El arte europeo del buen morir

Como en el arte de la tauromaquia, en el de las matanzas domiciliarias de cerdos también hay espadas merecedoras de las orejas y el rabo del animal y otros a los que no les vendría mal algún que otro abucheo por necesitar hasta la puntilla para acabar con el porcino. Los hay con faenas un día sí y al otro también a lo José Tomás, mientras que otros manejan el cuchillo a la manera de las estocadas de Curro Romero en una de sus malas tardes. Estos últimos pueden tener sus días de gloria contados si se toma al pie de la letra la decisión del Parlamento europeo de reforzar mediante un reglamento la protección de los animales en el momento de la matanza. La Eurocámara exige evitar el sufrimiento animal en el momento del sacrificio reclamando que sólo se le puede matar si se garantiza la muerte instantánea o el aturdimiento previo de la pieza. La iniciativa fue defendida por el diputado polaco de apellido casi impronunciable: Janusz Wojciechoswki.

Ese reglamento defendido por Janusz Wojciechoswki contempla una excepción que no afecta para nada a las matanzas domiciliarias: las matanzas religiosas de animales, en las que las piezas podrán sacrificarse sin aturdimiento previo, a condición de que el sueño eterno se le proporcione al animal en un matadero.

Pero la iniciativa va más allá. Los parlamentarios también incluyen la prohibición de que se sujete a un animal cuando el matarife no esté preparado para aturdirlo o sacrificarlo, así como la obligación de que se proceda a su desangramiento lo antes posible para evitar que recobre la conciencia antes de la muerte. Asimismo, abogaron por la introducción de indicadores de signos de consciencia y sensibilidad de los animales durante el sacrificio, para comprobar la eficacia del proceso de aturdimiento.

Para evitar que esta normativa suponga una desventaja competitiva de la ganadería europea, por los costes que pueda suponer, los eurodiputados proponen que se garantice que la carne y otros productos animales importados de países extracomunitarios también tengan que cumplir con lo dispuesto en el reglamento. Para ello, se realizarán inspecciones en los mataderos o explotaciones autorizados para que puedan exportar a la UE.

Con estas medidas, la Eurocámara toma en parte como modelo el ritual halal musulmán, que contempla el sacrificio de los animales conforme a la Sharî'a Islámica, con el fin de que la carne pueda ser consumida por quienes abrazan la doctrina de Alá. El director de Certificación del Instituto Halal, Hanif Escudero, ya ha explicado al respecto en varias ocasiones que "el bienestar animal es una prioridad y como musulmán una obligación, siguiendo así el ejemplo del profeta Muhammad que trataba con cariño y delicadeza a los animales, incluso les hablaba antes de su sacrificio. Además, el Corán nos recuerda que cuando sacrifiquemos un animal sea de forma rápida y que sufra lo menos posible". La Normativa Halal insiste en que lo importante es que la res no sufra durante su crianza, transporte y período de reposo, que se sacrifique de forma rápida, orientándolo a La Meca, recitando en el Nombre de Dios, en manos de un creyente y buscando el mejor desangrado posible con un cuchillo afilado y un solo corte sobre las carótidas, la vena yugular y la garganta. En una cadena de sacrificio además el animal no debe voltearse ni verse por los que van después, ni este debe ver un animal anteriormente sacrificado. No obstante, el Instituto Halal no permite el aturdimiento, excepto en aquellos casos que sean de carácter reversible, es decir, que el animal una vez aturdido quede con vida y sin lesiones crónicas.