Andalucía

Andalucía estrenará el primer centro de atención a personas sordociegas

  • La Junta inaugurará en el municipio sevillano de Salteras unas instalaciones únicas en España con 45 usuarios de estancia diurna y residencia · Madrid y Baleares se interesan para concertar plazas

Un gimnasio, un spa, un huerto ecológico, salas de estimulación sensorial, una biblioteca de árboles al aire libre... La oferta no pertenece al catálogo de servicios de algún resort en zona turística, sino a un próximo centro de inminente apertura para personas sordociegas que se ubicará en el municipio sevillano de Salteras, el primero en España de estas características.

Para personas que viven a diario sin ver ni oír y a la que se estimulará su conocimiento del mundo con terapias impartidas por profesionales para fomentar su autonomía. Porque, ¿cómo se expresa una persona sordociega con su entorno? Por ejemplo, a través de un ritual compartido y repetido de movimientos en las palmas de las manos. ¿Cómo identifica un árbol? Por ejemplo, enseñándole a diferenciar su aroma.

El tacto, el olor, los pequeños residuos visuales y/o auditivos, un movimiento corporal, una sonrisa se aprovecha para que ellos aprendan que sus respuestas tienen un significado y puedan interactuar con otras personas. De todos estos programas se encargará la asociación de padres de sordociegos de España (Apascide) en este centro específico cuya construcción financia la Junta de Andalucía con un coste de 2,2 millones de euros procedentes del Plan E del Gobierno central y que tiene un coste total de 3,6 millones de euros, el restante aportado por el Ministerio de Sanidad.

El complejo, con un amplio edificio ya concluido en una parcela cedida a la asociación por el Arzobispado de Sevilla próxima a la Mina de las Cruces, habilitará 45 plazas, 28 de ellas en unidades de estancia diurna -en horario de mañana y tarde con transporte a su domicilio familiar incluido- y otras 17 como centro residencial.

"Las plazas habilitadas se ajustan perfectamente a las necesidades detectadas", aseguró a esta redacción Micaela Navarro, consejera para la Igualdad y Bienestar Social. Navarro se congratuló de que Andalucía sea pionera en la integración y desarrollo de las personas con esta discapacidad física a través de este centro impulsado por la Administración autonómica. De hecho, otras comunidades como Madrid o Baleares se han interesado por el concierto de plazas por si hubiera posibilidad de inscribir a algún usuario de fuera de la comunidad andaluza, señaló Navarro.

Las personas sordociegas reciben atención en centros de otras instituciones, como la ONCE, pero nunca antes en instalaciones específicas habilitadas para esta discapacidad. "La apuesta de la Junta pasa por aumentar los recursos, pero sobre todo, por especializar los servicios", indicó la consejera andaluza, que puso como ejemplo que la mitad de la comunidad cuenta con centros específicos para síndrome de Down y destacó la reciente inauguración en Cambil (Jaén) de unos apartamentos destinados a residencias para discapacidad física e intelectual.

El plazo de apertura de las instalaciones se prevé a principios de mayo, una vez totalmente equipado. Porque el centro es el primero de España, "y quizá de Europa", según la presidenta de Aspacide, Dolores Romero, porque está ideado y habilitado para los que van a ser sus huéspedes habituales y, por primera vez, los demás se adaptan a ellos.

Los inquilinos de la residencia, sordociegos y personas con discapacidad sensorial que presentan otra complejidad, como síndrome de Down, y para los que sus familiares no encuentran respuesta en otras instalaciones, disfrutarán de ventajas exclusivas. El suelo, inusual en zonas templadas como Andalucía, tendrá calefacción para que estas personas disfruten de uno de sus hábitos preferidos: andar descalzos y palpar con los pies. Señalizaciones les advertirán de que una puerta está próxima. Aunque éstas se han ensanchado tanto como para que quepan dos personas. Distintos materiales -corteza de pino, grava- se esparcirán por el suelo de los jardines para que conozcan en cuál de ellos están.

Y sobre jardines, cada uno de los residentes tendrá un parterre anexo a su habitación con una finalidad a priori no demasiado evidente: sabrán por el olor de sus plantaciones -naranjos, limoneros, almendros- combinados con otras plantas -damas de noche, jazmines- si están en su habitación o no y evitar así vergonzosos despistes. Para los que tengan algún residuo visual, es decir, vean algo aunque no muy nítido, podrán ubicarse por las cortinas, una diferente en cada dormitorio. Y para los que no, siempre pueden recurrir al tacto, porque los azulejos con distintos matices les guiarán. Unos incluso les llevan a una fuente junto a la que pueden sentarse, descansar y disfrutar de la naturaleza, motivo por el que se eligió el emplazamiento.

No acaba aquí, porque se fomentará la autonomía en la cocina, para que asimilen otras cuestiones de la vida diaria. "El problema más grave es el de la comunicación, les falta información en todo lo que les es ajeno a su cuerpo y para eso contamos con mediadores que les enseñan a obtener información de lo que les rodea y de otras personas", señaló Romero.

El éxito de la iniciativa ya está asegurado porque, aún sin estrenar -las lluvias han impedido acondicionar los jardines-, las plazas para residencia están concedidas. De la voluntad para su comodidad y autonomía no queda duda; sólo queda que les guste.

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