El centro de Pozoblanco es un hervidero humano. El paso por las zonas desde las que se divisa el Ayuntamiento invita a los vecinos a hablar entre ellos de todo lo que ha sucedido tan sólo unas horas antes en el salón de plenos y que ha acabado con 30 años de gobierno ininterrumpido del PSOE. Se habla de futuro, pero no sin mirar al pasado reciente. "Lo que ha ocurrido es lo más coherente que podía pasar; los socialistas habían llevado al gobierno a una situación de no retorno y ojalá que ahora el PP sepa reconducir esa situación", insiste María del Carmen Caballero a menos de un centenar de metros del nuevo regidor, el popular Baldomero García, quien lleva ya varias horas en el despacho de la Alcaldía, al que llegó a las 08:00. Su teléfono no da ni un momento de tregua. Apenas ha podido digerir que su profesión de comercial debe quedar aparcada para dedicarse de lleno a un cargo en el que se siente como un recién casado.

Mientras, en la calle, un parado y un jubilado cambian impresiones al respecto. "Yo que quieres que te diga, Andrés. He estado parado con uno y voy a seguir parado con el otro. No creo que el nuevo me resuelva nada y cada vez estoy más asqueado de lo que veo. Se han dado tortas por el poder", dice el primero. "Yo lo único que te digo, Manuel, es que el otro parecía más preparado, lo que pasa es que le han hecho la cama con muy mala leche y esto lo va a pagar el pueblo", le contesta el segundo en un momento en el que se ve aparecer por allí a dos ex miembros del equipo de gobierno en cortos intervalos de tiempo, los concejales socialistas Auxiliadora Pozuelo y Francisco López Cobos. "Es que todo lo que ha ocurrido tiene mucho que ver con que hay algunos que han pretendido perpetuarse en sus cargos, hacer de la política una profesión y eso no puede ser bueno", puntualiza José Antonio González, un joven que asegura que "con modos de actuar como ese a uno se le quitan las ganas hasta de votar".

Carlos Villarreal no puede dejar de escuchar al jubilado -como él- y al parado y se siente obligado a poner una nota positiva. "Aquí ha ocurrido todo muy malamente, pero ha terminado bien; estoy más que seguro que en estos dos años se van a agilizar muchas cosas que están pendientes", a la par que Esther Sánchez insiste, a pesar de su corta edad, en que "llevaba ayer Emiliano [Pozuelo] razón en el Pleno al decirle a los del PSOE que el partido necesita una regeneración si quieren volver a gobernar en Pozoblanco. Son ya muchos años con las mismas caras".

Los más mayores y algunos que no lo son tanto, como José María Muñoz, parafrasean a Felipe González asegurando que siempre es bueno el cambio. "Lo que creo es que Benito García se ha equivocado en su estrategia; el cambio se necesitaba, pero de otra forma. Lo que pasa es que Benito ha reventado el PSOE y hacía falta que ese partido reventara".

Juana Martínez sin embargo es de las que piensan que el gobierno popular "es un parche a una situación que ha sido vergonzosa y en la que el único coherente ha sido [el andalucista] Emiliano Pozuelo. Los políticos de Pozoblanco han dado un espectáculo lamentable", sentencia, mientras que Antonio Jimeno se muestra más duro al matizar que "esto que ha ocurrido en Pozoblanco ha sido una catástrofe que ha paralizado el desarrollo de la ciudad. El cambio es lo mejor que podía pasar, pero llega tarde".

Las opiniones van avivándose por la presencia de los actores principales de la trama en las cercanías de la Casa Consistorial. Justo después de que el flamante nuevo alcalde la abandone para cumplir una de sus innumerables entrevistas de estreno en el cargo, Emiliano Pozuelo se dirige al Ayuntamiento para ver si se hace carne ese encuentro con Baldomero García para hablar del nuevo equipo de gobierno municipal.

"Enhorabuena, Emiliano", le dice Antonio El Sacristán antes de que arribe al Consistorio, quien tras darle la mano le despide con un deseo que resume el de muchos de sus vecinos: "ojalá que todo os vaya bien y que tengáis mucha suerte, porque vuestra suerte será la suerte de Pozoblanco".