El pantano de Santa María ha recuperado todo el caudal que llevaba desembalsando desde hace algo más de dos meses como consecuencia de las abundantes lluvias que se registraron la semana pasada. De hecho, el volumen de agua que tiene es incluso superior al que tenía en septiembre cuando la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) obligó a vaciarlo al considerar que existía un "alto riesgo" de impacto en el entorno y hasta en "la vida de las personas" en el caso de que se rompiera la presa. De nada han servido, por tanto, estos algo más de dos meses de trabajo para cumplir con las exigencias de la CHG. A pesar del contratiempo, las fuentes municipales consultadas por El Día puntualizaron que seguirán con el mismo sistema de desagüe empleado hasta ahora, que consiste en un conducto que vierte al arroyo de Santa María.

El Ayuntamiento de Pozoblanco dispone ahora de más tiempo para convencer a este ente público dependiente del Ministerio de Medio Ambiente de que el embalse no debe perder el 75% de su caudal, una cantidad que, según el Consistorio, podría acarrear la pérdida de parte de la flora y fauna, así como la desaparición casi total de la actividad deportiva que se desarrolla en este espacio desde que se construyó en la década de los 90 bajo el gobierno del Partido Socialista.

Desde el Gobierno local hicieron especial hincapié en que "se está cumpliendo a rajatabla con lo que nos dijeron en la Confederación" y recordaron que permanece abierto el proceso de legalización iniciado el pasado noviembre por parte de la CHG. En todo este tiempo, el Consistorio ha triplicado el ritmo de desembalse al pasar de las ocho horas iniciales a las 24 que le ordenó el ente público. La mayor velocidad de desagüe que ha sufrido este espacio del Valle de los Pedroches tampoco ha servido para evitar que el pantano de Santa María recupere su caudal.

Al margen de poner en entredicho las medidas que se están tomando en el pantano, otro de los asuntos que han quedado al descubierto es la falta de diálogo entre el Ayuntamiento y la Confederación. Si bien es verdad que una y otra administración estuvieron en permanente contacto al principio, la situación actual es muy diferente. De hecho, según ha podido saber este periódico, la CHG ni siquiera se ha interesado por la situación en la que ha quedado este embalse tras el temporal, por lo que tampoco ha aportado solución alguna para aligerar el proceso.

Las irregularidades detectadas en el embalse de Santa María llevaron también a la Confederación a imponer una sanción que podía llegar a 3,4 millones de euros por causas como los daños en el entorno. Esta vía, sin embargo, se encuentra pendiente de resolverse, ya que todo el proceso se centra en el desembalse.