Cultural leonesa-córdoba CF

Sordo ante el rugido del león (2-1)

  • Un tanto mal anulado a Guardiola en el minuto 76, por un fuera de juego inexistente, impide puntuar al Córdoba ante un rival directo y aleja la permanencia a tres puntos.

  • El planteamiento inicial de Sandoval dio aire a la Cultural.

Un lance del partido.

Un lance del partido. / LOF

Como un funambulista cuando se sube por primera vez al alambre, el Córdoba afrontó su enésima final sabiendo que contaba con red parar una posible caída. Y se derrumbó, gastando su penúltima vida en esta carrera a la desesperada hacia la permanencia que arrancó hace más de dos meses. Una derrota ante un rival directísimo, que gana de paso el goal average, para nada definitiva –el objetivo se mantiene a tiro de tres puntos con 15 en juego– que bien pudo cambiar de no mediar un error de bulto del colegiado y su asistente al anular un gol a todas luces legal de Guardiola en el minuto 76, con el marcador aún 2-0. Luego, el tanto del jumillano sólo sirvió para dar emoción al tramo final de un choque que la Cultural Leonesa había encarrilado bien con dos buenas acciones que volvieron a sacar los colores a la concentración defensiva de los blanquiverdes, que ni mucho menos estuvieron a su mejor nivel. Ni de salida, con un planteamiento que resultó fallido, ni cuando Sandoval buscó la reacción con unos cambios que mantuvieron un patrón con más corazón que cabeza, pues nunca el cuadro cordobesista halló una idea de juego con la que obligar de verdad a su adversario.

Protegiendo a Guardiola por las molestias musculares que habían puesto en duda hasta su concurso en León, Sandoval calcó el dibujo que ya había probado con éxito dos semanas antes en Pamplona. Pero ni la Cultural es Osasuna, ni el guión se cumplió con la misma exactitud. Y eso que la puesta en escena fue buena, adelantando la línea de presión hasta medio campo rival y con Reyes tirando de galones en la transición defensa-ataque. Un planteamiento que aguantó unos 20 minutos, en los que entre el sevillano y Aythami malograron una primera ocasión clarísima tras una estrategia a la salida de una falta lateral –el canario no supo empujar el remate mordido del zurdo, que se marchó un palmo fuera–, y en la que un par de saques de esquina seguidos llevaron al bloqueo a la Cultural (Iván González casi se mete el balón en su portería al intentar un despeje), que no se encontraba y se tuvo que agarrar para seguir en pie a Palatsí, determinante al despejar un cañonazo de Loureiro.

Sin embargo, el cuadro leonés no renunció a su estilo y poco a poco encontró el camino para burlar con relativa facilidad la presión visitante. La visión de Sergio Marcos y la movilidad de Señé fueron suficientes para crear un cortocircuito en la medular del CCF, que se veía fuera de sitio y superada con apenas un pase vertical, en parte por la distancia con una línea de centrales demasiado hundida pese a sólo tener que lidiar con Rodri. Así, una combinación entre los dos primeros, cortada en la corona del área por Aythami, permitió a Emi Buendía sacar su zurda para poner el 1-0 con un balón a la escuadra de Pawel. Era el minuto 25 y, sin merecer tal premio, los locales daban el primer golpe.

Quedan 15 puntos, y la distancia es de 3 con el Almería y 4 con Nàstic, Alcorcón y Cultural

El tanto resultó ser un crochet directo a la mandíbula del Córdoba, que ya no se levantó en todo el primer periodo. Los visitantes perdieron ese punto de frescura en la presión y pasaron a llegar tarde en todas las acciones, en todos los balones divididos, en todas las peleas. Eso les hizo correr mucho tras la pelota y perder el punto de frescura necesario para tener las ideas claras tras el robo, lo que provocó que el equipo se partiera y terminara en demasiadas ocasiones atacando sólo con los tres de arriba, con el resto esperando en campo propio. Con todo, los blanquiverdes al menos supieron mantener una relativa calma cerca de su área, apenas rota con un par de testarazos de Iván González y Señé, ambos a envíos del omnipresente Ángel García, que se marcharon fuera de manera incomprensible.

La Cultural se lleva el ‘goal average’ tras el empate (2-2) de la ida y se escapa del peligro

Quedaba por ver cómo digerían Sandoval y sus hombres en el tiempo de descanso lo ocurrido en el primer acto. Y lo primero que hizo el técnico fue tirar de Guardiola y cambiar el dibujo, volviendo al 4-2-3-1, aunque al igual que la pasada semana ante el Sevilla Atlético, con Javi Galán descolgado constantemente en ataque. Un plan que estuvo a punto de salir bien a las primeras de cambio, si bien el pacense dudó entre el tiro y el pase para quedarse en nada tras una apertura magnífica de Vallejo. Y del empate, al 2-0, también con el zurdo cordobesista de protagonista, otra vez para mal. Entre Emi Buendía y Bastos le buscaron las cosquillas y el envío al corazón del área del lateral pilló a Aythami dormido, lo que aprovechó Rodri para fusilar a Pawel. Otra puñalada que obligaba a poco menos que un imposible.

Guardiola dispara a puerta. Guardiola dispara a puerta.

Guardiola dispara a puerta. / LOF

El Córdoba quiso reaccionar con la entrada de Aguado para encontrar equilibrio en las transiciones y poco después tirando de Jauregi. Pero se encontró entonces con un duelo más trabado por parte de una Cultural que, con todo a su favor, decidió que era el momento de dejar de jugar. El partido bajó el ritmo y los blanquiverdes tuvieron un puñado de faltas lejanas con las que apenas pudieron inquietar a Palatsí. Pero al menos eso les sirvió para pasar a dominar y jugar por primera vez en el medio campo rival, lo que teniendo a Guardiola en el verde ya era mucho. El pichichi apareció por primera vez para hacer trabajar en el uno para uno a Iván González, que resolvió bien, y luego para enganchar una volea imposible para recortar distancias. Una situación que pudo haber llegado diez minutos antes, con tiempo para mucho más, de no ser por el exceso de vista del asistente de Prieto Iglesias, que vio fuera de juego de Quintanilla o Guardiola en una acción que acabó en gol del punta colombiano sin que hubiera violación del reglamento alguna. Es el consuelo que queda tras un mal partido que debe servir para tomar impulso para lo que viene porque todavía nada está escrito.

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