Crítica de Música

Elegancia francesa

Elegancia francesa

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Orquesta de córdobaHHHHH

Quinto concierto de la temporada de abono. Programa: Camille Saint-Saëns, Concierto para violín y orquesta n. 3 en si menor, op. 61; Georges Bizet, Sinfonía 'Roma' en do mayor. Solista: Artaches Kazarian (violín). Director: Miguel Romea. Fecha: jueves 19 de enero. Lugar: Gran Teatro. Lleno.

El tercero de los conciertos para violín de Camille Saint-Saëns (1835-1921) es una obra encantadora. Sus tres movimientos son un dechado de esa elegante y refinada expresividad que constituye el sello del mejor romanticismo francés. El segundo tiempo (Andantino quasi allegretto) es un ritmo de barcarola, con una orquestación sutil e imaginativa, sobre la que el solista va desgranado una canción llena de dulzura. Permite al solista mostrar sus cualidades líricas más profundas. Y así hizo Artaches Kazarian, quien, si bien menos afortunado en el arranque del concierto y en la propina bachiana final, aquí alcanzó la cima de una actuación que globalmente me pareció de altura. Un orgullo para la Orquesta de Córdoba el contar con este maestro como ayudante de concertino.

La obra de Georges Bizet (1838-1875), que ocupó la segunda parte de la velada y que nuestra orquesta interpretaba por primera vez, es una especie de fantasía sinfónica en cuatro partes inspirada por diversas ciudades italianas. Sin ser una obra tan redonda como la anterior, presenta atractivos en los aspectos rítmico (Scherzo, movimiento final…), melódico (movimiento lento en especial) y tímbrico (orquestación llena de sutilezas). Todos ellos fueron convenientemente destacados en la entusiasta lectura de Miguel Romea. Y largamente aplaudidos.

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