Provincia

Toros y fuego del siglo XVII

  • Dos Torres vive una jornada de encierros y capeas · Pozoblanco celebra la quema de las muñecas para recordar las tentaciones a las que tuvo que hacer frente San Isidro

La celebración de San Isidro evidencia la riqueza y raigambre de las tradiciones de la provincia. El Patrón de los Labradores recibe tributo en el Norte con tradiciones, como la Vaca de San Isidro de Dos Torres, que datan de los primeros años del siglo XVII. También en Los Pedroches, concretamente en Pozoblanco, otro festejo centenario sirve a los vecinos para recordar las tentaciones a las que venció el Santo Labrador, según cuenta la leyenda.

En Dos Torres, la Asociación Cultural La Charlotá organizó un encierro, que recorrió las calles Unión y Hospital. Además, como viene realizando desde 2003, volvió a dar a la plaza de la Villa un aspecto similar al que tenía en 1628, cuando comenzó a celebrarse la Fiesta de la Vaca. Un coso taurino realizado a la antigua usanza, con carros, así como el albero que el Ayuntamiento dispuso sobre el suelo, cambiaron el aspecto del lugar e invitaron a los asistentes a viajar al pasado.

Allí se celebraron concursos de recortes y, como novedad, un certamen de enganche de anillas en los cuernos de la res, que otorgaron premios en metálico por valor de 120 euros a sus vencedores.

Más de un millar de personas se dieron cita durante la jornada de ayer en la plaza de la Villa del municipio pedrocheño, del que el presidente de la asociación organizadora, José Rafael Madueño, resalta su "especial vínculo con el mundo taurino, que tiene como principal exponente al diestro José Luis Moreno".

En Pozoblanco, las llamas se hicieron dueñas de la noche ayer y consumieron las muñecas que los propios vecinos habían realizado con papel y cartón y habían dispuesto junto a sus casas. El significado de esta celebración hay que buscarlo en una de las leyendas que se asocian a San Isidro, que relata que sus padres querían quitarle su fervor religioso. En su afán por conseguirlo, incluso llegaron a encerrar a su hijo con una mujer, llamada Filomena, a la que el patrón supo resistirse. Así, para honrar la voluntad del santo, se celebra, desde el siglo XVII, la quema de la muñeca Filomena, nombre con el que también se conoce la festividad.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios