Crítica de Flamenco

Un torbellino del baile flamenco

Un momento del espectáculo.

Un momento del espectáculo. / barrionuevo

Ilusionado y comunicativo el bailaor cordobés José Barrios, además de inagotable en escena, desde hace algunos meses anunciando en la red su imparable puesta a punto con un montaje escénico denominado Reditum. Bailando flamenco, ha sido el punto de partida para volver por su añorada tierra y estrenarlo. Volver, ciertamente, aunque no con espectáculo propio, antes ya lo había hecho mostrando el buen hacer de su oficio flamenco en varias ocasiones. Lo hizo, por ejemplo, en el Festival de la Guitarra de 2014, destacando en la compañía de María Pagés donde por cierto, a su vez, figuraba como ahora la excelente cantaora de nuestro terruño, Ana Ramón. Y, para que la cita del pasado sábado, con un séquito de nivel, que prometía un reencuentro provechoso, y eso fue.

Espectáculo en donde unas series de secuencias flamencas, sin solución de continuidad, mantuvieron al aforo del Teatro Góngora en expectativa durante hora y media, atentos al novedoso "retornando", expresando muchos sentimientos en alegorías que proyectaban sus anhelos a través de palos del cante, toque y por supuesto el baile, donde José Barrios lucía como principal protagonista, para seguir siendo admirando como un torbellino, pero ordenado y consecuente, en incontables y diferentes vueltas, dinámicos zapateados, percutiendo con punta y tacón, en carretillas y desplazamientos, impactantes desplantes en martinete, seguiriyas, rondeñas y otros abandolaos, ya por farruca, soleá por bulerías y el comediado tanguillo, cantiñas cordobesas, el marchenero romance a Córdoba, gaditanas alegrías, rumbas y otros palos, y muchos remates por bulerías.

Para así satisfacer y satisfacerse, dando a conocer a sus paisanos el talento ante retos que le permitieran estirarse, incluyendo rompedora imagen embutido en negra falda de cola, que mostraba la variada oferta de baile, coreografiando y dirigiendo el flamenco que ama y que lo identifica. Pues con Reditum, Barrios a fe que dejó patente este extremo, quedando de manifiesto en cuanto pasos, figuras y mudanzas desarrolló, con esmerado tesón y gusto en escobillas, redobles y remates que al respetable tuvo sin respirar y tras ello aplaudirlo con ardor. Un premio de agradecer tras los fructíferos años de aprendizaje con máximas figuras cuya maestría forman la orla del arte que este cordobés lleva a gala, sumando con sus dotes para bien de su esfuerzo.

Así varios lustros lo contemplan en importantes ciudades y países del orbe, por donde ha tenido la oportunidad de pasar junto a destacadas compañías, incluyendo la propia. De manera que esta esperada comparecencia en su tierra, ha propiciado que sus paisanos lleguemos con más detalles a conocer todo el fondo de genio y conocimientos que éste torbellino ha acumulado y, siendo tan joven, lo aún por aprovechar. Lo que el sábado quedó de manifiesto dejando un excelente sabor.

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