El PP acosó y cargó ayer en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados con los últimos datos del caso de los ERE contra el vicepresidente tercero del Gobierno y ministro de Política Territorial y Administración Pública, Manuel Chaves. El ex presidente de la Junta se defendió argumentando que, salvando las distancias, estaba padeciendo una persecución similar a la que en su día sufrió Felipe González.

En una acción parlamentaria muy medida, el diputado popular Ricardo Tarno hiló fino y atacó con la aparición de otro intruso, Domingo Martínez Castillo, ex alcalde socialista de San Nicolás del Puerto, en el ERE de Acyco, y con la presunta implicación de un segundo director general de Empleo, Juan Márquez (2008-2010), en los fraudes, al haber firmado la inclusión del ex delegado de Trabajo y Seguridad Social de la Junta, Juan Rodríguez Cordobés, en el ERE de Calderinox.

Pero el momento cumbre de su intervención se produjo cuando Tarno leyó parte del demoledor informe de la Intervención General de la Junta: "Una vez revisado, se puede concluir que la citada dirección general ha tramitado subvenciones excepcionales prescindiendo, de forma total y absoluta, del procedimiento administrativo establecido, dado que las deficiencias se presentan en todos los expedientes practicados". Sobre estos hechos, Tarno planteó varias preguntas muy comprometedoras: "¿No leía el señor Griñán -era consejero de Economía y Hacienda- los informes de la Intervención General? ¿No se los comentaba a usted?. Creo que los conocían, los debían de conocer porque, como dice el señor Guerrero, nadie puso pegas a los intrusos de los ERE que estaban desempleados, nadie, ni los consejeros ni el presidente de la Junta de Andalucía".

Después de insistir en que "si alguien ha metido la mano, que el peso de la Justicia caiga sobre él", Chaves se defendió atacando con una reflexión general: "A lo largo de estos meses no han hecho el mínimo esfuerzo ni han dado una sola idea para ayudar a salir a los españoles de la crisis. Su única estrategia ha sido utilizar el arma de la difamación: o no hacer nada o difamar, hurgar en la basura". Para el ex presidente de la Junta, todo eso está "en los manuales políticos de la derecha" para alcanzar el poder a través de los escándalos, "buscando la destrucción política y personal del adversario". Fue entonces cuando Chaves se comparó con el último ex presidente socialista: "Lo practicaron ustedes con Felipe González, y ahora, salvando las distancias, lo quieren hacer conmigo, enfangando un periodo de la historia de Andalucía".

Con un tono más agresivo, el diputado del PP por Córdoba Rafael Merino acusó a Chaves y a Griñán de haber "montado un régimen generalizado de corrupción en Andalucía", además de hacer y permitir "las mayores ilegalidades que se han hecho en España". Tras acusar a Chaves de darle a la empresa donde trabaja su hija una subvención ilegal de 10 millones de euros, Merino volvió a las frases redondas: "Usted y el señor Griñán han permitido la mayor trama de corrupción que se ha producido en España, en torno a 650 millones de euros".

Visiblemente enfadado, Chaves le contestó a Merino que estaba difamando y calumniando y defendió sus victorias electorales en Andalucía. "Todavía no han asumido que yo les haya ganado en seis ocasiones; tres a su candidato estrella, a la joven esperanza blanca -Javier Arenas-, el clásico modelo de perdedor", comentó Chaves.