Lunes Santo en la provincia

Diversidad de emociones y devociones

  • La Sagrada Cena en Puente Genil, el Calvario en Cabra o el Silencio en Pozoblanco son tres ejemplos de la diversidad del Lunes Santo en los municipios.

JORNADA de devociones y emociones diversas en la provincia, el Lunes Santo despliega en los municipios toda la riqueza de sensaciones vinculadas a la Pasión de Cristo. El enorme paso de la Sagrada Cena de Puente Genil, el recogimiento del Perdón en Montilla o del Cristo de las Aguas en Palma del Río, el fervor que levanta la franciscana Pasión lucentina o el recorrido por las vereíllas prieguenses son algunos de los momentos más emotivos de una tarde en la que la primavera volvió a dejar su impronta más calurosa.

Lucena

El Lunes Santo lucentino es franciscano. A las ocho repicaban las campanas del convento de Madre de Dios para anunciar el inicio de la estación penitencial de la Cofradía de Pasión. El venerado Jesús de Medinaceli, obra de Pedro Muñoz de Toro, encabeza el cortejo mandado por Jesús López, seguido de la Virgen de las Angustias y María Santísima de la Pasión y Ánimas. Los tres pasos fueron acompañados durante el largo trayecto por la Agrupación Musical del Cristo de la Humillación de Lucena. Pese a tratarse de un día laboral, la procesión contó con una gran afluencia de público incluida la encerrá, cuando suenan las saetas en el llanete de San Francisco.

Puente Genil

El Lunes Santo es el turno de la Antigua Hermandad y Cofradía Sacramental de la Sagrada Cena de Jesús y María Santísima del Amor, cuya salida de la parroquia de San José ya atrajo a un buen número de pontaneses. El misterio fue escoltado por la escuadra de romanos de la Corporación Bíblica Los Testigos Falsos.

Esta cofradía es una de las más conocidas y queridas de la localidad. La envergadura de un paso como el de la Santa Cena da más valor aún al trabajo de los costaleros. Por su parte, la Virgen destaca por la dulzura y belleza de su rostro y la suavidad con la que es mecida. El desfile procesional cuenta con momentos espectaculares como la salida de la Virgen, que viene acompañada por una gran suelta de palomas; el paso de la Santa Cena por las calles Veracruz, Santos y Cosano, donde los costaleros tienen que hacer un alarde de pericia, y la subida de ambos pasos por la cuesta Baena, algo que pone a prueba su fuerza.

Montilla

Veintitrés años después, la Banda de Música Pascual Marquina de Montilla volvió a acompañar desde San Agustín al Cristo del Perdón, tras hacerlo en la primera estación de penitencia de este crucificado. La talla, concebida escultóricamente para ser vista desde abajo, es obra del artista montillano Cristóbal de Guadix en 1703, y durante varios decenios fue cedida a la parroquia de San Sebastián para participar en el vía crucis de la madrugada del Viernes Santo.

Fue tras una concienzuda restauración acometida entre 1991 y 1992 por los montillanos Antonio Herrador y Rafael Castro cuando se quiso colmar de sentimiento el vacío existente en el Lunes Santo montillano. Desde entonces, son hermanas cargadoras las que sacan al Cristo en procesión, ayer bajo las órdenes de la capataz Mari Paz Márquez. Dispuestas en ocho varales exteriores, deleitaron al público asistente en la calurosa noche de ayer.

Priego de Córdoba

La explanada de la ermita del Calvario se convertía anoche en el lugar escogido por decenas de prieguenses y cofrades venidos de fuera para contemplar la salida de la Cofradía de María Santísima de los Dolores y el Cristo de la Buena Muerte. Un enclave único para disfrutar de los primeros minutos de esta estación de penitencia a través de las vereíllas, que descienden desde esta ermita hasta la calle Estación. Un rosario de penitentes acompañó a los dos titulares en una espléndida noche, en la que de nuevo el buen tiempo fue la nota dominante.

Baena

La Cofradía del Dulce Nombre de Jesús, Santo Cristo del Calvario y Soledad de María Santísima vive la noche del Lunes Santo de una forma especial en torno a la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, donde tiene lugar la celebración del miserere. En este santo día aún no desfila ninguna de las imágenes de Baena, sino que lo harán en la noche del Viernes Santo. Pero el ambiente que se respira, el bullicio y las colmatadas calles presagian ya días grandes.

Encabeza el desfile la turba de judíos de la cola blanca, que por vez primera desde que se iniciara la Cuaresma hacen su aparición ataviados ya con su singular indumentaria. Tras ellos, los hermanos de la Vera Cruz, del Cristo de la Sangre, la centuria romana de Nuestra Señora de las Angustias, la hermandad de San Juan y los hermanos de María Magdalena, más conocidos como judíos arrepentidos o enlutados. Esta cofradía la conforman también los hermanos de la Hermandad del Santo Sepulcro y de la Virgen de la Soledad, aunque no desfilan en la noche de este salmo penitencial.

Cabra

Que el Lunes Santo ya no es una jornada más dentro de la Semana Santa egrabrense es obvio, como queda patente en la expectación que despiertan sus desfiles procesionales. La tarde la protagoniza la Hermandad del Calvario, que pone sus dos pasos en la calle desde la parroquia de los Remedios. Preside el misterio el antiquísimo crucificado del Calvario, acompañado por la bella efigie de la Virgen de la Concepción y San Juan Evangelista. Estrenaron la primera fase de su nuevo paso de misterio. Tras él, el sobrio y cadencioso palio de la Virgen del Rosario. Su característico andar, aderezado con los espectaculares sonidos de la Banda Sinfónica Municipal de Ogíjares (Granada), compuso un bellísimo lienzo de emociones y esencia cofradiera que alcanzó su cénit en la calle de la Cruz.

Y mientras ello sucedía, silencio por el Cerro. Ese es el ambiente que rezumó el sobrecogedor Vía Crucis del Santísimo Cristo de la Sangre. Un silencio tan sólo roto por el ronco sonido de los 33 tambores enlutaos, tradición que mantiene esta corporación y que pone en escena entre los colores negro y rojo de su hábito. Hachones, teas y cera, mucha cera. Así concluyó el Lunes Santo.

Palma del Río

La hermandad del Santísimo Cristo de las Aguas realizó su estación de penitencia en vía crucis desde la parroquia de San Francisco con las últimas luces del anochecer. Los nazarenos, ataviados con túnicas beige y azul marino, recorrieron el centro de Palma con faroles de mano, libros de rezos y con el único acompañamiento musical del tañer de una campana y los cánticos. La estampa resulta especialmente sobrecogedora en la Fuentecilla de los Frailes, el arco de Santa Clara y la calle del Cardenal Portocarrero.

Pozoblanco

Las puertas de la vieja ermita de San Gregorio volvieron a abrirse en la tarde de ayer para ver salir la imagen de Nuestro Padre Jesús del Silencio, un amarrado a la columna tallado en 1989 por Sara Trucios. En el cortejo le siguió María Santísima de la Salud. Ambos titulares despiertan una gran devoción entre la juventud pozoalbense, no en vano fue la primera hermandad local en sacar costaleros y, posteriormente, costaleras.

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