Pozoblanco

El riesgo de derrumbe en parte del edificio que estalló retrasa el realojo

  • Los peritos encuentran muy dañada una de las paredes de la cuarta planta que puede provocar derrumbes hacia el patio interior · Una empresa inicia los trabajos de apuntalamiento y desescombro

El regreso a sus casas de las 60 personas desalojadas tras la explosión de un piso en el Paseo de La Herradura de Pozoblanco se ha complicado por tiempo indefinido. El riesgo de derrumbe en algunas paredes de la cuarta planta del inmueble número dos de La Herradura está complicando las labores de desescombro y ha obligado a la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de la ciudad a prohibir el acceso al edificio a todas las personas que no sean albañiles, peritos o investigadores autorizados. Por tanto, los 60 desalojados no pueden ni tan siquiera entrar dos minutos a coger el mínimo de ropa indispensable, tal y como pretendía el Ayuntamiento de Pozoblanco.

Ayer comenzaron los trabajos de desescombro en el inmueble. La empresa aseguradora del edificio, que es la misma compañía del piso en el que se registró la explosión, ha contratado a una constructora de Pozoblanco para iniciar el desescombro y el apuntalamiento de las zonas en riesgo de derrumbe. Sólo cuando se haya consolidado todo el inmueble y la jueza estime que no existe ningún tipo de riesgo para la seguridad personal se podrá autorizar la entrada de los vecinos.

En principio, y según informó el propio alcalde de Pozoblanco, Benito García de Torres (PSOE), el principal riesgo está en un tabique de la cuarta planta que está muy dañado "y que hay que retirarlo". Esta pared da al patio de luz y supone un riesgo de desprendimiento hacia el resto de pisos. Además, también existe posibilidad de alguna caída de escombro en la misma fachada del inmueble que da a la avenida de Villanueva de Córdoba. Por ello, se ha acordonado todo el perímetro el edificio y está siendo permanentemente vigilado por agentes de la Guardia Civil del acuartelamiento de Pozoblanco. Éstos mantienen un fuerte cordón policial desde el mismo día en que se registró la explosión, sobre las 21:45 del pasado lunes.

Mientras tanto, los 60 desalojados afrontan los días con inquietud y paciencia. La mayoría están acogidos en casas de familiares y una parte en los hoteles que les pagan sus compañías de seguros. De momento, sólo cuatro familias están hospedadas en un hostal de la localidad, ofrecido de forma altruista por su propietario, según confirmó el regidor vallesano. Estas familias disponen de comida y ropa en este establecimiento. El resto hace uso de las pólizas de sus seguros o bien de la ayuda de sus familiares en Pozoblanco.

El Ayuntamiento se reunió a última hora del martes con todos los afectados para transmitirle su solidaridad y para asegurarse de que "no le va a faltar de nada", según las palabras de García de Torres. De momento, los vecinos se recuperan del susto del lunes que podía haberle costado la vida. Las cinco personas que resultaron heridas ya recibieron el alta médica y aparte de la muerte del propietario del piso en el que se registró la explosión, el resto de daños son materiales. Dos pisos están totalmente destrozados y un tercero gravemente afectados. El resto sufren daños mucho más leves, según los peritos.

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