Mensaje en la botella

La biblioteca de la paciencia

Lo del retraso en la Biblioteca del Estado es algo que hemos visto ya demasiadas veces

Dicen que hay cordobeses ni siquiera recuerdan ya que en la ciudad está pendiente la Biblioteca del Estado. De hecho, hasta que no se le añade el adjetivo de la Biblioteca de los Patos, no reparan en el mastodóntico edificio que se localiza en los Jardines de la Agricultura, junto a la avenida de América, un inmueble que lleva más de una década en construcción. El viernes, Día del Libro (y de san Jordi) se dejó ver por la obra la vicepresidenta primera del Gobierno, la egabrense Carmen Calvo, impulsora de este proyecto, pero - ya ha llovido- de cuando era titular de Cultura en el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. La cuestión es que se ideó una enorme infraestructura con el objetivo de conceder a Córdoba una equipamiento cultural de primer nivel.

Su emplazamiento fue objeto de una gran polémica, ya que supuso la desaparición de la emblemática rosaleda del Parque de los Patos. Pero disputas aparte, lo cierto es que echó a andar una iniciativa muy ambiciosa, pensando igualmente en aquella Capitalidad Cultural de 2016 que Córdoba perdió, y que con el paso de los años empezó a formar parte de ese "selecto" grupo de obras inacabadas en esta ciudad, todas ellas sometidas a un mismo patrón que en esta misma columna hemos repetido en varias ocasiones: proyecto millonario, ofertas de las constructoras muy a la baja, quejas de las adjudicatarias y petición de más dinero y paralización de los trabajos tras la consiguiente anulación del contrato.

Y lo peor es que no se trata de algo exclusivo de la Biblioteca del Estado, sino que ya lo hemos visto en esta Córdoba nuestra en el Palacio de Ferias y Exposiciones del Parque Joyero, en la Normal de Magisterio, en el Palacio de Congresos de Torrijos o en las consultas externas del Hospital Materno-Infantil del Reina Sofía, para vergüenza de todos y sin que los gobiernos hayan articulado la fórmula para que este tipo de situaciones no vuelvan a repetirse. Pese al sobrecoste, que se ha disparado hasta los 17 millones de euros, de lo que al menos podemos sentirnos satisfechos es que esta mole de hormigón llevará el nombre de Grupo Cántico como homenaje a uno de los movimientos artísticos más significativos de Córdoba. Es más, la vicepresidenta apuntó que la biblioteca "tendrá un hueco importante para Pablo García Baena, nuestro Premio Príncipe de Asturias". Ya era hora.

Respecto a los continuos retrasos, Carmen Calvo se justificó diciendo que "a veces las ideas tardan mucho tiempo". Habría que matizarle a la vicepresidenta que no solo las ocurrencias se eternizan, sino también su ejecución, sobre todo si quienes tiene que legislar para evitarlo cosas se dedican a mirar para otro lado. Lo que sí confirmó es que este complejo cultural podrá abrir sus puertas en el mes de septiembre. Esperemos que se trate de una certeza y no de otra idea, porque demasiada paciencia hemos tenido ya.

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