fantasma de la empresa Umax. Durante su declaración como testigo de la acusación particular, Rofa ha referido cómo tuvo conocimiento del impago a Umax por los servicios cuando, según ella, el responsable de relaciones institucionales de La Caixa le comentó por correo electrónico la existencia de dos facturas endosadas a nombre de la empresa que aparecian como impagadas. Esto era en el año 2010, pero las facturas tienen fecha de 2007.

Cabe recordar que Ulpiano Cuadrado declaró que estuvo unos años sin recibir nada de la Junta de Andalucía por el trabajo realizado por su empresa.

En estos correos, del año 2010, que finalmente se han incluido en la documental del caso en la cuarta jornada del juicio, se indica la existencia de dos facturas. Una de ellas por un importe de 1.106.976,02 euros y otra por 281.563,36 euros.

Según explicó Rofa, una vez recibida esta información la puso en conocimiento de la responsable de los pagos, que le indicó que se trataban dos facturas relativas a una asistencia técnica documental de la Faffe, y que están en encomienda de gestión de esta Fundación.

Un endoso de factura se produce cuando una persona propietaria del derecho que está avalado en el documento traslada el valor o propiedad a otra persona. Suele estar adjunto un contrato de compraventa, de cesión de derechos o simplemente se realiza el endoso.

Tanto la fiscal como la acusación particular solicitaron incorporar los correos a las pruebas documentales, algo a lo que se negaron las defensas del ex director general de Trabajo, Guerrero, el ex secretario general de Trabajo, Aguado y el dueño de Umax, Ulpiano Cuadrado. La defensa del ex director de Trabajo alegó "indefensión" y que no entendía cómo se puede esperar al cuarto día del juicio para aportar esos documentos. Hay que tener en cuenta que la fecha de la factura es de 2007, año en el que Guerrero era director General de Trabajo.

Por su parte, el letrado de Cuadrado expuso que esta prueba "debía ser admitida en otro momento". Por otro lado, el abogado defensor de Aguado explicó que la credibilidad de la prueba "es difícil de verificar". 

Se da la circunstancia de que María José Rofa ha pasado de imputada a testigo, algo que señaló uno de los abogados defensores. Según la ex asesora, ella y "Rocío Sayago somos las cabezas de turco cada vez que hay una causa relacionada con los Eres, la Junta nos imputa".

1.200 euros por hacer fotocopias y dietas de viajes sin desplazarse

Los testigos propuestos por la acusación particular, que ejerce la Junta de Andalucía, son antiguos trabajadores de Umax salvo la ex asesora de la Dirección General de Trabajo María José Rafo. Todos señalaron que, una vez terminado el contrato con Umax, pasaron a la Faffe.

La primera de las testigos, Rocío Sayago, que fue secretaria adjunta a la Dirección General de Trabajo, explicó que Ulpiano Cuadrado acudía a las dependencias de la Dirección General dos o tres veces al mes y despachaba habitualmente con Guerrero. La testigo, reconoció que conocía a Javier Guerrero de El Pedroso, de donde había sido alcalde y trabajó en esta Dirección General hasta que le comunicaron que la Junta había dejado de pagar a Ulpiano Cuadrado y no podía seguir en su puesto de trabajo. Según Sayago, el entonces director general de Trabajo, Daniel Rivera, "nos dio la posibilidad de pasar a la Faffe". Otra de los testigos señaló que Rivera manifestó "que en la medida de sus posibilidades los trabajadores serían asumidos por la Faffe".

Lo que ninguno de los testigos tenía muy claro es a qué se dedicaba la empresa a través de la cual estaban contratados. Sólo uno de ellos explicó que eran temas de informática. Una rama de la que ninguno de ellos tenían conocimientos específicos, sino más bien de nivel usuario, según reconocieron durante sus testimonios.

Entre los testigos se encontraba el sobrino de la esposa de Juan Márquez, ex director General de Trabajo que sucedió a Javier Guerrero y que declaró que la firma del contrato con Umax fue en un bar cercano a la Dirección General, aunque no supo precisar dónde entregó el curriculum para conseguir el trabajo. Este testigo trrabajó de marzo de 2009 a mayo de 2010. Asimismo explicó que cobraba uno 1.200 euros por realizar funciones básicas de administrativo "como enviar faxes o hacer fotocopias". 

La fiscal, que preguntó a todos por los conceptos de sus nóminas, expuso que había algunos pagos como bonificaciones, o dietas por viajes cuando el puesto de trabajo no implicaba desplazamientos. Los cinco testigos que eran antiguos trabajadores de Umax explicaron que habáin mandado los curriculum porque Javier Guerrero les había dicho que lo hicieran "pero no por ello aseguraba que nos cogerían", dijo una de ellas.

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