Provincia

Las grietas de la Historia

  • La guía de patrimonio singular de la provincia, redactada por el Grupo de Desarrollo Rural del Guadiato, advierte de la ruina de una docena de bienes

Puestos de observación de la Guerra Civil, edificaciones industriales, molinos y norias con siglos de historia, necrópolis y cementerios y un rosario de ermitas y templos. Aparte de monumentos de sobra conocidos como el Castillo de Almodóvar del Río, la Fuente del Rey de Priego de Córdoba o el Convento de Santa Clara de la Columna de Belalcázar, la provincia atesora un patrimonio singular de valor incalculable, no tan obvio desde el punto de vista turístico, pero que constituye la riqueza de municipios y comarcas. El Grupo de Desarrollo Rural (GDR) del Valle del Guadiato acaba de publicar una compilación de todo este patrimonio "en su mayoría desconocido", pero que es "susceptible de ser aprovechado como activo para el desarrollo social y económico de los municipios", como advierte la presidenta del GDR, Isabel Cabezas, en la presentación de la guía.

El inventario repasa más de 150 elementos, aunque como el trabajo de recopilación ha sido más extenso han quedado recopiladas más de 600 fichas que podrán consultarse en su totalidad en la página web del GDR. Los distintos apartados repasan el patrimonio minero, la arquitectura singular, el patrimonio agrícola y ganadero, el bélico, el defensivo, el religioso y el necrológico. Y entre los bienes que presentan un excelente estado de conservación, como la iglesia de San Juan Bautista de Hinojosa del Duque, conocida como catedral de la Sierra, o la almazara Núñez de Prado de Baena, se cuelan castillos, fortines, casas históricas o vestigios del cercano pasado minero en estado ruinoso, abandonados bajo la lluvia y el sol. El Día repasa a continuación esta docena de bienes necesitados de la atención de las administraciones públicas y que corren el riesgo de perderse para siempre.

De entre todos, quizás el más llamativo, casi un símbolo de la degradación de un bien excepcional ante la vista impasible de las administraciones, es el Castillo de Gahete y Sotomayor de Belalcázar, en estado "ruinoso", como reconoce la guía. El monumento, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), es propiedad de la Junta de Andalucía. Sobre un cerro de gran altura al Norte del casco urbano, la fortaleza controla por completo la localidad y su entorno. La delimitación del bien incluye el castillo propiamente dicho, el recinto amurallado y la superficie comprendida entre ambas construcciones, pues el espacio intramuros debió acoger una primitiva alcazaba. El perímetro está flanqueado por ocho torres, de entre las que destaca la del Homenaje, con un gran despliegue decorativo y alegórico.

En enero de 2008, la Administración autonómica compró a sus propietarios las seis fincas que conforman la antigua fortaleza medieval por un valor total de 1.894.000 euros. Y el pasado agosto, ante el agravamiento de la situación de dejadez del recinto, un grupo de vecinos activó una recogida de firmas en la plataforma Change.org para exigir una actuación de urgencia ante el peligro de derrumbe que presenta el edificio. Esta semana, la solicitud acumulaba 5.300 rúbricas.

El Castillo de El Vacar, en Espiel, también sufre los envites de la Historia y, como el de Belalcázar, se encuentra en "ruinas", advierte el inventario. De esta fortaleza sólo queda su recinto de forma cuadrangular, rodeado por gruesos muros, con cuatro torres en sus esquinas y otras tantas en cada una de sus lados. El recinto cuenta con protección legal.

El tercer baluarte que no se encuentra en su mejor momento es el de Castro del Río, integrado en el casco urbano. Su estado de conservación es "regular". Situado en la parte más alta del caco urbano, en la zona oriental, está unido a la muralla y defiende la única puerta que ésta tenía, la de Martos, de época musulmana. En la actualidad se conserva la plaza de Armas, la torre del Homenaje, algunas mazmorras y los aljibes. La fortaleza actual, posterior a la Reconquista, se encuentra "muy deteriorada" por el tiempo y con bastantes reconstrucciones.

En diciembre del año pasado, el Pleno de Castro del Río solicitó al Ministerio de Fomento una subvención de 240.000 euros con cargo al 1,5 % Cultural para la consolidación y rehabilitación del Castillo y las murallas, sobre las que el Ayuntamiento intervino el verano pasado para evitar su derrumbe. El Consistorio también solicitó una ayuda de 60.000 euros con cargo a los fondos europeos Lidera, a través de la Asociación para el Desarrollo del Guadajoz (Adegua), para la recuperación del recinto amurallado, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Andalucía en el año 1985. Antes de verano, el Consistorio remitió un informe del técnico municipal a la Delegación de Cultura en el que alertaba de problemas estructurales y de desprendimientos y solicitaba una actuación de emergencia, una situación que fue reconocida por Cultura.

Tras el patrimonio defensivo, el minero es el que atesora mayor número de bienes singulares necesitados de una intervención urgente. El inventario, por ejemplo, llama la atención sobre el estado de "ruina" de las minas de Calamón, en la localidad de Posadas. El recinto, que carece de protección legal, incluye las minas de Cinco Amigos, Montenegro, San Salvador, San Eduardo, Cádiz, Recompensa a la Constancia y El Francés. La explotación se remonta a octubre de 1692, cuando se dio "licencia para beneficiar una mina antigua de plata" en este lugar. En 1900, la sociedad inglesa The Calamon Mining Company of Spain comenzó a explotar su riqueza. Su dueño, John Power, se estableció junto al embarcadero de mineral, en las inmediaciones de la estación de ferrocarril. Allí se construyó un palacete y un campo de tenis, de los que ahora apenas quedan ruinas.

Las minas de San Rafael, en Cardeña, también viven momentos bajos. Su estado es de "deterioro, con elementos en ruinas y proceso de achatarramiento". Como elementos de interés, el inventario destaca como elementos sus castilletes, la maquinaria diversa, las viviendas, las instalaciones mineras auxiliares, los pozos y polvorines, todo ello integrado en un rico paisaje de dehesa. La titularidad de este bien es privada.

Dentro del apartado de arquitectura singular, también hay innmuebles que se conservan en una situación poco aceptable. Es el caso de la Casa de las Cadenas, en plena plaza de la Constitución de Espejo. Su estado de conservación es "malo", advierte el inventario. Se trata de una casa señorial que fue propiedad de don Luis de Tafur de Leiva y Acebedo, caballero de la Orden de Santiago. El edificio tiene una espléndida portada barroca; una cadena vertical cuelga del balcón, que en las casas señoriales responden a un privilegio por haber pernoctado en ella algún miembro de la realeza.

El seminario de Santa María de los Ángeles, en Hornachuelos, sufre igualmente de "abandono". El inmueble, enclavado en pleno parque natural, carece de protección legal, según resume el inventario. La iglesia del siglo XV, de pequeñas proporciones, está presidida por un pequeño compás o claustro al que se accede mediante una portada moderna, que se corresponde con las obras del seminario realizadas por el arquitecto de la Diócesis Carlos Sáenz de Santamaría en 1962. El conjunto se encuentra abandonado.

El informe del GDR también profundiza en el patrimonio agrícola y ganadero de la provincia. Hay bienes como el molino de Ramiro, en Castro del Río; la noria de Albendín, en Baena, o la fuente el Alcornocal, en Fuente Obejuna, que se encuentran en un estado "óptimo" de conservación. No ocurre lo mismo con otros. Es el caso del molino de la Apretura, en Villaviciosa de córdoba, cuyo estado es "ruinoso" y que, además, carece de cualquier tipo de protección legal, según recoge la guía. Junto con los molinos de laTolva y los Pilones, son construcciones de carácter civil cuyo elemento principal es la piedra. Situados en el curso de los arroyos, su función era la de aprovechar la fuerza del agua. Ahora está en desuso.

Igual suerte corre el aljibe o cisterna de Carcabuey, sin protección legal y también en un estado de conservación "malo". Situada fuera del recinto del castillo, el inventario recoge que se trata de "un gran depósito" rectangular excavado en el cerro, del que sólo sobresale su cubierta de bóveda de medio cañón. La extracción del agua se hacía a través de tres aberturas con forma de pirámide truncada.

La noria de Pepico, en Fuente Tójar, también se halla en un estado de conservación "malo" y, al igual que los anteriores bienes que en la antigüedad fueron imprescindibles en el día a día, ahora no tiene ningún uso. Por sus dimensiones, el inventario de patrimonio singular destaca que se trata de un "ejemplar único" en la provincia. Data de 1950 y está realizada con materiales locales como piedra caliza y cantos, trabados con argamasa de cal y arena. El complejo también incluía dos albercas de almacenamiento de agua y un cortijo.

Los bienes construidos durante la Guerra Civil para defensa del territorio también se consideran "patrimonio singular". El búnker que se conserva en Albendín, por ejemplo, está en estado de conservación "óptimo", al igual que el localizado en El Porvenir, Fuente Obejuna. En este apartado, sólo los fortines y trincheras de Fuente Tójar, de titularidad pública, se hayan en "mala" situación. Ubicados en el cerro de las Cabezas, se construyeron para la defensa de la depresión Priego-Alcaudete en primera línea de frente, con el río Caicena a escasos metros. El curso de agua, de hecho, jugó el papel de línea fronteriza entre los frentes Nacional y Republicano. En el mismo cerro tojeño se encuentra otro bien "singular" que, al igual que las trincheras bélicas, exhibe las grietas de la Historia. Es la necrópolis íbera de los Villarones, donde en 1977 se exhumaron 49 tumbas. Algunos de los elementos recuperados, por fortuna, se muestran en el museo histórico local mientras otros han sido pasto de los expoliadores.

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