Las posibilidades de Diego Valderas de aunar sensibilidades en IU y liderar una candidatura única para su reelección como coordinador regional se esfuman. El sector crítico confirmó ayer que presentará su candidato alternativo a la asamblea para la elección de la nueva dirección que se celebrará a finales de año. Aun sin tener nombre, esta corriente tiene claro que debe mover ficha para contrarrestar el peso ganado por el PCA tras las elecciones y al que sitúan "detrás" de Valderas. Una afirmación que sostienen en la reciente creación de la figura hasta ahora inexistente de coordinador de la Ejecutiva para el líder comunista José Luis Centella, y con la reaparición en escena de Julio Anguita.

Con este panorama, la posibilidad de resucitar el espíritu del cónclave de Matalascañas -diciembre 2007-, en el que se salvó el escenario de ruptura con un consenso con fecha de caducidad el 9-M, es hoy por hoy improbable. El sector crítico cree que el ambiente es de "prerruptura" -como prueba citan que para la organización de la asamblea andaluza no se ha creado una comisión unitaria como sí se ha hecho a nivel federal-, pero dicen estar dispuestos a plantar cara para frenar la "hegemonía" comunista y que "IU se convierta en un juguete".

Esta declaración de intenciones del sector crítico anula por completo la voluntad manifestada por Valderas, cuando tras las elecciones mostró su disposición a continuar al frente de la coordinación con la premisa de "superar los desencuentros y la capacidad de hacerse daño" en IU.

Ante la dilatación en el tiempo del calendario de consultas, con los cónclaves federal de finales de octubre -quince días antes habrá una asamblea andaluza para elegir los delegados- y el andaluz a finales de año, los críticos quieren dosificar sus fuerzas hasta entonces pero sin quedarse quietos del todo. Ya han empezando a diseñar su estrategia, cuyo primer paso será la presentación a principios de la semana próxima del manifiesto que servirá de base al Foro Abierto por al izquierda Andaluza, programado para el 7 de junio en Sevilla. La cita, que se plantea en términos similares a la reunión de La Luisiana del pasado otoño, pretende no sólo "abrir" la organización a otros colectivos, sino incorporar a quienes abandonaron estas siglas.