Cultura

La guerra de Siria y la lucha de las mujeres entran de lleno en el Festival de Cannes

  • La realizadora Eva Husson compite por la Palma de Oro con la cinta 'Les filles du soleil'

El reparto, junto a su realizadora, ayer en la presentación de la cinta.

El reparto, junto a su realizadora, ayer en la presentación de la cinta. / efe

La guerra de Siria entró ayer de llenó en el Festival de Cannes con Les filles du soleil, una película llena de buenas intenciones pero que no logra transmitir los sentimientos más profundos de las mujeres kurdo sirias que combaten por su libertad. Con un reparto encabezado por la iraní Golshifteh Farahani, como la líder del batallón Les filles du soleil, y la francesa Emmanuelle Bercot, la realizadora Eva Husson compite por la Palma de Oro de Cannes con una historia con la que ha querido "mostrar la lucha de estas mujeres para reconquistar su dignidad".

Mujeres secuestradas, violadas y torturadas en la guerra de Siria que decidieron convertirse en combatientes por su libertad porque consideran que "la lucha en sí misma ya es una victoria", explicó la realizadora en una rueda de prensa. Una historia que leyó en los periódicos y que interesó mucho a esta directora nieta de un republicano español que acabó en un campo de concentración y que procede de una familia con una gran tradición de lucha contra el fascismo. "Lo que le pasa al pueblo kurdo es un escándalo. Occidente tiene una gran responsabilidad. Están fuera de todas las discusiones internacionales. Mi primer deseo era hablar de mujeres en el filme, pero comparto de todo corazón el dolor del pueblo kurdo", afirmó la realizadora.

Mientras que la protagonista, Golshifteh Farahani, instalada desde hace años en Estados Unidos, donde ha participado en filmes como Paterson, señaló que "no es una historia de fronteras, sino de mujeres que buscan liberarse, de mujeres que buscan tener elección para hacer lo que quieren, no ser violadas y torturadas". Unas mujeres que "viven un horror que va más allá de cualquier imaginación", dijo la actriz, que resaltó que pese a considerarse ciudadana del mundo y que sus raíces están "en el arte de la creación" y no en un país, sí tuvo un sentimiento de dolor personal con esta película.

"Sentí el dolor de mi madre, de mi abuela, de mi bisabuela, que tuvieron que enfrentarse a la injusticia y la desigualdad. Yo no quiero transmitir ese dolor a las siguientes generaciones, a mi hija. Quiero que el mundo sea libre, que se libere de la ignorancia, liberar el planeta, que nos amemos", señaló. Hay que respetar los orígenes de cada uno, pero la verdadera integridad es la de cada persona, hombres y mujeres, dijo la actriz, que se mostró "muy responsable y profundamente honrada por contar la historia de estas mujeres".

Una historia que esperaba desde hace años que alguien quisiera llevar al cine para mostrar las situaciones horribles que viven estas mujeres que sin embargo no aceptan el estatus de víctimas. "Yo tampoco acepto ese estatus de víctima para las exiliadas que se da en occidente", agregó Farahani, que apostilló: "Yo siempre seré una guerrera".

Dedicado a la periodista de guerra estadounidense Marie Colvin, que falleció en Siria, la película ofreció además a otra de las actrices, Zubeyde Bulut, de origen kurdo, la posibilidad de contar en el cine la situación de su pueblo.

"Cuando tenía tres años huimos a Alemania. Ahora tengo 31 y la situación no ha cambiado (...). Era necesario que alguien contara la historia y estos muy contenta de que haya sido una mujer".

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