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La autopista de peaje de Las Pedrizas reducirá el viaje a Málaga en 15 minutos

  • Los trabajos de esta nueva carretera estarán acabados a finales de 2009 con el objetivo de aliviar la saturación de la autovía A-45 a la altura de Casabermeja

Un cuarto de hora menos de viaje, una carretera sin curvas y, sobre todo, sin atascos kilométricos. A partir del 31 de diciembre de 2009, así tendrá que ser el final del viaje entre Córdoba y Málaga, siempre y cuando se cumplan los plazos de construcción de la autopista de peaje de Las Pedrizas, que se desarrolla al completo entre Antequera y la capital de la Costa del Sol. Esta obra, que ya ha alcanzado el 15% de su ejecución, está prevista para evitar el enorme tapón que se forma en verano y ya casi cada fin de semana en la Autovía de Málaga (A-45), en los accesos a la capital costasoleña.

La autopista de peaje de Las Pedrizas es un faraónico proyecto de infraestructuras que prima la línea recta sobre la curva y la fluidez del tráfico sobre la saturación actual. Su construcción beneficiará a todos los cordobeses que se desplacen en coche a la Costa del Sol, tanto a los que la usen como los que no, ya que su puesta en servicio descongestionará la actual A-45 a su paso por Casabermeja. Los cálculos de la Dirección General de Tráfico (DGT) pasan porque la autopista de Las Pedrizas engulla a una cifra de entre 17.000 a 23.000 vehículos al día, que dejarán de circular por la actual A-45.

La gran carretera que unirá en 20 minutos el alto de Las Pedrizas con la hiperronda de Málaga (que conducirá de una forma directa hasta Torremolinos) avanza sin descanso. La nueva autopista, que fue encargada por el Ministerio de Fomento a Sacyr por 367 millones de euros, va camino de cumplir los nueve meses de obras. Ya está todo preparado para iniciar la construcción de los 17 viaductos que salvarán el escarpado terreno desde Casabermejo a Málaga. Los pilares de algunos ya asoman en el horizonte. Además, para evitar la inmensa serranía que corona la Costa del Sol también se están construyendo dos túneles paralelos de más de un kilómetro de longitud cada uno. La boca de los dos primeros ya está abierta. Los trabajos en su interior ya se han iniciado a través de voladuras con dinamita. Los constructores han descartado instalar una de esas tuneladoras espectaculares que devora terreno como un gusano gigante. La empresa justifica su decisión en que se tarda casi el mismo tiempo en instalar la tuneladora que en construir estos dos túneles a la antigua usanza.

La nueva autopista de Las Pedrizas está concebida como alternativa a la actual y vetusta A-45, pero no será gratis. En principio, se baraja un peaje de 1,8 euros para todos los turismos, salvo en verano, Semana Santa y festivos, cuando el coste subirá hasta los 2,5 euros. Éste será el precio para todo el año para los vehículos pesados de tipo 1 (los traílers más pequeños) y de 3,67 euros para los de tipo 2 (los grandes mastodontes con ruedas). Sin embargo, circular por la autopista de Las Pedrizas será gratis desde las 00:00 hasta las 06:00 para los vehículos ligeros, al objeto de conseguir que el tráfico se escalone y reparta entre esas horas de la noche. Mientras, la gratuidad para los pesados se extenderá entre las 22:00 y las 08:00. Aparte, también se establecerán descuentos para los usuarios habituales, para los viajes de ida y vuelta que se produzcan en menos de 48 horas, para los viajeros con movilidad reducida y para las personas con más de 65 años.

El recorrido de las obras comienza justo en la bajada hacia Málaga desde el puerto antequerano de Las Pedrizas. Allí, antiguo cruce de caminos entre las provincias de Córdoba, Málaga, Granada y Sevilla, la Autovía de Málaga (A-45) será ampliada hasta cuatro carriles y empezará a indicarse a los conductores que para llegar a la capital tienen dos opciones: o seguir por la misma A-45 -que continuará siendo gratuita, pero con un trazado más sinuoso y un cuarto de hora más de viaje- o tomar la futura autopista de peaje de Las Pedrizas. Dos kilómetros después, los dos carriles de la izquierda girarán para salvar por encima la autovía. Allí, las máquinas ya trabajan a un ritmo incesante e incluso en uno de los cerros más cercanos se trabaja durante las 24 horas, ya que no molesta a ningún vecino.

En estos primeros kilómetros de la autopista de Las Pedrizas, aún queda mucho trabajo por hacer: sólo en rebajar una de las cotas más altas de la zona se tienen que mover unos 800.000 metros cúbicos de tierra, lo que a un ritmo de 12.000 al día da un plazo de casi tres meses que a punto está de culminarse. En total, en toda la obra se moverán más de diez millones de metros cúbicos de tierra, muchos de los cuales están siendo reciclados para salvar los desniveles de la vía. Todas las zonas son regeneradas medioambientalmente, para lo que la tierra recibe tratamiento para no perder su calidad como cubierta vegetal.

En la zona inicial, a la altura del kilómetro tres, ya se ha reservado espacio para construir una gran estación de servicio (la primera de las dos previstas). En concreto, se levantará una gasolinera a cada lado de la vía, que en este punto discurre junto al cauce del río Cauche. Desde esta zona, la autopista -que traza una amplia línea recta a diferencia de la serpenteante A-45- vuelve a cruzar la autovía a la altura de Casabermeja. Un gran viaducto engancha casi directamente con la zona de peaje, en el punto kilométrico 6,2, por la que se prevé el paso de un mínimo de 17.000 vehículos al día. Todos se encontrarán después de un pequeño túnel de 350 metros de longitud que ya ha empezado a ser construido. A éste le seguirán dos grandes viaductos de casi un kilómetro de longitud cada uno. Ahora mismo, este lugar es un ir y venir de camiones y máquinas excavadoras que han cambiado de una forma brutal el paisaje. Aunque el impacto visual es espectacular, los responsables de los trabajos dicen que se reducirá al mínimo una vez abierta al tráfico la autovía. En primer lugar, porque la carretera tendrá un ancho nunca superior a los 25 metros. Y en segundo lugar, porque la regeneración de cubierta vegetal eliminará el impacto de los actuales movimientos de tierras que se han apoderado de la zona.

En el punto kilométrico 11 el turno es de los dos túneles paralelos de más de 1.000 metros. Cuando la carretera vuelva a salir al aire libre, la autopista tendrá que salvar un terreno escarpado con otros 12 viaductos además de un falso túnel que todavía no se ha empezado a construir, localizado ya en las inmediaciones de la capital malagueña, poco antes del enganche con la hiperronda de esta ciudad cercana al millón de habitantes. Éste punto será el kilómetro 24,200: el final de la autopista de Las Pedrizas.

A partir de ahí, los cordobeses que viajen hasta la Costa del Sol tendrán que seguir camino a través de la hiperronda. Las obras de esta segunda gran circunvalación de Málaga deberían acabarse justo un día después que la de la autopista de Las Pedrizas. En principio, su plazo expira el 1 de enero de 2010. La hiperronda nacerá en la actual y muy saturada A-7, justo en el entronque con la Autovía de Málaga (A-45). Desde allí, 21 kilómetros de autovía con tres carriles en la mayoría de su trazado hasta llegar al palacio de congresos de Torremolinos. En principio, el proyecto de la hiperronda se definió como una especie de continuación a la autopista de Las Pedrizas, pero sin peaje. Finalmente se desligó para dar cobertura también al tráfico de la zona Norte y Este de Málaga.

Las obras de la futura hiperronda (que será bautizada con el nombre de MA-40) avanzan casi al mismo ritmo imparable que la autopista de Las Pedrizas y su primer tramo también está siendo ejecutado por la empresa Sacyr. Una vez finalizados los trabajos, los atascos menguarán en la A-7. Hoy son casi diarios en la actual ronda de circunvalación malagueña entre la A-45 y la AP-7, en las inmediaciones del aeropuerto Pablo Picasso de Málaga. La enorme cantidad de tráfico que fluye entre la capital y la muy poblada Costa del Sol entre Torremolinos y Manilva tiene la culpa.

Mientras tanto, en la provincia de Córdoba sigue habiendo una asignatura pendiente para que sea total la comodidad del viaje a Málaga. Entre Encinas Reales y Benamejí los vehículos tienen que seguir circulando por la antigua carretera N-331. Las obras del inmenso puente de la última de estas localidades tienen la culpa. Los trabajos en este punto continúan a un ritmo lento. Los gigantescos pilares que sostendrán la carretera sobre el valle que a lo largo de millones de años ha modelado el río Genil ya están prácticamente levantados. En principio, el plazo expiraba en marzo del próximo año. De momento, el Ministerio de Fomento sigue sin precisar una fecha concreta. Lo que está claro es que 2008 acabará y la Autovía de Málaga seguirá en obras.

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