David Silverman es productor, director de películas y programas de televisión y uno de los dibujantes más importantes de EEUU. Ha sido productor de 23 capítulos de Los Simpson, además de crear la secuencia de apertura de la serie. Siguiendo con estos personajes, ha dirigido Los Simpson: la película, además de El camino hacia El Dorado y Monstruos S. A.

-¿Cuál es la situación de la animación en su país?

-Muy activa, se están produciendo muchas películas, se están produciendo muchos shows y series, pero a lo mejor no está en el punto álgido como estaba hace algún tiempo. Pero sí en una buena situación y es posible que veamos una sorpresa dentro de poco.

-¿Cómo se encuentra la animación europea en comparación con la americana?

-Yo realmente no tengo tanto conocimiento sobre la europea, pero he visto que es una industria vibrante y muy diversa.

-¿Conoce algo de la animación española?

-Honestamente, no. Pero he aprendido muchísimo y he visto muchísimo en los dos días que llevo aquí.

-¿Qué papel desempeñan festivales como Animacor para este sector?

-Pienso que ayudan sobre todo al público en general, para que tenga una idea de lo que es la animación, y también ayuda a que se dé a conocer.

-¿Influyen en la propia animación?

-Pienso que sí, que tienen un impacto porque al ver este tipo de festivales es posible que se cree una demanda para producir más películas y más animación.

-¿Qué factores debe tener una película de animación para lograr el éxito?

-Una buena historieta, un buen guión, porque esa es la base fundamental de cualquier producción, ya sea o no animación. Y también es muy importante que el carácter, el personaje principal, sea único y que destaque tanto en su actitud como en su apariencia.

-¿Qué cualidades debe tener un dibujante?

-En primer lugar, te tiene que gustar dibujar, porque vas a dibujar muchísimo. Sobre todo, lo que se necesita es ser una persona muy curiosa y tener una gran capacidad de observación. Y eso es algo que uno no se da ni cuenta de que lo tiene.

-En el cine de animación de EEUU se ha producido un cambio. Ya no sólo va dirigido a niños, sino también a adultos, introduciendo más humor y expresiones con dobles sentidos. ¿Por qué ese cambio?

-Pienso que en Europa siempre ha habido más animación para el mercado adulto. En EEUU accidentalmente se dirigió mayoritariamente al público infantil, pero pienso que por ejemplo programas como Los Simpson han ayudado a reintroducir series de animación y dirigirnos al público adulto.

-¿Era necesario ese giro?

-Pienso que sí. En parte ocasionado por James L. Brooks, partícipe de la serie. Él provenía del mundo adulto y eso impulsó el cambio. También fue propiciado por los dibujos y los tebeos, pero sobre todo por los dibujos de los periódicos y personajes como Matt Groening, que pudieron salir de ese mundo y ser más atractivos para el público en general. O gente como Bill Griffith, que era más underground. La animación ha ganado, ha cambiado y se dirige a todos los públicos.

-Los Simpson, serie de la que usted ha dirigido algunos capítulos y también la película, lleva en pantalla desde 1989. ¿Cuál es el secreto?

-No lo sé. Simplemente uno está encantado de trabajar con ese material y también de estar colaborando con otros artistas con muchísimo talento. Esa es realmente la clave: trabajar con otros artistas muy talentosos y crear algo conjuntamente. Y no sólo que lo hagan lo mejor que pueden, sino permitírselo. Eso quiere decir darles libertad y alentarlos a que lo hagan lo mejor que puedan.

-¿Cuál es el trabajo que le ha causado mayor satisfacción en su carrera?

-Pienso que cuando he dibujado parte de la serie de Los Simpson, que personalmente he dirigido. Creo que eso es lo que más satisfacción me ha dado. Y ahora estoy bastante más contento por dejar que otros hagan el trabajo duro, que levanten el peso y que ellos dirijan.