A lo largo de la etapa de los González como máximos accionistas del Córdoba, varias han sido las propuestas que han salido del propio club para acercarse a la afición. La mayoría, sin embargo, cayeron en saco roto, o ni siquiera llegaron a plasmarse más allá de las palabras de Carlos González. Ha sido una tónica habitual en el conjunto blanquiverde en las últimas temporadas el uso de estas medidas como cortina de humo. ¿Recuerdan la iniciativa de crear la figura de los socios compromisarios para tener una voz fuerte y unificada dentro de la entidad? Aquello fue el invento que el máximo accionista plasmó sobre papel para tratar de salir del paso en abril del 2014, cuando tras el choque ante el Real Murcia en El Arcángel se produjo una auténtica fractura social en el cordobesismo.

Aquel ambicioso plan, que iba a cambiar de plano la relación del club con su masa social, quedó una vez más en agua de borrajas. Papel mojado como otras muchas medidas y anuncios de un presidente que cada vez que hablaba daba titulares, si bien de su palabra a la realidad distaba un mundo. Tras aquel choque el equipo reaccionó de manera primorosa, se enganchó de nuevo a la pelea por un ascenso a Primera División que terminó consiguiendo y... claro, una vez en la liga de las estrellas ya no había necesidad de acercarse a la afición. Los errores cometidos quedaron tapados por aquel milagro de Las Palmas y la mano tendida a la afición se recogió rápidamente. Con la élite del fútbol español desfilando por El Arcángel las preocupaciones de la afición pasaron a segundo plano. Pero claro, las vacas flacas han vuelto esta temporada a El Arcángel y de nuevo se hacen necesarias este tipo de medidas para intentar ganarse el favor de la grada.

Las reuniones que el club proclama ahora se parecen mucho a las que promovió en 2014

Alejandro González ha recogido aquella senda con la iniciativa del Encuentro Blanquiverde, aunque en su caso los pasos dados hasta la fecha han sido más lógicos. Al menos, el nuevo presidente ha plasmado la propuesta sobre el papel antes de anunciarla a bombo y platillo y la intención en esta ocasión parece bastante más positiva.

Eso sí, siempre existen pegas porque a muchos abonados le rechina un tanto la selección de los representantes que participarán de esos encuentros con la directiva del club para lanzar iniciativas, resolver dudas o trasladar inquietudes. El sorteo "aleatorio" que realizó la entidad ha sido puesto en entredicho, algo totalmente lógico cuando varios abonados han perdido recientemente su carné por críticas en las redes sociales. La unión pretendida, o al menos pregonada, sigue estando lejos de ser una realidad, aunque el nuevo mandatario cordobesista merece al menos el beneficio de la duda y la confianza de que sus buenas palabras se convertirán pronto en hechos tangibles.

En cualquier caso, y aunque el club intenta de todas las formas posibles que la paz social vuelva a El Arcángel, la mayor parte de la afición sigue teniendo clara su postura. El choque de ayer es una buena muestra, porque de nuevo el apoyo al equipo fue unánime durante los 90 minutos, pero para la directiva la grada se reservó una nueva protesta en forma de pañolada en el minuto 54. De momento, parece evidente que harán falta muchas más medidas para acercarse de verdad a los colectivos blanquiverdes que siguen dando la espalda a la directiva. Alejandro González tiene la posibilidad y la responsabilidad de demostrar con hechos que sus intenciones son sinceras y honestas. Sólo así se dejará atrás la sensación de humo que este tipo de medidas dejan en el entorno del Córdoba.