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La Variante de Pozoblanco abre hoy al tráfico tras cuatro años de actuaciones

  • La carretera tiene una longitud de 11 kilómetros y parte desde la A-423 a la altura de la depuradora de aguas residuales · El arco viario evitará el intenso tráfico pesado que actualmente atraviesa la ciudad

Hoy es un día histórico para Pozoblanco. La temida traversía-tanto para los automovilistas como por los vecinos- dejará de ser un ir y venir continuo de vehículos, puesto que la Variante de la A-423 abrirá por fin al tráfico. Fue un 10 de marzo de 2004 -hace más de cuatro años- cuando la Consejería de Obras Públicas sacó a concurso esta actuación y, desde entonces, los problemas en la ejecución se han ido sucediendo y dilatando la terminación de los trabajos. Ayer, la Junta de Andalucía fue la encargada de anunciar la noticia al informar de que "el consejero de Obras Públicas y Transportes en funciones, Luis García Garrido, presidirá la puesta en servicio de la Variante de Pozoblanco en la carretera A-423 (Cardeña-Alcaracejos). El acto tendrá lugar a las 18:00 en una carpa situada en la intersección de la mencionada variante con la carretera de Obejo".

La constructora Jicar fue la adjudicataria de las obras por 8,4 millones de euros y 18 meses de plazo para su ejecución, que empezó en enero de 2006. La carretera tiene una longitud de 11 kilómetros y parte desde la A-423 a la altura de la depuradora de aguas residuales. La vía deja al Sur el campo de golf y al Norte el parque industrial Dehesa Boyal, vuelve a cruzar después la A-423 y llega hasta la carretera A-435. El propio delegado de Obras Públicas, Francisco García Delgado, señaló hace unas semana a El Día que esta ronda no sólo es un arco viario que evitará el paso de tráfico por el casco urbano, sino un nexo de unión entre la carretera de Pozoblanco a la N-502, conocida como carretera del Iryda, con el corredor hacia Torrecampo y Castilla-la Mancha. A día de hoy, más de 5.000 vehículos recorren el trayecto de la A-423 entre Alcaracejos y Pozoblanco, con un porcentaje importante de camiones cuyo punto de destino y salida son las instalaciones de Covap en el municipio pozoalbense y que se ven obligados a cruzar la ciudad. De todas formas, el proceso seguido en la ejecución de esta infraestructura no ha sido precisamente un camino de rosas para la Administración autonómica.

En primer lugar, se trata de un proyecto que no estaba incluido en los planes de infraestructuras de Obras Públicas como prioritario. La presión empresarial y municipal hizo que se iniciaran los estudios para ver qué tipo de ronda necesitaba la ciudad. En un primer momento, los técnicos de la Junta consideraron más viable un arco viario por el Norte, de manera que las localidades cercanas a Pozoblanco evitaran el casco urbano. Tanto los empresarios como el Consistorio insistieron en el corredor Sur, que fue el que finalmente se aprobó.

Con los estudios de viabilidad y de impacto el tiempo fue pasando y el anuncio del entonces alcalde y hoy delegado de Empleo -Antonio Fernández- de que la variante estaría para 2004 se fueron al traste. Hubo que esperar a 2006 para que las obras comenzaran, aunque previamente también se acentuó el conflicto entre los propietarios de los terrenos expropiados y la Administración por el precio a pagar por cada metro cuadrado.

Las moles de granito en el subsuelo tampoco han ayudado a acelerar los trabajos y la compleja modificación de un tendido eléctrico retrasó hasta en dos ocasiones las fechas de apertura previstas. Si no hay contratiempo, la particular odisea que ha supuesto la ejecución de la Variante de Pozoblanco acabará esta misma tarde.

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