Martes Santo en la provincia

Algarabía y silencio

  • La procesión de Jesús Nazareno en Pozoblanco pone el contrapunto austero a una jornada de hermandades jóvenes con numerosos estrenos.

P OZOBLANCO aguanta la respiración cada noche de Martes Santo para recibir a su Jesús Nazareno, una procesión austera y sobria que contrasta con la algarabía y la juventud que protagonizan la jornada en el resto de la provincia. Numerosas hermandades pusieron ayer novedades en la calle en otra tarde primaveral para el recuerdo.

Caluroso Martes Santo. A las 19:15, cuando el bochorno era aún palpable, efectuaba su salida la cofradía del Carmen, con dos de sus tres pasos -el de Jesús en su Entrada en Jerusalén y el de Jesús de la Humildad-, ya que por falta de manijero y cuadrilla en este 2015 se quedaba en el templo la Virgen de los Dolores. Minutos más tarde, salía el Cristo de la Humillación y Nuestra Señora de los Dolores Servitas. La tarde del martes se completó con la Cofradía del Cristo del Amor y María de la Paz, conocida como las Campanitas. Un total de siete pasos se unieron en el itinerario común por el pasaje Cristo del Amor, el Coso, Santa Catalina, Las Torres y El Peso.

El Martes Santo son tres las cofradías que hacen acto de presencia por las calles del municipio. La primera en iniciar su recorrido fue la de Jesús de los Afligidos y la Virgen del Rosario. Se trata de una cofradía compuesta en su mayoría por jóvenes, de ahí que también se le denomine como de los Estudiantes. El paso del Señor de los Afligidos es uno de los mejor llevados de toda la Semana Santa pontana, algo de lo que tiene mucha parte de culpa su capataz, Daniel Jesús Carmona. A destacar el paso por la cuesta Baena y por la sede canónica del exconvento de Los Frailes, lugares donde merece la pena contemplar la procesión. A las 20:00, la Cofradía del Calvario y Nuestra Señora del Consuelo inicia su recorrido. El paso del Cristo del Calvario destaca por su cuidado exorno floral y también por el buen hacer de sus costaleros. Tanto el palio como el manto de la Virgen son dignos de admiración ya que en ellos se pone de manifiesto el extraordinario trabajo que realizan las bordadoras. La noche la cerró la estación de penitencia del Cristo del Silencio.

El martes es uno de los días más grandes de la Semana Santa montillana, con la estación de penitencia de tres hermandades. A las 20:30, la Hermandad de la Santa Cena, fundada en 1956 por un grupo de jóvenes empleados del noble gremio de la vid y del vino inició su cortejo desde la parroquia de la Asunción, con el estreno de la restauración tanto del paso del Señor como del techo de palio de María Santísima de la Estrella. A esa misma hora, también realizó su salida desde la parroquia de Santiago la Cofradía de la Santa Vera Cruz, con el estreno de la primera fase del tallado del paso en el que procesionan el Santo Cristo de Zacatecas y Santa María del Socorro. Y a las 20:45, la Hermandad de Humildad y Paciencia salió desde la parroquia patronal de San Francisco Solano con varios estrenos en el palio de María Santísima de la Caridad. El momento estelar de la tarde-noche de ayer se produjo con la llegada de la Santa Cena a la plazuela de la Inmaculada, donde esperaban centenares de montillanos, para asistir a la ofrenda floral al Cristo del Calvario del convento de Santa Ana.

Fieles a su cita con la Hermandad de La Caridad, decenas de prieguenses se concentraban en la tarde-noche en las inmediaciones de la parroquia de la Asunción para disfrutar la salida de María Santísima de los Desamparados y el Santísimo Cristo de la Expiración. La hermandad que ha estrenado cuatro arbóreos del paso del Cristo en ebanistería, lo que contribuyó a un mayor esplendor. La imagen de la Virgen iba acompañada por la Banda de la Escuela Municipal de Música de Priego, y el paso del Cristo por la banda de bombos de la hermandad. Uno de los momentos más emotivos fue a su paso por la iglesia de las Angustias, donde la imagen de la Virgen se volvía para mecerse frente a las Angustias.

Baena

En la noche del Martes Santo, la iglesia de San Francisco se torna protagonista. Es ella la que acoge durante todo el año a las santas imágenes que conforman la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Huerto y San Diego y que saldrán hoy a la calle. Anoche, las distintas hermandades que componen la Cofradía del Huerto desfilaron sin imágenes por las principales vías baenenses, abarrotadas ya La Muralla o el Llano, para asistir a la tradicional celebración del miserere. Desde las aceras, sus moradores fueron testigos de la pasión de Cristo paso a paso.

Entre azahar y paredes blanqueadas, el Martes Santo egabrense tiene un lugar muy definido: la barriada Virgen de la Sierra. Desde allí realizan su estación de penitencia los dos pasos de la Hermandad del Cristo de la Sentencia y Nuestra Señora de la Paz. Cofradía de barrio que llevó hasta la carrera oficial el trabajo de todo un año, identificado en la primera fase de su nuevo paso de misterio.

La plaza de San Francisco fue testigo de la salida en procesión de los tres pasos de la Hermandad del Señor Orando en el Huerto, Jesús Cautivo y María Santísima de Palma y Esperanza. Un total de 220 nazarenos ataviados con su túnica blanca, capa verde y escudo trinitario acompañaron a las tres imágenes en su recorrido por lugares entrañables como el antiguo bar de Los Novios o la revirá en la calle San Sebastián con calle Cigüela.

Pozoblanco

La capital de Los Pedroches pone el contrapunto silencioso y austero a la algarabía con que se vive este día en el resto de la provincia con la procesión del Nazareno, la imagen más venerada y antigua de la localidad. Más de 300 penitentes acompañan a la talla -una obra del primer tercio del siglo XVIII de autor anónimo-, la única que sobrevivió a la Guerra Civil en la localidad. Pese a la multitud que se agolpa para ver partir al Nazareno de la pequeña capilla homónima, el silencio es sobrecogedor. Apenas media hora antes, la Virgen de los Dolores había partido de la parroquia de Santa Catalina entre la luz de sus cofrades, mujeres, ataviadas con el hábito tradicional de falda y gasa negra.

Peñarroya-Pueblonuevo

El Cristo del Perdón, portado al hombro por una cuadrilla mixta de 20 jóvenes, recorrió las calles del distrito del Cerro. Un buen número de niños vestidos de nazarenos y madrinas acompañaron a la imagen, que avanzó al son de la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Amargura de Peñarroya-Pueblonuevo.

Montoro

En 1991 se fundaba la hermandad destinada a poner un punto y aparte en la Semana Santa montoreña, la que revolucionaría con en sus pasos, su música o su forma de vestir a las imágenes, pero siempre guardando las esencias montoreñas. Fue un soplo de aire fresco. El Señor de los ojos verdes, el Cristo de la Humildad en su Presentación ante Pilatos, fue elegido por unos jóvenes para organizar la hermandad que año tras año llena la plaza de El Charco la noche del Martes Santo. Su madre, Consolación y Esperanza, lo sigue en su paso de palio entre vivas y exclamaciones de guapa. Si hay una parte del recorrido esperado, es el que discurre entre la plaza de Jesús y la bajada de la calle Mártires, donde los espectadores tienen que elegir entre el discurrir de la hermandad haciendo su presentación ante el Rey de Montoro, Nuestro Padre Jesús Nazareno, o el trabajo del costalero bajando la calle Mártires en un lento pero sentido y abigarrado esfuerzo entre la estrechez e inclinación de la calle.

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