Andalucía

Espadas intenta aplacar con su nueva Ejecutiva los conflictos provinciales

  • El secretario general solicita listas de consenso a escasas dos semanas del congreso de Torremolinos

Felipe Sicilia saluda a Juan Espadas en el pasado congreso federal de Valencia.

Felipe Sicilia saluda a Juan Espadas en el pasado congreso federal de Valencia. / Albiol Aliño/EFE

A Juan Espadas le gustaría que todas las provincias siguieran la línea marcada esta semana por Granada. Quien ha sido un contrincante del secretario provincial del PSOE será el número dos de la nueva Ejecutiva socialista andaluza. Uno a Granada; otro, a Sevilla. El alcalde de Maracena, Noel López, uno de los sanchistas de la primera hornada, será secretario de Organización, un puesto que antes que él ocuparon personas de perfiles contundentes y, de sobra, conocidos: Juan Cornejo, Susana Díaz y Luis Pizarro. Con este nombramiento, que Espadas ha hecho público antes del congreso regional, gana peso Granada y su secretario, José Entrena, se queda tranquilo porque nadie optará por competir con él en el provincial.

La provincia de Cádiz ha dejado de ser una excepción en el PSOE de Andalucía. Nadie cuestiona a Espadas como secretario general, pero todo está revuelto. Hay luchas internas en Málaga, con bandos cada día más atomizados; en Jaén, donde los nuevos valores iban a desafiar a Francisco Reyes, su líder provincial; en Huelva, donde el alcalde de la capital, Gabriel Cruz, amaga con presentar una candidatura contra la presidenta de la Diputación, Maru Limón, y en Sevilla, donde dos alcaldes neosanchistas, los de Mairena y La Rinconada, Antonio Conde y Javier Fernández, pueden disputar el puesto que deja Verónica Pérez.

Juan Espadas ha solicitado a las partes que intenten llegar a un acuerdo en los próximos días, quiere llegar al congreso regional de Torremolinos, que se celebra el 6 y 7 de noviembre, con el partido en calma, porque lo cierto es que los susanistas han rehusado a formar una corriente crítica en el partido, y cada uno de ellos se está disolviendo en algunas de las facciones provinciales. Por eso a Espadas le resulta, en cierto modo incomprensible, que el congreso no vaya a ser, como el de Valencia, de unidad. Casi de aclamación, es se segunda prueba de fuego, después de haber logrado que Susana Díaz se marchase sin demasiado ruido. Ya es historia, y aún se desconoce si será ella quien lea el informe de gestión de la Ejecutiva saliente en el congreso. 

Desde ahora a ese fin de semana de Torremolinos, Espadas cuenta con un instrumento de pacificación, la elección de su propia Ejecutiva, por eso irá revelando algunos de los nombres que formarán parte de ella. El primero ha sido el del secretario de Organización, que será el más importante, de no ser que cree una vicesecretaría general. En el PSOE andaluz no han tenido mucho éxito. Manuel Chaves nombró a la ex consejera Mar Moreno para este puesto, a modo de su sucesora en la Junta, pero una parte del PSOE se rebeló contra ella. José Antonio Griñán nombró vicesecretario al cordobés Rafael Velasco, que tuvo que dimitir, y cuando se discutía quién podría relevarle, Susana Díaz, que era entonces secretaria de Organización, se opuso y se convirtió en la número dos del partido. Es la potencia de ese cargo, clave en la resolución de los conflictos internos.

El nombramiento de Noel López ha sorprendido en casi todas las provincias, menos en la de Granada, de ahí que nadie acierte a quién seguirá eligiendo Juan Espadas. Lo que sí parece claro es que el partido requería de un secretario de Organización, porque ha sido su portavoz en el Parlamento, Ángeles Férriz, quien ha venido intentando marcar directrices en las provincias, con escaso éxito. Entre Espadas y las batallas, ya hay una persona interpuesta.

Una vez que Pedro Sánchez ha conseguido cerrar un congreso de unidad en Valencia, la nueva Ejecutiva federal no está por tolerar disidencias que proceden más de luchas personales que de diferencias ideológicas o de organización. Por ejemplo, Cádiz llegó al 40º Congreso con una lista que tuvo que ser dirimida en unas elecciones entre dos facciones. Respuesta: la que ganó, la que lideraba el alcalde de San Roque, Juan Carlos Ruiz Boix, fue tratada con plena indiferencia, hasta el punto que los gaditanos que han entrado en el comité federal son miembros de la minoría. Una llamada de última hora de Juan Espadas consiguió que, al menos, uno de la mayoría entrase en el comité.

Cádiz ya ha recibido el aviso de que debe alcanzar un acuerdo. Una de las posibilidades que se está estudiando es que el nuevo secretario provincial no sea, a su vez, el presidente de la Diputación. La actual, Irene García, tiene esos dos puestos, como también ocurre en Jaén, aunque no en Huelva ni en Sevilla. 

Las provincias donde los socialistas tienen el poder de las diputaciones ofrecen este tipo de salidas. Málaga no es el caso, hay tres o cuatro grupos enfrentados. El portavoz en el Ayuntamiento de la capital, Daniel Pérez, tiene intención de presentar su candidatura, pero allí no hay muchos recursos para contentar a todas las partes. En Jaén parece que dos alcaldes, los de Marmolejo y Bedmar, Manuel Lozano y Juan Francisco Serrano, pueden dirimir la batalla que mantienen el secretario provincial, Francisco Reyes, con Felipe Sicilia y Ángeles Férriz. De todos modos, Jaén es un caso muy particular, rara vez no encuentra una solución de unidad.

Después del congreso de Torremolinos se celebrarán los provinciales, por lo que antes de que llegue 2022, el PSOE andaluz habrá construido un nuevo mapa de mayorías y minorías. Poco después será el turno de Espadas, que no quiere dejar la Alcaldía de Sevilla hasta que no haya aprobado los presupuestos municipales. Le quedarán escasos meses para paliar su déficit de popularidad en Andalucía.

   

    

     

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios