Hasta aquí hemos llegado con esta precampaña permanente y campaña insólita. Ahora, sin excusa, te toca a ti y puede ser, votante, que estés entre los cruciales de toda la vida: los que son llamados indecisos. Igual no es tan decisivo lo tuyo, pero vamos a mirarlo un rato.

Los expertos señalan que hay una bolsa de unos setecientos mil votos con esas características en España. Algunos apuntan al millón. Pero, en lo demás, parece que el pescado está ya vendido. Quien quiere cambio apuesta por Feijóo; quien no, por Sánchez. La diferencia entre ambos, por ese voto decidido ya, es de mucha amplitud y cantidad: entre seis y ocho puntos, unos cuarenta escaños por encima. Es decir, para que Peter ganase sería necesario que toda la bolsa indecisa decidiera en el último tramo apoyarle. Improbable, dado el tono de la campaña y, especialmente, la sensación de que es caballo perdedor, muy acusada desde el cara a cara que protagonizó tan nervioso y errado –deberías saber, no me cansaré de decirlo, que la política es percepción y esa se ha instalado en la mayoría–. Así las cosas, no hay que ser adivino para presagiar que el PP ganará. La cuestión es por cuánto y cómo se articularía el gobierno.

El PSOE parte de una derrota dura en municipales y en ningún momento ha sostenido el discurso de querer gobernar en solitario. El votante decidido de Peter sabe que su máxima aspiración es contener la fuga y repetir coalición. Además, comete graves errores de cálculo, de primero de campaña: si la suma le da, aunque no gane, lo intentaría (esto, en generales, estrategas de Risk, resta); y ha estado increíblemente ausente, sin reclamos definidos, en las circunscripciones medianas y pequeñas, que reparten menos de 7-8 diputados, y que (otra vez, estrategas del alambre) son definitivas. Votante amigo que dudas, comprueba, ahora, al contrario: el PP viene de ganar el 28 de mayo, se ha centrado en las circunscripciones decisivas con presencia y concreciones y aspira a gobernar solo. Tú, Feijóo, Peter y yo sabemos que Vox existe y que los pactos catetos que ha suscrito el PP le lastran y mucho. Y eso lleva a la decisión útil, en mi opinión, que te comparto.

La decisión de un votante indeciso como tú pasa por 1) entre quedarte en casa y votar: por votar, porque la participación alta legitima; 2) si estás en el bloque de la permanencia, y dudas entre Yolanda y Peter: da un poco igual porque el éxito sería reeditar la coalición, pero si andas en sitios pequeños, concéntralo en el grande; 3) si estás en el bloque del cambio: concentra también el voto para que no se pierda la opción en las circunscripciones pequeñas; y 4) muy importante, si ves bien, como espero, terminar con este cutre frentismo de bloques: aborta la oportunidad de que cuenten los extremos, dando una mayoría sólida al ganador. Y, si no funciona, no tengas miedo en volver a cambiarlos, que mandas tú. A ver si nos lo aprendemos.

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