El Viernes de Dolores supone sin lugar a duda el punto álgido de la Cuaresma y uno de los días que el mundo de las cofradías marca en su calendario, pues no sólo supone el culmen de 40 días cargados de actos religiosos y cultuales sino también la antesala de una de las semanas más esperadas por buena parte de los cordobeses. Como casi todos los años, desde primera hora de la mañana Córdoba presentaba ya un aspecto especial, un aroma cofrade que anticipa la inminente apertura de San Lorenzo Mártir para que Jesús de los Reyes dé la bienvenida al primero de los siete días.

El primer acto de la mañana tuvo lugar en la iglesia de San Jacinto a las 11:00, con la fiesta de regla de la hermandad de los Dolores, que fue presidida, como todos los años, por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández. La cofradía servita acaba de comenzar su Año Jubilar y tras una intensa noche la iglesia del templo volvió a abarrotarse de fieles que asistieron a la sagrada eucaristía para contemplar a la Virgen, que lucía esplendorosa en el altar mayor del templo.

El obispo realizó una homilía -que duró poco más de diez minutos- que estuvo cargada de referencias a los cordobeses que están atravesando una situación complicada a causa de la crisis económica. "María NOO es principalmente para los que puedan vivir una vida tranquila en la que no les falta un techo, trabajo o el pan de cada día, que también, sino sobre todo para los que sufren en esta ciudad, que no son pocos en esta época", fue una de las frases de Fernández, quien añadió que "muchos de los sufrimientos de nuestros hermanos no son fruto de casualidades del destino, sino de nuestros propios egoísmos". A pesar de que la eucaristía concluyó cerca de las 12:00, el templo no quedó ni muchos menos vacío; de hecho, miles de personas acudieron a visitar a la Señora de Córdoba. Con la llegada de la tarde las colas volvieron a la casi siempre sosegada plaza de Capuchinos, dando de esta forma continuidad a una tradición de más de 300 años.

Otra de las protagonistas en este hermoso recinto fue la Virgen de la Paz y Esperanza. La imagen de Martínez Cerrillo estuvo expuesta durante todo el día en solemne besamanos, por lo que muchos fieles acudieron también a esta tradicional cita. Esta cofradía, al igual que la de Los Dolores, tiene por delante un año especial ya que se cumplen 75 años de su fundación.

Una vez entrada la tarde el olor a incienso tomó protagonismo en la ciudad y una multitud de personas volvió a salir a las calles de la capital para asistir a los más de diez vía crucis que se celebraron en diferentes barrios de Córdoba. Uno de los más emotivos fue el que realizó el Cristo de la Providencia. Durante todo el día la imagen estuvo expuesta en besapiés, y a las 20:00 la comitiva salió de la parroquia de la Trinidad con destino al templo mayor de la Diócesis. Tradicionalmente, este vía crucis ha tenido lugar en las calles de la feligresía pero este año, con el objetivo de conmemorar el cincuenta aniversario de la Obra Pía de la Trinidad, el cortejo ha ido a la Catedral. La comitiva transcurrió por Buen Pastor y Deanes y a la vuelta, tras salir de la Puerta de El Perdón, recorrió la calle Almanzor y la Puerta de Almodóvar para salir a la avenida de la Victoria, donde se rindió un pequeño homenaje a Antonio Gómez Aguilar, antiguo párroco de la Trinidad y fundador de la Obra Pía ante su busto recién inaugurado.

Otro de los actos más especiales del Viernes de Dolores lo protagonizó la hermandad de Jesús Caído. La cofradía, que este año está inmersa en los actos del 250 aniversario de su fundación, bajó a Santa Marina durante el recorrido de este piadoso acto, en lugar de realizarlo en la cuesta de San Cayetano como lo ha venido haciendo tradicionalmente. De esta forma, la conocida como hermandad de los toreros, ha querido rendir homenaje a un barrio con el que le une un vínculo casi sagrado.

La hermandad de El Rescatado también realizó un solemne vía crucis en parihuela por las calles cercanas a la iglesia de Nuestra Señora de Gracia, en los que inauguró los azulejos conmemorativos del 75 aniversario de la corporación del Domingo de Ramos. Además de estas dos cofradías, La Sangre, Pasión, el Cristo de la Piedad, Ánimas, Jesús Nazareno, Redención, el Cristo de las Lágrimas, San Álvaro y el Prendimiento salieron por las calles de sus barrios para poner el colofón a la Cuaresma. Tras los vía crucis, la mayoría de las sagradas imágenes ya se encuentran sobre sus pasos. Todo listo para la gran cita cofrade. Tras 365 días de espera, la Semana Santa dará mañana su pistoletazo de salida.