Provincia

Las infracciones relacionadas con la caza crecen un 92% en la última temporada

  • Los agentes interponen 267 denuncias como resultado de más de 900 actuaciones

  • Las irregularidades más habituales son carecer de licencia o vulnerar la normativa de animales

Más de 900 actuaciones, 112 inspecciones de actividades cinegéticas y la denuncia de 267 infracciones administrativas son algunas de las cifras que deja la operación Sierra, desarrollada por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil desde principios de septiembre de 2017 con motivo de la temporada de caza. En la última campaña, las infracciones detectadas repuntaron un 92%, al pasar de los 139 episodios de 2016 a los 267 del último año, lo que supone casi duplicarlas.

La Comandancia explicó ayer que los esfuerzos de las unidades participantes se han orientado a completar tres líneas de trabajo. En primer lugar, el control y verificación de las medidas de seguridad necesarias para celebrar la actividad cinegética propiamente dicha, así como de las habilitaciones de los ejecutantes para la práctica de la caza, en especial permisos y guías de pertenencias de armas, licencias de caza y seguros de responsabilidad civil.

En segundo lugar, respecto a la participación de rehalas, la labor de los agentes ha puesto énfasis en la verificación de las exigencias normativas para el transporte de animales vivos, en concreto de las autorizaciones necesarias concedidas por la Delegación de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural para que medios de transportes y transportistas puedan trasladar los perros, y de los cursos de capacitación de los encargados de los animales desde el punto de vista del conocimiento del bienestar animal. A este respecto, se ha verificado y, en su caso denunciado, la falta de seguro de responsabilidad civil necesario para el empleo de rehalas en la actividad cinegética, "de cara a cubrir cualquier incidencia que se salde con daños a la propiedad o lesiones en las personas".

El control de las condiciones higiénico-sanitarias de las reses abatidas completó el procedimiento policial, con "altos índices de seguridad y garantías" por parte de las distintas modalidades de caza mayor que se han celebrado en la provincia.

Durante la temporada, los agentes inspeccionaron en concreto 112 cacerías entre monterías, ganchos y batidas de las 493 autorizadas por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio; se articularon, asimismo, un total de 252 servicios, de los que el mayor peso recayó en el Seprona que se encuentra desplegado en la zona centro de la provincia, las comarcas del Alto Guadiato y Los Pedroches y la Subbética.

Incluidas las citadas inspecciones cinegéticas, la Guardia Civil realizó 906 actuaciones, entre ellas 468 controles e identificaciones de vehículos y personas. En cuanto a los municipios donde se realizó un mayor número de actuaciones policiales, la Comandancia destacó Hornachuelos, con 157; Villaviciosa de Córdoba, con 123, y Córdoba capital, con 104.

Esta actividad de control dio lugar a la detección de 267 infracciones. El número mayor, concretamente 144, lo fue por vulneración de la normativa reguladora de la actividad cinegética propiamente dicha; en este apartado, los agentes detectaron situaciones como la caza sin licencia, sin seguro, en línea de retranca o de especies distintas a las autorizadas, así como practicar esta actividad sin hacer uso de prenda de alta visibilidad obligatorio, introducido este último concepto por el nuevo Reglamento de Caza aprobado durante el año 2017, relativo a las normas de seguridad.

Además, los agentes denunciaron 106 infracciones correspondientes a la vulneración de normativa reguladora de los animales de compañía o peligrosos; otras ocho infracciones se refirieron al uso de armas, fundamentalmente en lo que respecta a llevar sin necesidad o sin justificar el motivo, es decir, a episodios de furtivismo tanto consumados o detectados antes de la ejecución.

Por último, desde el punto de vista penal, se instruyeron dos diligencias por la comisión de otros tantos delitos contra la fauna, vinculados con episodios de furtivismo. Finalmente, los agentes intervinieron un arma de fuego y cinco ciervos. Todo este material fue puesto a disposición de la Delegación de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, a resulta de la instrucción de los respectivos expedientes sancionadores o diligencias.

De entre todos los operativos relacionados con la actividad cinegética, el más llamativo desarrollado en el último año fue la llamada operación Fidélitas, que se saldó con la detención de dos jóvenes que robaban cuernas y trofeos para posteriormente intentar introducirlos en Asia. En este mercado, este tipo de productos se asocia con propiedades vigorizantes que benefician a los atletas o impulsan las relaciones sexuales.

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