Cultura

"La ficción puede ayudar a entender mejor el presente"

  • La novelista uruguaya mantiene hoy un encuentro con los miembros de los clubes de lectura de la Red Municipal de Bibliotecas en torno a su última obra, 'El testigo invisible'

Carmen Posadas (Montevideo, 1953) pone la Historia al servicio de la ficción en El testigo invisible (Planeta), un viaje a la Rusia de la revolución bolchevique a través de un deshollinador que se enamora de princesas. Hoy conversará sobre la obra con integrantes de los clubes de lectura de la Red Municipal de Bibliotecas en un acto presentado por Patricia Tena y María Victoria Roldán, en el Bulevar del Libro a las 12:45.

-¿Qué ha supuesto para usted como escritora este acercamiento a los últimos años del imperio ruso?

-Además de las razones personales para abordar este periodo, porque es realmente interesante, había motivos personales, ya que yo viví en una época en Rusia, donde mi padre fue diplomático, me casé allí y es un país que ha tenido importancia en mi vida.

-¿Qué es lo que más le interesa de esa época?

-Es un momento de cambios muy grandes en el que se pone de manifiesto lo mejor y lo peor del ser humano. Después de escribir una novela sobre Teresa Cabarrús, que fue una mujer importante en la Revolución Francesa, parecía natural que hablara de esta otra revolución en la que caen todas las estructuras de un sistema antiguo y empieza una nueva era.

-¿A través de la ficción se puede conocer mejor la Historia?

-No sólo se puede conocer mejor la Historia sino que la ficción puede ayudar a entender mejor el presente. Hoy en día vivimos también grandes movimientos sociales y un momento parecido al que se describe en la novela. Evidentemente, ahora no va a haber una revolución bolchevique, pero sí hay una sensación de acabamiento de unas estructuras y de comienzo de algo nuevo que no se sabe muy bien hacia dónde va.

-¿Cómo fue el proceso de investigación para El testigo invisible?

-Yo ya había leído mucho sobre esta época, pero aun así necesitaba un libro que me sirviera de espina dorsal, y ese libro fue Nicolás y Alejandra de Robert K. Massie. Cada vez que escribo una novela necesito un punto de apoyo como este. Nicolás y Alejandra es un libro muy bien documentado que presta tanta atención a la Historia con mayúscula como a las pequeñas historias, las anécdotas, los chismorreos..., cuestiones impagables que aportan color y enriquecen el relato.

-También tuvo acceso a documentos poco conocidos...

-Sí, en relación con la muerte de Rasputín. Siempre se ha dado por buena la versión de su asesino, en principio porque cuando alguien cuenta cómo mató a alguien te lo crees, pero unos documentos desclasificados en Reino Unido revelan la intervención de los servicios secretos británicos, ya que les interesaba que Rasputín desapareciera por razones políticas claras. Yo he decidido aportar esta versión.

-¿Cómo ha sido la recepción de los lectores?

-La novela salió a la venta a comienzos de marzo y va ya por la quinta edición, o sea que ha sido muy buena. Eso sí, con mucho esfuerzo. Antes de la crisis yo hacía con cada libro dos o tres viajes y ahora salgo a un viaje semanal. No obstante, es muy gratificante conocer a los lectores, sobre todo en los actos que se desarrollan con clubes de lectura, que van más allá de las presentaciones y permiten hablar de otras cosas y profundizar en el libro, ya que los asistentes lo han leído. Son actos más enriquecedores para todos. En una presentación normal no se puede hacer porque lo destripas.

-¿Continuará en la novela histórica?

-Normalmente me gusta cambiar de género, pero me he divertido tanto investigando esta época que seguramente repetiré en la novela histórica.

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