Economía | La industria turística después de la pandemia

Andalucía proyecta 105 hoteles con una clara apuesta por el turismo urbano

  • Málaga, Sevilla, Córdoba y Granada concentran una inversión hotelera que lideran grandes fondos, pero en la que también ha entrado el patrimonio familiar

  • El sector se mueve entre la cautela y la confianza

Terraza y parte de la fachada de un hotel de cinco estrellas recientemente inaugurado en la plaza de la Magdalena, en Sevilla.

Terraza y parte de la fachada de un hotel de cinco estrellas recientemente inaugurado en la plaza de la Magdalena, en Sevilla. / JUAN CARLOS MUÑOZ

La pandemia sorprendió a Andalucía con un centenar de nuevos complejos hoteleros en proyecto. Muchos todavía eran esbozos sobre papel. Año y medio después de incertidumbres, datos malos, ERTE y pérdidas, el sector más golpeado por el coronavirus no ha perdido la confianza. Apenas un par de proyectos se han caído en el camino. Los hoteleros confían en la recuperación, aunque están convencidos de que no va a ser ni fácil ni inmediata. Dudan de que el ritmo de 2019 se pueda alcanzar antes de 2023 y siempre a condición de que el virus no oculte nuevos sobresaltos.

Málaga, Sevilla, Córdoba y Granada son, en este orden, las provincias con más complejos en marcha. En la Costa del Sol y su capital hay 50 proyectos. "Más de un tercio están en la ciudad y vienen a completar una oferta hotelera muy limitada desde que en los años 80 se segregó Torremolinos. Un porcentaje importante son edificios singulares que han cambiado al uso hotelero, la mayoría de cuatro estrellas. Algunos, aunque pocos, de cinco. El resto, se enclava en la costa", resume Miguel Sánchez, presidente del Consejo de Turismo de la Confederación de Empresarios de Andalucía.

En Sevilla hay 24 iniciativas en curso. En este caso, sí destacan los establecimientos de lujo, con nueve proyectos de cinco estrellas, a los que se suman otros ocho de cuatro. Pero también son reseñables las categorías inferiores de una a tres estrellas e, incluso, dos albergues. En conjunto aportan poco más de 1.700 plazas, una cantidad que el presidente de los hoteleros sevillanos, Manuel Cornax, cree asumible "para una ciudad que cuenta ahora con 30.000 plazas sólo en hoteles". Solo cuatro rozan las 200 plazas. El resto son pequeños o medianos.

Obra del hotel que ocupará la parcela de Hoyo de Esparteros, en Málaga, con diseño de Rafael Moneo. Obra del hotel que ocupará la parcela de Hoyo de Esparteros, en Málaga, con diseño de Rafael Moneo.

Obra del hotel que ocupará la parcela de Hoyo de Esparteros, en Málaga, con diseño de Rafael Moneo. / Albiñana

En Córdoba siguen también adelante 19 proyectos, muchos de aún en trámites urbanísticos. La gama también es variada. Comprende de 1 a 4 estrellas, algunos en el casco histórico y otros en zonas de expansión de la ciudad. José María Vallejo, secretario de la asociación de hoteleros cordobeses, calcula que elevarán un 20% la actual oferta de plazas.

Granada es la tercera provincia que reúne mayor actividad inversora en el negocio hotelero con ocho establecimientos: tres de cinco estrellas, uno de cuatro y el resto de una y dos. También hay en proyecto una pensión. Todos se enclavan en la ciudad, con la única salvedad de un cuatro estrellas en Alhama de Granada. En conjunto suman 480 plazas que se agregan a las 16.000 actuales. Antonio García, secretario de la federación de empresas granadinas de hostelería y turismo, pone en perspectiva el impacto de estas cifras para una ciudad que agrupa el grueso del turismo "en fines de semana y puentes".

A estas inversiones se suman tres hoteles más en Almería y uno en Cádiz, además de los apartamentos turísticos regulados, el otro auge que corre paralelo y que vuelve a tomar bríos sobre todo en Sevilla y Granada. En la capital hispalense hay 18 proyectos en marcha y en la granadina son 17 con 362 plazas. Les siguen Cádiz con cuatro y Jaén con otros tres.

Miguel Sánchez subraya que parte de la inversión hotelera que se mueve en Andalucía se dirige a las ciudades, en busca del turismo urbano, liderada por grandes fondos de inversión internacionales "de todas partes. Llaman la atención los asiáticos, británicos y coreanos". "Hay fondos buitres que buscan especular, por supuesto, pero la mayoría proyectan inversiones a medio y largo plazo. Muchos son fondos pensiones que buscan seguridad", matiza Manuel Cornax, que recuerda que los contratos de explotación de estos complejos se firman a 20 ó 25 años, plazos que quedan muy lejos de la voracidad especulativa.

A este auge también se han incorporado inversores particulares y patrimonios familiares más orientados hacia los establecimientos urbanos pequeños, en sintonía con el concepto de hotel boutique. "Hay capital español, grupos familiares y empresas que radican en el extranjero", sintetiza José María Vallejo.

Estos 105 proyectos hoteleros se habían presentado en los diferentes registros de Turismo de la Junta de Andalucía a finales de 2019. El Covid-19, entonces, era sólo algo que ocurría en la ignota ciudad china de Wuhan. La gravísima crisis sanitaria, económica y social sembró enseguida el desconcierto y durante muchos meses nada ni nadie se movió. Sin embargo, el sector y los inversores han recuperado la confianza. Con muchos matices, eso sí.

Después de 15 meses sin clientes "pocos sectores pueden recuperarse", reflexiona José María Vallejo desde Córdoba. "Los turistas extranjeros son escasos. Sólo tenemos turismo nacional que ofrece una ocupación óptima los fines de semana. Las perspectivas son difíciles". Alude a la incertidumbre, a la intranquilidad por la aparición de nuevas cepas que lleven a dar pasos atrás y pospone hasta el segundo semestre de 2022 la recuperación del turismo internacional y, en consecuencia la estabilidad en precios y ocupación.

Desde Granada, Antonio García no quiere olvidar la diversidad de Andalucía, "tan grande como Portugal", para enfatizar que cada destino andaluz tiene sus particularidades, aunque hay un punto en común. "El sector está muy endeudado. Se han tenido que desafectar activos empresariales y personales para hacer frente a la crisis. Un hotel, aunque esté cerrado, tiene gastos abrumadores". Lamenta que las ayudas públicas hayan tenido poco efecto. "De los 1.000 millones de fondos europeos gestionados por la Junta, 600 no se han empleado porque es muy difícil cumplir las condiciones. Ahora se ha lanzado otra convocatoria que minimiza algunos de los obstáculos. Si tampoco funciona, es dinero que habrá que devolver".

Miguel Sánchez, desde su experiencia como hotelero en la Costa del Sol y su responsabilidad como presidente del Consejo de Turismo de la Confederación de Empresarios de Andalucía, explica que serán dos años de pérdidas, porque este ejercicio también acabará en rojo para muchas empresas. "Hemos aguantado como se ha podido, pero son muchas las dificultades". Espera que la recuperación sea sólida, aunque duda de que sea rápida. "Andalucía es un destino importante, estamos bien situado en los mercados, ofrecemos una variedad extraordinaria y las vacaciones son ya un bien social irrenunciable".

Hay un dato que confirma estas expectativas. El turismo británico vuelve. "Los turoperadores han comenzado por fin a contratar. Tenemos reservas desde abril de 2022 hasta abril de 2023. Se han reactivado los vuelos y los paquetes". Los visitantes del Reino Unido suponen cerca del 20% en Andalucía y el 33% en la Costa del Sol. Son, además, un termómetro excelente porque es el mercado que más anticipa sus reservas hoteleras. Sin embargo, Miguel Sánchez cree difícil alcanzar antes de 2023 los números y resultados previos a la pandemia.

Turistas británicos paseando en el Arroyo de la Miel, en Benalmáden Turistas británicos paseando en el Arroyo de la Miel, en Benalmáden

Turistas británicos paseando en el Arroyo de la Miel, en Benalmáden / carlos díaz / efe

Desde Sevilla, Cornax pone el acento en lo difícil que es hacer pronósticos cuando el horizonte no está despejado. "No hay visibilidad". "La gente ha estado casi dos años sin poder viajar ni gastar y ahora hay muchas ganas. Es como salir de un toril desbocados". La última encuesta sobre gasto turístico (Egatur) del INE correspondiente al mes de agosto es ilustrativa: cada turista extranjero se ha dejado de media en Andalucía 1.216 euros frente a los 1.097 euros de agosto de 2019. Es decir, el gasto medio ha subido cerca de un 11%. "Tenemos que esperar. Ver la evolución, pero también otros factores como la inflación, los tipos de interés, si va a haber o no estanflación. El sector ha quedado muy tocado". En cualquier caso, recalca que este es el momento de invertir en promoción. "Tenemos salir a los mercados para mantener la posición y el nombre. Tenemos que adelantarnos a los competidores".

Gonzalo Fuentes, responsable federal de hostelería y turismo del sindicato de Comisiones Obreras coincide en el diagnóstico. "Hay ansias de viajar y cansancio pandémico. El turismo nacional ha reaccionado muchísimo mejor de lo que se esperaba a pesar de la quinta ola, estallada en plena temporada. Ha fallado el internacional porque no ha tenido posibilidad". "Los fondos de inversión, que tienen olfato y tienen información, lo han visto claro y se están moviendo mucho, pero tenemos que tener cuidado y hacer las cosas bien". Opina que la pandemia puede dejar una gran lección para mejorar en dirección a la sostenibilidad, la tecnología las energías verdes, el reciclaje y, "esencialmente, en los recursos humanos".

Fuentes, flamante Premio Andalucía de Turismo, reclama "huir del corto plazo" para buscar un modelo hotelero "más esponjado, con mejores instalaciones" y no descuidar los recursos humanos. Confiesa que ahí es más pesimista. "Se mantienen los errores y la visión cortoplacista". De hecho, este verano ha faltado personal, sobre todo en determinados puestos relacionados con la hostelería, un segmento escaso de prestigio profesional y sobrado de bajos sueldos, jornadas interminables y malas condiciones laborales. "Es necesario impulsar la calidad laboral, la estabilidad, mejores salarios, el acceso a una tarjeta profesional y un currículum acreditado".

La duda es el impacto que puedan tener un centenar de nuevos hoteles en el mercado andaluz. Más allá del coronavirus, ¿hay negocio para todos?

Miguel Sánchez observa algunos síntomas de saturación. Señala los puntos pioneros de la costa, como Torremolinos, pero también las ciudades de Granada y Córdoba. También apunta que Málaga empieza a acercarse a ese punto. José María Vallejo, en cambio, no ve ese problema en Córdoba. Recuerda que según en INE la provincia tiene 6.040 plazas, que los proyectos en marcha tienen diferentes perfiles (ocio, turismo de negocios y congresos), se ejecutan de forma progresiva con una oferta que aterrizará poco a poco en el sector, sin descartar que alguna de estas iniciativas, todavía en fase de trámites urbanísticos, no llegue a buen fin. En su opinión, la clave está en hacer una adecuada promoción.

Cornax reclama la promoción, pero también diversificar la oferta. El turismo en Sevilla está especialmente concentrado en la almendra histórica y Triana. Hay puntos de interés dentro de la propia ciudad que están fuera del circuito y, por supuesto, enclaves de primer orden a solo unos kilómetros como Carmona, Écija, Osuna o Utrera con un gran potencial desaprovechado. Incluso la ciudad romana de Itálica (Camas, a 10 kilómetros de distancia) queda hasta fuera del imaginario turístico. Por eso el presidente de los hoteleros sevillanos insiste en que el "mercado se crea". Por un lado, con la promoción en los lugares precisos y, por otro, ampliando la oferta, llevando al turista más allá de las colas del Real Alcázar.

Antonio García es esclarecedor cuando recuerda los riesgos de hacer una inversión millonaria "para una ciudad como Granada que tiene turismo los fines de semana y cuatro puentes. No se trata de poner puertas al campo, pero hay que analizar con mucho cuidado esas inversiones". Reclama promoción y, sobre todo, una actuación seria para alargar la estancia en una ciudad donde cada turista pernocta de media 1,9 noches. "Hay que gastar dinero y, de una vez, poner en valor el palacio de congresos para atraer visitantes de domingo a jueves". Concluye con un aviso sobre el aguge de la vivienda turística: "Satura los centros urbanos, origina ruido y molestias a los vecinos, no crea empleo y ni siquiera está obligada a emitir facturas. La Junta tiene que revisar el decreto de viviendas turísticas".

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