El Córdoba tendrá que ver lo que queda de Copa del Rey por televisión. Y lo tendrá que hacer por su propia incapacidad para resolver un partido y una eliminatoria que durante la primera mitad tuvo controlada de manera total. Pero no supo rematar a un Alcorcón que mantuvo la cabeza fría con el 1-0 sabiendo que ese gol no cambiaba nada su situación y, ya tras el descanso y sobre todo igualar el marcador, aprovechó el derrumbe de los blanquiverdes para apoderarse del choque, dar la vuelta al resultado y meterse por primera vez en su historia en los cuartos de final. A los de Luis Carrión ya sólo les queda centrarse en la Liga, que no es poco, porque el domingo espera el Girona en Montilivi. A ver si con aquello de jugar a domicilio cambia la tendencia, porque está visto que en El Arcángel la maldición no cesa. Y que nadie mire para otro lado a ver si encuentra culpables...A pesar de los cinco cambios respecto al equipo que no pasó del empate ante el Rayo Vallecano, el Córdoba se presentó desde el primer momento mucho más ambicioso que su rival. Con las líneas más juntas, tanto a la hora de crear como de destruir, los blanquiverdes se sintieron más cómodos con el balón en los pies y con la fuerza suficiente para apretar bien arriba a un Alcorcón que ya de por sí mostró serias deficiencias a la hora de sacar la pelota controlada desde atrás. Y no tardó demasiado.Porque después de un primer susto bien resuelto por Dani Jiménez a una acción de pizarra clásica a la salida de un córner entre Pedro Ríos y Juli, un error flagrante de Elgezabal permitió el gol de Piovaccari en el mano a mano con el meta. A Julio Velázquez, un amante del fútbol conservador, se lo llevaban los demonios en la banda, aunque trataba de disimular el enfado pidiendo a sus hombres levantar el ánimo. No era un gesto de cara a la galería, pues el tanto del ariete italiano más allá de evitar toda opción de prórroga y penaltis para dilucidar la serie no influía prácticamente en nada a los madrileños, que seguían necesitando un gol para pasar de ronda.Pero para marcar es necesario al menos pisar el área contraria, y el Alcorcón apenas si lo hizo poco después con un córner de Plano que remachó David Rodríguez en el segundo palo tras la peinada de Rafa Páez. El balón no encontró siquiera portería, por lo que Pawel siguió siendo un espectador de excepción, ya que de ahí al descanso el control de la situación fue absolutamente del Córdoba. Ni siquiera los intentos visitantes por subir la presión afectaban a un equipo que hallaba espacios y, con un punto más de intensidad, superaba líneas sin excesiva dificultad.Todo lo contrario de lo que les pasaba a los amarillos, que no contentos con alimentar las opciones del Córdoba en la estrategia se empeñaron en dar más facilidades aún con pérdidas que deberían servir de ejemplo de lo que no se debe hacer para sacar la pelota. Tropi volvió a pifiar un pase horizontal y la contra de Ríos la culminó Guille Donoso con un zapatazo desde la frontal que obligó a la estirada de Dani Jiménez. Antes del intermedio, el meta aún tuvo oportunidad para lucirse a un derechazo de Ríos tras una maniobra genial en el área.El CCF se había ido a los vestuarios con la sensación de que su triunfo era corto y volvió con la intención de arreglar ese problema cuanto antes. Pero pese a salir bien, un pase interior de Álvaro Rey tras una pérdida de Luso cogió a la zaga desguarnecida y permitió a David Rodríguez hacer el empate. Era el primer tiro entre los tres palos en todo el partido de los alfareros y la segunda vez que el goleador encontraba un aliado (en la primera parte Bijimine desbarató una pared con Plano en la frontal que lo dejaba nuevamente solo ante el meta).El tanto dejó tocado por unos instantes al Córdoba y relanzó a su oponente, que avisó con un remate lejano de Álvaro Rey y una llegada de Nelson a línea de fondo que no pudo finalizar bien Plano. La algarabía de minutos antes cuando Markovic había saltado a calentar se tornó en nerviosismo, pues ya el partido tenía una cara muy diferente. La eliminatoria estaba ahora favorable al Alcorcón, que ante tal situación parecía rocoso en su área, donde se olvidó de tocar y se dedicó a alejar el peligro con celeridad, encontrando la mayoría de las veces continuidad en la gente de vanguardia.De manera incomprensible, el Córdoba se había ido del encuentro. Perdido con balón y vulnerable sin él, Carrión buscó control con Edu Ramos, pero se encontró con un mazazo difícil de digerir: el 1-2 en una acción a tres toques que volvió a sacar las vergüenzas de la retaguardia. Con algo más de 20 minutos por jugar, el conjunto blanquiverde tenía que hacer dos goles. Y las prisas se lo fueron comiendo. Con Javi Galán y Markovic ya en el campo, los espacios atrás permitieron un par de ocasiones clarísimas en las botas de Álvaro Rey, que en ambas casi sin oposición no supo llevar la pelota a la red.Eso, de alguna manera, mantuvo con algo de vida al CCF, que siguió intentándolo hasta el final por fuera y por dentro, en jugada y en estrategia. Pero todas las facilidades del primer tiempo ya habían desaparecido. Ahora enfrente había una muralla amarilla que más por acumulación que eficiencia iba solventando la papeleta. De hecho, un envío lateral de Antoñito que sacó bajo palos Elgezabal y un remate con todo a favor de Bijimine que se fue muy alto ya al filo del 90 fueron los intentos finales de un conjunto blanquiverde que mantiene su mala dinámica en El Arcángel, donde a partir de ahora ya sólo habrá partidos de Liga. El sueño de la Copa ya es historia.